A Ras De Suelo, Plan Para Pacificar México
VC Redacción
Ciudad de México.- Desde la inmersión en las calles de las colonias más violentas en Michoacán hasta la cooperación con organismos sociales y la articulación con las autoridades civiles, el plan para construir paz en México de la Iglesia católica busca ser un Programa Nacional integral.
El arzobispo de Morelia y vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Garfias Merlos, ha liderado este esfuerzo desde hace un lustro: Diálogo con las autoridades del gobierno federal, colaboración con otros organismos de la sociedad y atender directamente los efectos de la violencia exacerbada en el país.
“Nos vamos a las colonias más violencias; sacamos a la gente a la calle, les decimos que escriban un alista con los nombres de sus familiares o conocidos que han sido víctimas e la violencia y los invitamos a que juntos oremos por los que murieron, por los afectados física o emocionalmente y a que todos hagamos desde la eucaristía una experiencia de consuelo y fortaleza”, explica Garfias.
Durante su participación en el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), el arzobispo reveló que la Iglesia católica mantiene un trabajo estrecho con el gobierno federal para poner en marcha un Programa Nacional de Construcción de Paz. En principio, se ha propuesto la conformación de un Consejo Nacional para la Paz, un órgano donde participen representantes plurales de la sociedad para desarrollar proyectos de educación de paz, modelos de atención a víctimas y personas con adicciones.
Respecto a la atención espiritual, el plan de construcción de paz procura que los servicios religiosos salgan de los templos y se acerquen a las realidades apremiantes de consuelo. De hecho, con la experiencia de centros de escucha a víctimas que han sido instalados en algunas parroquias del país, se configura un modelo de atención que podría ser replicado en otros espacios religiosos de las diócesis mexicanas.
A mediados del 2019, Carlos Garfias presentó ante la Cámara de Diputados el proyecto “Prevención y Atención de Personas Víctimas de la Violencia” con el cual la Iglesia pretender intervenir en la reconstrucción del tejido social y favorecer la convivencia pacífica.
Las líneas de acción de este proyecto son: Atención y acompañamiento integral a víctimas de violencia; Capacitación, prevención y dignidad de la persona; y Vinculación interinstitucional para sensibilizar y responsabilizar a todos los sectores en orden a promover la paz.
En su intervención, el arzobispo Garfias consideró que uno de los desafíos por atender es el rencor, el sentimiento de venganza que nace en las víctimas inocentes. El odio contra los delincuentes o las autoridades que experimentan las familias e incluso los párrocos de las comunidades lesionadas por la violencia se convierte en un problema que puede reproducir o perpetuar la misma inseguridad. Consideró que, aunque es muy natural el enojo ante estas circunstancias, es necesario trabajar con todas las personas e instituciones para construir una paz consciente y duradera.
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