ENTREVISTA A MONSEÑOR FELIPE AGUIRRE FRANCO, ARZOBISPO DE ACAPULCO, REALIZADA POR LA HERMANA ADRIANA MAZA COUTIÑO, DE LAS DISCIPULAS DE JESUS BUEN PASTOR.
Capítulo XV: “IMPLICACIONES DE UN SI AL SEÑOR”.
Cómo es mi relación con el P. Salvador y la M. Silvia? Había que dar un sí profundo, con proyección, bien ponderado, compartido, de tal manera que para poder dar el “FIAT” – “hágase según tu Palabra”, la existencia y el camino de esta Comunidad, lo hicimos cuando ya el P. Salvador había hablado con la M. Silvia y la M. Silvia había también hablado con su Casa de Franciscanas de Jesús Crucificado en Guadalajara, con su Superiora General; después de algunas resistencias y algunos considerandos, llegamos a darnos cuenta de que había algo que aportar en relación, lo que posteriormente llamaríamos una TRILOGIA EN RELACION, con nuestra propia aportación del ideal de una vida que quiere ser ofrenda oblativa en el amor de parte de la M. Silvia y de alguien que ha consagrado su vida en el sacerdocio para servir a Dios y a sus hermanos, el P. Salvador y quien ha tomado como lema de su emblema episcopal, porque nace de la gestación de “Evangelii Nuntiandi”, en 1974; lo que podría resumir la vida de un Obispo, el “Evangelizar”, entonces AMAR, SERVIR y EVANGELIZAR, surgieron como una estrategia, a fin de lograr aquel objetivo en el que coincidimos: el ideal de una Pastoral Diocesana y Parroquial a la que habría que apoyar con un Instituto, el que estaba ya queriendo surgir, como la primera Asociación de Fieles con ese nombre.
Empieza a plasmarse las líneas de esta fundación, cómo se dan mis aportaciones? Primero fue ver por donde íbamos a caminar, cuales eran los primeros Estatutos, el Obispo tenía que dar algunos documentos de apertura de fundación, para comenzar a caminar en orden una Asociación de Fieles; habría que dar los nombramientos, constituir Director Espiritual al P. Salvador Valadez, Superiora a la M. Silvia López Pérez.
Cómo van surgiendo, en qué ambiente, en qué lugares las líneas generales de nuestra Fundación? Yo creo que el cómo, surge en medio de una urgencia. Hemos visto que el Instituto tiene urgencia, siempre ha nacido de la urgencia: ¡urge una acción pastoral planificada, orgánica, alentada por una Congregación de Religiosas! ¡Urge saciar las ansias del Buen pastor que dice “cuantas ovejas dispersas, cansadas, esquilmadas, y desalentadas que van como ovejas sin pastor” y urge por lo tanto rogarle al Dueño de la mies que mande más operarios a su mies y desde entonces lanzamos la convocatoria para año con año recibir al grupo de futuras Religiosas que va integrando una nueva generación desde 1992 y hemos visto siempre que es una característica que se puede calificar diciendo con que el Señor tiene urgencia. “El amor de Cristo nos apremia” (San Pablo).
En qué ambiente? Pues es el ambiente del nuevo Plan Diocesano de Pastoral, del nuevo Seminario que se construye, que se está haciendo, el nuevo Año Introductorio en Cintalapa, el nuevo Seminario Menor, el nuevo Seminario Mayor, se envían algunos Sacerdotes a estudiar a Roma, a la Universidad Pontificia, y comienza a darse esta concentración en la Catedral, en el Seminario Diocesano, en la Colonia Moctezuma, yendo con el Obispo a las visitas Pastorales; el pequeño rebaño va progresivamente desarrollándose en varias partes.
