FRANCISCO ROMAN ARCE ALARCON , HIJO DE LA IGLESIA.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas
El pasado lunes 28 de enero de 2008, a las 3 P. M., en la memoria de Santo Tomás de Aquino, falleció el Contador Público FRANCISCO ROMAN ARCE ALARCON, quien fuera Director Fundador del Centro de Rehabilitación para enfermos Mentales “Cristo de la Misericordia” A. C.
Francisco Román nació en Acapulco, Gro. el 13 de Febrero de 1952, hijo de Pantaleón Arce y Victoria Alarcón. Sus hijos: Francisco (+) Brenda y Glendia. Casado con Eva Glendia Testa Gómez, en 1973. Egresado Contador Público por la UAG.
Un servidor pudo acompañar muy de cerca, parte de su proceso humano y cristiano, cuando desde hace 18 años, en 1990, Francisco inició la fundación del centro Granja de la Vida, de Alcohólicos Anónimos, en Arroyo Seco.
El 13 de Octubre de 1993 constituyó la Asociación Civil que dio origen al “Cristo de la Misericordia”, ante la fe del Notario Público Número 18 Dr. Cuauhtémoc García Amor. Desde entonces, Tres Palos ha sido centro de referencia para la verdadera caridad pastoral, pues miles de enfermos mentales, fundamentalmente jóvenes, encontraron en el Centro de Rehabilitación la verdadera Misericordia en Cristo, una casa donde el que sufre, encontraba cobijo y atención. Casa que siempre estuvo en el corazón de nuestro Primer Arzobispo Monseñor Rafael Bello Ruiz; y cuya estafeta bien ha sabido retomar el actual Monseñor Felipe Aguirre Franco.
Cual nuevo Francisco, sintió que el Señor Jesús le decía: “Reconstruye mi Iglesia”, cuando en 1997 el huracán Pauline arrasó con la Casa de la Cristiandad. Con prontitud organizó a los cursillistas para la recuperación de lo poco que quedaba, y posteriormente la restauración de la Casa y la superación del trauma que en muchos provocó verla en total destrucción.
El 7 de Octubre de 2003 fue nombrado Presidente del Secretariado Arquidiocesano de Cursillos de Cristiandad, recuperando espacios importantes que el Movimiento había descuidado. Posteriormente, en los últimos años, incursionó con el Movimiento en la Costa Chica, alcanzan la realización de varios Cursillos de hombres y mujeres en Cruz Grande.
Hombre de fe íntegra, siempre dispuesto al servicio, activista, fogueado en la cruz, hermano de todos. Critico, pero fundamentalmente obediente a la jerarquía eclesiástica. Entusiasta, alegre. Profundamente enamorado de su familia. Sufrió a la Iglesia, amó a la Iglesia, murió, al fin, HIJO DE LA IGLESIA.
Descansa en paz, hermano Francisco, sin duda ya escuchas las palabras del Buen Pastor: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel;… entra en el gozo de tu Señor” (Mt 25, 21).