José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

lunes, 22 de octubre de 2018

NO SE PUDO LOGRAR LA PAZ EN LA SIERRA POR LA FRAGMENTACION DE LOS CARTELES, DICE OBISPO

No se pudo lograr la paz en la sierra por la fragmentación de los cárteles, dice el obispo


22 octubre, 2018 6:56 am
PUBLICADO POR Diario El Sur Acapulco
Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Jesús Guerrero

Se han conformado al menos otros tres subgrupos, que son “los más radicales y los más difíciles”, asegura Salvador Rangel. Es a ellos a los que el Ejército y la Policía Estatal les debe “apretar la mano”, propone.

Chilpancingo, Guerrero, 22 de octubre de 2018. El obispo Salvador Rangel informó que no ha sido posible lograr una tregua y la paz en la sierra, por la fragmentación de los dos cárteles que están “guerreando”. Informó que por esa división se han conformado al menos otros tres subgrupos, que son “los más radicales y los más difíciles”.

Explicó que, “desgraciadamente”, muchos aprovechan estas circunstancias y se convierten en secuestradores y “seudo narcotraficantes”, pues agregó que “a río revuelto, ganancia de pescadores” y que estos grupos “de poca monta” se aprovechan. Señaló que es a ellos a los que el Ejército y la Policía Estatal les debe “apretar la mano”.

El prelado fue consultado la mañana de este domingo, después de una misa que ofició en la capilla del barrio de Tequicorral, en esta capital, a donde acudió para bendecir el sagrario.

Salvador Rangel también discrepó con que la incidencia delictiva en el estado haya disminuido en un 26 por ciento, como dijo el gobernador Héctor Astudillo Flores en su tercer informe de labores. “Hay que entender que es un informe político el que dio el gobernador. Ciertamente hay zonas en donde ha disminuido, como Chilapa e Ixtapa, pero hay zonas como Zumpango, Chilpancingo y Acapulco, en donde no se puede decir que haya disminuido la criminalidad”, replicó.

También opinó que los homicidios de mujeres se han incrementado en los últimos días por tres razones: el machismo, en primer lugar; en segundo porque hay mujeres que se dedican a trabajos o tareas “no tan nobles”, y por motivos políticos.

El obispo anunció la semana pasada en Iguala que se reuniría con integrantes de un grupo delictivo, para insistir en una tregua en la sierra, y consultado este domingo sobre los resultados, declaró que “no ha habido una respuesta concreta”, aunque aseguró que “han mejorado las cosas”.

Por ejemplo, dijo que de Filo de Caballos “hacia la izquierda”, por el lado de Chichihualco, ya están funcionando las combis “y relativamente está tranquilo todo aquello”, pero reconoció que falta normalizar el servicio de transporte hacia Tlacotepec. Explicó que las combis vienen de esa cabecera municipal o bajan por Mezcala o por Teloloapan. Informó que también se restableció el servicio de transporte de Mezcala a Carrizalillo.

Pero reconoció que no se ha podido restablecer la tregua ni la tranquilidad en su totalidad. Informó que todavía la noche del sábado habló por teléfono “con un personaje de éstos”, en busca de un acuerdo, y anunció que este martes subirá nuevamente a la sierra “porque yo creo que es importante hacer algo”.

Argumentó: “Yo, como pastor, como obispo, pudiera sentarme en mi oficina, pero la conciencia no me lo permite. Alguien tiene que hacer algo para pacificar la sierra, y es lo que estoy haciendo” y luego llamó a los feligreses a que hagan oración para que vuelvan a la cordura las personas que provocan la violencia.

El obispo también se refirió a las lonas con narco mensajes, que fueron encontradas la mañana del sábado en distintos lugares de Chilpancingo y Zumpango. Dijo que, en efecto, en ellas se culpa a “los señores” de la sierra “e indican quiénes han hecho los últimos asesinatos”.

En las lonas, el Cartel del Sur, que liderea Isaac Navarrete Celis, El Señor de la I, culpa al grupo delictivo de Tlacotepec, de Onésimo Marquina, de los secuestros y el cobro de piso.

Al respecto, el obispo reveló que el personaje con quien habló la noche del sábado, le dijo que ellos lo que no quieren es que haya secuestros, levantones y cobro de piso.

Rangel Mendoza añadió que a veces los crímenes se cometen en contra de estas personas, que se dedican a actividades delictivas. “Si ustedes se dan cuenta, el mismo día del informe del gobernador mataron a tres personas, pero según esto, me dijeron que eran personas que andaban llevando carteles para cobrar derecho de piso”.

Explicó que lo que le han dicho los líderes criminales, las veces que se ha reunido con ellos, es que el origen de la violencia obedece a la fragmentación de los dos grupos que están “guerreando” actualmente, pues por la división se conformaron por lo menos otros tres subgrupos “que a veces son los más radicales, los más difíciles y desgraciadamente muchos aprovechan estas circunstancias y se convierten en secuestradores y seudo narcotraficantes. Porque a río revuelto, ganancia de pescadores. Los que se aprovechan son estos subgrupos de poca monta”.

