José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

miércoles, 24 de febrero de 2010

"Ardientemente deseaba comer esta Pascua con ustedes...": LA CENA PASCUAL EN ACAPULCO


"Ardientemente deseaba comer esta Pascua con ustedes...":
LA CENA PASCUAL EN ACAPULCO.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas.

La Ultima Cena fue la celebración de la pascua judía, un "seder", una solemne comida sacrificial llevada a cabo de acuerdo con los antiguos ritos judíos por Nuestro Señor Jesucristo y sus apóstoles. La ceremonia es una solemne comida, según se narra en el Evangelio. Y en muchas ocasiones, hemos representado en Acapulco, esta Cena Ceremonial, con diversos grupos, y en distintos ambientes. Siempre en el contexto de la proximidad de las Fiestas de Pascua Cristiana o Semana Santa.
¿Por qué hemos representado la pascua judía? Sin duda, no para revivir los ritos judíos, porque ésos ya pasaron. Realmente la Ultima Cena fue la "última", en parte porque fue la celebración final de los ritos pascuales de la antigua ley antes del cumplimiento de la nueva ley, la Pascua Cristiana. De acuerdo con una versión (El Señor, de Guardini), cuando Nuestro Señor pasó la copa ceremonial durante la comida, El les dijo: "Beban todos de esta copa por última vez según la costumbre antigua". La Ultima Cena es el momento decisivo cuando los símbolos y profecías de antaño, del Antiguo Testamento, son reemplazados para siempre por los hechos y cumplimiento del Nuevo Testamento.
La ceremonia, sin embargo, resulta una reconstrucción de la Cena Pascual de los judíos en el año 33; es una dramatización de la comida en especial en la cual Cristo comió con sus discípulos antes de salir al huerto de Getsemaní. La Cena Pascual en este caso, difiere de muchas maneras del servicio judío pascual moderno porque en 1900 años muchos cambios y adicciones han sido hechos que eran desconocidos en el tiempo de Nuestro Señor Jesucristo. El más importante es la pérdida del elemento sacrificial que era el corazón de la Pascua del Antiguo Testamento. Desde la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 después de Cristo, los judíos no habían tenido dónde ofrecer el sacrificio y, por lo tanto, no podían celebrar una comida sacrificial. Los judíos actualmente ponen un hueso de carne asada en la mesa del "seder" para conmemorar el cordero pascual antiguo. Mas el cordero matado, ofrecido en sacrificio y luego comido, ya no forma parte del servicio judío.
Para nosotros los cristianos, la Cena Pascual es una puesta en escena de una obra teatral de la Pasión, una representación dramática de los acontecimientos en el Cenáculo, y nosotros la representamos para traer más vívidamente a nuestras mentes las últimas horas del Señor Jesús sobre la tierra. Como una representación de la Pasión, quiere ante todo, profundizar nuestros conocimientos de los Evangelios, haciendo que la narración del Evangelio sobre la Ultima Cena cobre vida ante nuestros ojos. Los evangelistas omitieron muchos detalles que daban como conocidos por sus lectores judíos. ¿Por qué Nuestro Señor toma el cáliz dos veces en la narración de San Lucas de la Ultima Cena? (Lucas 22, 17-20). ¿Por qué San Pablo habla de la "copa de bendición"? (1 Corintios 10, 16). ¿Por qué se dijo un salmo antes de que los Apóstoles dejaran el Cenáculo? (Mateo 26, 30). Estas y otras frases cobran nuevo significado a la luz de los antecedentes judaicos.
La representación de la Cena Pascual judía nos ayuda también a profundizar nuestro entendimiento de las ceremonias litúrgicas de la Semana Santa y la Pascua, empapadas como están en figuras y alusiones del Antiguo Testamento. "Esta es la solemnidad pascual en la cual el verdadero Cordero fue sacrificado..." "Oh noche bendita que desposeyó a los egipcios y enriqueció a los hebreos..." "Cristo, nuestra Pascua, es sacrificado; por lo tanto festejamos con El, el pan ázimo de la sinceridad y la verdad".