Las líneas generales de nuestra fundación se han trazado en distintas cartas, homilías, pláticas, tardeadas de los Domingos en torno al Obispo Diocesano, y en torno al P. Salvador y la M. Silvia, los cánticos, el Himno de la Bendición que puede ser como la síntesis de las líneas generales de nuestra Fundación. Abrazados siempre a la vida del Buen Pastor vamos a evangelizar y la Discípula fiel a Cristo y a su Iglesia formando comunidad en todas partes con la Palabra de Dios y con la Eucaristía, encarnando la obediencia de la cruz que salva a todos y sabiendo que el Obispo es sacramento del Pastor de los Pastores, la Diócesis y la Parroquia son el campo, donde pastan y se nutren las ovejas. La Virgen María, la Sierva humilde, es la Pastora Divina de la evangelización, el modelo y la estrella que ilumina nuestros pasos, pero hay que mantenerse muy unidas todas; ¡fuera!, ¡lejos divisiones! por eso “tu Espíritu sostenga a todas tus ovejas reunidas en torno de ti Pastor, reafirmando la unidad en el trabajo pastoral”.
Los temores... Pues siempre en las obras humanas sabemos que somos frágiles, pero sobre todo tenemos los temores de hacer realmente la obra de Dios, hacia dónde vamos a caminar? ¿No será que vamos a engendrar ilusiones que luego se van a frustrar? O sea, no vamos a ser causa de equivocación para estas jovencitas que se están arriesgando a correr la misma suerte que nosotros, no será una quimera ilusoria este caminar de una nueva Congregación? Realmente será la obra de Dios?
Sin embargo la necesidad está ahí, eso nos daba a nosotros ya una seguridad de saber que Dios nos quiere, porque se palpaba realmente la necesidad de nuestros hermanos en la Pastoral y mientras más caminaba el Plan Diocesano de Pastoral, más se veía la necesidad de unas Religiosas que estuvieran adheridas como vida consagrada, al caminar de una acción pastoral diocesana, con la divina impaciencia del Buen Pastor.
Mis ilusiones... Despierta ilusiones en cada uno de nosotros y en este servidor al ir viendo plasmada la Voluntad Divina. Recuerdo una carta, ‘la carta de mis sueños’ a la primera generación, recuerdo lo que les dije a todas y cada una de ellas en esa carta en donde yo veo como un sueño, como un manantial, una alfaguara, o sea, un manantial que siempre tiene agua y que surte toda la pradera, que baja desde el cerro Mactumatzá y desde ahí como una bendición va a todos los rincones de la Diócesis, así lo contemplé y así espero que bajen desde esa Casa del Mactumatzá, desde el Convento de Jesús Buen Pastor en la antigua Finca del Cocal al pie del Mactumatzá; que desde ahí brote agua abundante de vida evangelizadora para la Diócesis. También a este respecto, pensamos que desde ahí puede gestarse lo que dijimos en aquella canción “Tuxtla de mis amores y mis recuerdo, Tuxtla que se levanta con la esperanza por sobre la cumbres del Mactumatzá”, más allá de las cumbres del Mactumatzá está nuestra esperanza, pero desde el Mactumatzá nos viene el auxilio “levanto mis ojos a los montes del Mactumatzá... de dónde me vendrá el auxilio?” desde ahí nos vendrá el auxilio del Señor, así lo esperamos, son nuestros sueños y nos alegra ir viendo que se plasme esta voluntad divina con el auxilio que nos viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.
Pues estos acontecimientos los vamos compartiendo también con los diferentes sectores de la Diócesis. Recuerdo que con mucha alegría compartimos estas primeras experiencias pastorales con las Parroquias de la Diócesis que estaba visitando para estos tiempos del inicio en la visitas pastorales, a las diferentes parroquias y en los diferentes sectores de la Diócesis también: las demás Religiosas, los demás pueblos, los Sacerdotes y conocían que estaba iniciándose una nueva Congregación y se recibió la noticia con júbilo y con alegría. Como siempre no falta alguien que ve con cierto recelo o que puede interpretar de otro modo esta buena voluntad, pero así son las obras de Dios, siempre tienen algunas dificultades para poder surgir y caminar.
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