Al mismo tiempo, comprendemos más claramente el contexto en el cual Cristo escogió instituir la Santa Eucaristía, y se enriquece nuestra participación en la Santa Misa. La Cena Pascual, resulta así, una especie de "preparación de la Misa", y en una forma dramática para el Triduo Sacro (Misa “en la Cena del Señor –jueves Santo por la noche-; Liturgia del Viernes Santo; y Solemne Vigilia Pascual), una preparación a la Misa que enfoca nuestra atención en el corazón del misterio pascual, el Cordero que fue sacrificado y nos redimió de la esclavitud con su sangre. Y así nos prepara para entrar más de lleno en cada Misa, porque la vigilia pascual no fue únicamente el fin del viejo rito, sino el principio del nuevo. San Atanasio dice: "Cuando nos reunimos y comemos la carne de Nuestro Señor y bebemos su sangre, celebramos la Pascua". La ceremonia de la Cena Pascual nos permite representar los eventos de la vigilia pascual como un drama-oración, para prepararnos para la verdadera representación de la vigilia pascual en la Santa Misa.
Pero ¿por qué Cristo usó la Cena Pascual para instituir la Eucaristía? Es importante que pensemos que esto representa la elección deliberada y completamente considerada de Cristo. El envía a sus discípulos a preparar el Cenáculo. El se preocupa acerca del tiempo y el lugar exactos y arregla todo cuidadosamente de antemano, diciéndoles: "Ardientemente deseaba comer esta Pascua con ustedes antes de padecer; porque les digo que no la comeremos hasta que sea cumplida en el Reino de Dios" (Lucas 22, 15-16). Esto representa la elección deliberada del Padre: El arregló la historia completa del pueblo elegido para que llegara hasta este momento. El gran trabajo de salvación que Cristo iba a llevar a cabo, el Padre primero lo ensayó en forma profética y simbólica en la salvación del pueblo judío de Egipto. "Todas estas cosas les sucedieron a ellos en figura y fueron escritas para amonestarnos a nosotros, para quienes ha llegado la plenitud de los tiempos" (1 Corintios 10, 11).
La historia del Exodo de Egipto que la Iglesia lee en preparación a los misterios pascuales, es la más grande parábola de nuestra Redención en el Antiguo Testamento. Cada detalle es significativo. El pueblo judío en exilio en Egipto y sujeto a la crueldad del Faraón, representa la humanidad lanzada del paraíso y esclavizada por Satanás. Moisés, el gran líder que libera a su pueblo de las manos del tirano, es una figura de Cristo liberando a la humanidad del poder del demonio. Los Padres de la Iglesia sacan el simbolismo en detalle: El paso del Mar Rojo profetiza las aguas del bautismo que nos traen a nueva vida; la larga jornada por el desierto hacia la tierra prometida de leche y miel, representa nuestro peregrinar por esta vida hasta el cielo; el maná que milagrosamente sostuvo a los judíos en su camino, ejemplifica la Eucaristía, el verdadero pan del cielo. Y lo más significativo de todo es la sangre del cordero sacrificado salpicada en las puertas de los hijos de Israel para que el ángel vengador, que vino a matar al primogénito en toda casa de Egipto, "pasará de largo" la casa de los hebreos. La sangre del cordero profetiza el verdadero cordero cuya sangre liberó al mundo de la esclavitud del pecado.
Dios ordenó que esta primera Pascua fuera conmemorada solemnemente con una festividad anual; la gente debía sacrificar un cordero y participar de su comida con pan ázimo y lechuga silvestre (un recuerdo de la huída apresurada de Egipto, cuando no hubo oportunidad de llevar consigo pan con levadura), en agradecimiento por la libertad, que fue un regalo de Dios. La fiesta de la Pascua anual llegó a ser un acontecimiento de primera importancia en la religión de Israel. Gradualmente el ritual llegó a ser más elaborado; gradualmente también, la Pascua llegó a ser no únicamente una memoria del agradecimiento a Dios por la bondad de Israel en el pasado, sino como una profecía del futuro; justamente como Dios había conducido al pueblo escogido, lejos de la esclavitud, para que un día los guiara al nuevo éxodo, a la era futura del Mesías. "La Pascua era por lo tanto, al mismo tiempo una memoria y una profecía", escribe Dom Gaillard: "Los hechos divinos del pasado eran una garantía del cumplimiento de las promesas de Dios en el futuro".
En el tiempo de Nuestro Señor Jesucristo, la comida pascual ya no se comía de pie y apresuradamente, sino reclinados alrededor de la mesa de fiesta. En gran contraste a esa noche de huída, 1500 años antes, la atmósfera era de amor y alegría espiritual. Pero el corazón verdadero de la celebración permanecía el mismo a través de los siglos: sacrificio y banquete sacrificial, celebrado en acción de gracias. Ahora podemos empezar a ver porqué Cristo escogió este momento para su sacrificio. Esta fiesta familiar del pueblo escogido, celebrada por el pueblo como un todo y con un corazón, existía para que pudiera ser trasformada en la gran fiesta de la comunidad cristiana, demostrando caridad, uniendo más íntimamente en un solo cuerpo aquellos alimentados por el único Pan divino.
La primera Pascua fue conmemorada en una Comida Pascual: la segunda Pascua, el sacrificio de Cristo, nuestra Pascua, es realizada en la Santa Misa, la Comida Pascual del Nuevo Testamento. En el marco de la Pascua, el significado del sacrificio se aclara: "Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros" (Lucas 22, 19) para que ustedes puedan "pasar de largo" de la muerte en el pecado a la vida en Dios. En este contexto se aclara también que el nuevo sacrificio tendrá también su banquete sacrificial: "En verdad les digo que, si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tendrá vida en ustedes" (Juan 6, 54).
En la Ultima Cena, Cristo con toda humildad y reverencia guardó la Pascua con sus discípulos, observando en detalle su ritual. Pero cuando la Cena iba a concluir, El reemplazó el antiguo rito con el nuevo. El tomó el pan, lo bendijo y partió, y lo que les dio a sus discípulos ya no era simplemente el pan sin levadura de la Pascua. El tomó el cáliz, lo bendijo, y lo que les dio ya no era únicamente el ofrecimiento de la Pascua, sino el misterio del Nuevo Pacto acabado de establecer. El momento supremo, anticipado en la conmemoración de la Pascua a través de los siglos, había llegado. La redención del hombre iba a realizarse.
Se sostiene generalmente que Nuestro Señor Jesucristo celebró la Pascua con sus discípulos el jueves en la noche, anticipando en un día la Pascua legal de los discípulos. El Viernes Santo, a la hora precisa en que los corderos pascuales eran sacrificados en el templo, símbolo elocuente del cumplimiento de las profecías, el Cordero de Dios consumaba su sacrificio en la Cruz.
El Viejo pacto entre Dios y el pueblo escogido había sido sellado por la sangre de muchas víctimas. El Nuevo Pacto estaba ahora sellado por la sangre de la única víctima perfecta. El cordero figurado era reemplazado por el Cordero verdadero. El sacrificio ahora había sido hecho perfecto.
Este último sacrificio, profetizado en la Pascua judía, cumplido en el Calvario, es renovado en cada Misa. Tan a menudo como nosotros los cristianos, el pueblo escogido del Nuevo Testamento, comamos el pan y bebamos el vino, celebramos el misterio pascual. Como dice San Juan Crisóstomo, en cada Misa "es Cristo, quien aquí y ahora celebra la Pascua con sus discípulos. Y la mesa del altar es nada menos que la mesa de la Ultima Cena".
Esta representación de la Comida Pascual es, entonces, una preparación para el misterio pascual, como es renovado en cada Misa, y más especialmente como es celebrado el Jueves Santo y durante la Semana Santa. Ahora que las ceremonias litúrgicas del Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo han sido restauradas a las horas de la noche, la dramatización de esta Cena Pascual resulta muy oportuna como propedéutica, como una "ayuda audio-visual" para llegar a tener un entendimiento más profundo del Santo Sacrificio de la Misa. Como ésta Cena Pascual no es una ceremonia oficial de la Iglesia, se realiza con una gran libertad, de acortar y adaptar esta representación para sus circunstancias particulares.

LA CENA PASCUAL EN LOS TIEMPOS DE CRISTO.

La Cena Pascual, aunque evolucionó durante los siglos de su celebración. En tiempos de Cristo contenía los siguientes elementos, cada uno de los cuales tenía un significado especial para los judíos, y que es explicado ampliamente durante la ceremonia, por su alto valor simbólico.
El primero en importancia era el cordero, que era sacrificado en el templo. Toda la sangre le era sacada; el mandato del Señor de que ninguno de sus huesos fuese quebrado, era seguido cuidadosamente. Era asado en un asador en forma de cruz con ramas de granado, y les recordaba a los judíos el cordero cuya sangre había salvado a sus antepasados en el tiempo del Exodo. El nombre "pesaj" (Pascua-"pasó de largo") era aplicado en particular al cordero, así como a la liberación de los egipcios y la fiesta en general.
Pan ázimo -matzás- era llamado el "pan de aflicción" porque estaba hecho de harina y agua únicamente. Representaba el pan hecho por los judíos durante su presurosa huída de Egipto, cuando no tuvieron tiempo de fermentarlo con levadura. La división de un solo pedazo de matzás entre los presentes simboliza la unidad.
Hierbas amargas, sumergidas en vinagre -maror- les recordaba la amargura de la esclavitud y sufrimientos en Egipto.
Jaroses, una mezcla de manzana, nueces, canela y vino, con su color rojizo recordaba la argamasa usada por los judíos en la construcción de palacios y las pirámides de Egipto, durante sus siglos de esclavitud.
Vino, bebido de una sola vasija, como el pan ázimo, expresaba la unidad del pueblo, su hermandad como hijos de Abraham y co-herederos de la promesa. Se beben cuatro copas durante el curso de la comida porque el libro del Exodo anota cuatro palabras diferentes, todas significando redención, habladas por Dios cuando El mandó a Moisés liberar a los judíos.
Las bendiciones de la comida eran una expresión de gracias a Dios por sus obsequios a ellos, un símbolo de su reconocimiento de que todo lo que se tenía venía del Señor y debía serle regresado.
La historia de la liberación de Egipto -la Hagadah- era triunfalmente relatada del libro del Exodo. La palabra "Hagadah" significa "decir". Dios había ordenado que esta historia se mantuviera viva entre ellos: "Dirás entonces a tus hijos en ese día (Pascua): Esto es en memoria de lo que por mí hizo Yahvé al salir de Egipto" (Exodo 13, 8).
Los salmos del Halel eran cantados como una oración de acción de gracias y alabanza a Dios porque liberó a los judíos.

PRINCIPALES PARTICIPANTES DE LA CEREMONIA.

1. Un director, que oficia la comida y dice las varias bendiciones que son la mayor parte de la ceremonia. El representa a Cristo en la comida. El director puede ser el padre de familia, un sacerdote (si hay alguno presente), o el jefe del grupo que celebra la cena.
2. Un comentador es el que lee los comentarios que explican el significado del rito pascual y los relaciona con su cumplimiento cristiano.
3. La madre de la familia, que enciende las velas al principio de la cena y bendice la luz.
4. El más joven, que hace las "cuatro preguntas" acerca del significado de la Cena Pascual.
5. Lectores, quienes leerán el capítulo 12 del Exodo y cualquier otra lectura bíblica que sea seleccionada para ser incluida en la cena.
6. Servidores. Es aconsejable tener por lo menos una persona que sirva la mesa para que la ceremonia se desarrolle fácilmente, la cual traerá las comidas ceremoniales cuando sean pedidas, ayudará al director a lavarse las manos, etc. El servidor deberá leer cuidadosamente la ceremonia con anticipación.

Esta es la experiencia espiritual que hemos podido vivir, como una gran pedagogía evangelizadora, en diversos lugares de nuestra costa guerrerense. ¡Shalom! Leitraot!

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