En opinión del obispo, son a estos subgrupos a los que el Ejército y la Policía Estatal les debe “apretar la mano”.

Precisó que cuando se dividen los carteles surgen otros grupos e insistió en que por la caída de los precios de la amapola esta gente no sabe qué hacer, “les da por asaltar y robar los víveres que van hacia arriba. Ese es otro fenómeno nuevo que se está presentando, porque no tienen qué comer”, insistió.

Dijo que ante este problema, la gente de allá se pregunta por qué no se hacen polos de desarrollo. Por ejemplo, informó que en la zona de Vinatas, municipio de Heliodoro Castillo, hacia abajo, se produce mucho mezcal, pero que no se puede industrializar ni vender y dijo que alguien tiene que salir al encuentro, para organizar a los productores.

Añadió que también se cultiva pera, guayaba y aguacate, pero que en esta temporada se echó a perder, porque no la pudieron sacar. Dijo que para ello hace falta un esfuerzo serio de los gobiernos estatal o federal, para que las gentes de esa zona puedan vender sus productos.

Informó que un campesino le contó que él baja con 3 o 5 cajas de pera y que las vende en las calles de Chilpancingo, pero que es muy difícil que le compren, y que le ha planteado que la solución sería que les establecieran un lugar fijo en donde la gente pudiera distribuir las cosas que se producen allá arriba.

Añadió que la gente de la sierra también está pidiendo que les manden medicinas y que él tiene una lista de comunidades en donde le han pedido que suba el medicamento, porque la gente está padeciendo mucho.

Explicó que las comunidades de Leonardo Bravo piden también que se amplié el Centro de Salud de Chichihualco, que es la cabecera municipal, o que se construya un hospital porque la gente tiene más confianza de bajar allí que venir a Chilpancingo, “es gente que ya está marcada y se siente más protegida yendo a Chichihualco”, dijo.

El sábado, después de una marcha en contra del aborto, el obispo dijo que hay por lo menos tres grupos, que están en guerra y generan altos niveles de violencia en Chilpancingo y los pueblos de la sierra. “Yo les llamo los kamikazes. Son por lo menos tres grupos a los que no les interesa nada, no respetan nada, son los que están cometiendo asesinatos, secuestrando”.

Por lo anterior, hizo un llamado al Ejército y a las policías federal y estatal, para que pongan filtros de revisión en Chilpancingo y que disminuyan los niveles de violencia.

Los feminicidios

También opinó que los homicidios de mujeres se han incrementado en los últimos días por tres razones: el machismo, primero; en segundo porque hay mujeres que se dedican a trabajos o tareas “no tan nobles”, y por motivos políticos.

Antes, en su homilía, Salvador Rangel se quejó de que algunos medios de comunicación malinterpretaron unas declaraciones que hizo la semana pasada, pues publicaron que los feminicidios se han incrementado porque las mujeres no van a misa, cuando aseguró que lo que declaró fue que algunas de las víctimas no estaban precisamente en misa cuando fueron atacadas.

Explicó que hay tres razones por las cuales se están incrementando los feminicidios. Declaró que la primera es por el machismo que existe en México; la segunda porque dijo que hay mujeres que se dedican a trabajos o tareas “no tan nobles”.

Subrayó: “Hay mujeres que trabajan en las cantinas y prostíbulos. Otras se dedican al narcotráfico, hay halconas, y mujeres que les gusta andar en la vida galante; y a muchas de estas mujercitas, que estaban en lugares peligrosos las han asesinado. No es lo mismo estar en una cantina o prostíbulo, que estar en misa”, precisó el prelado.

Expresó que la tercera razón de los asesinatos de mujeres es por una cuestión política, “hay mujeres periodistas o las que defienden los derechos humanos o derechos sindicales, que han sido asesinadas por otros políticos o por el mismo narcotráfico”, denunció.

El obispo condenó, sin embargo, cualquier homicidio, “principalmente los feminicidios, porque la mujer siempre se puede defender menos, y tenemos que apoyar que ya no esté sucediendo esto”, declaró.

También se le preguntó por la aseveración del gobernador Héctor Astudillo Flores, quien al presentar su tercer informe al Congreso local, reconoció que el principal problema de Guerrero es la violencia, pero aseguró que por las estrategias conjuntas de los órganos de seguridad federal y del estado, obtuvieron “mejores resultados”, porque en este año en relación con 2017, “disminuyó más del 26 por ciento la incidencia del impacto delictivo”.

Salvador Rangel discrepó: “Hay que entender que es un informe político. Aunque no me quiero meter en polémica con el gobernador, pero yo he dicho que si 2017 fue el año más violento y los primeros 5 o 6 meses de este año también, yo no sé en qué se basan para decir que ha disminuido la criminalidad”.

Reconoció que, ciertamente, hay zonas en donde ha disminuido, como en Chilapa, Ixtapa o Zihuatanejo, “pero hay zonas como Zumpango, Chilpancingo y Acapulco, en donde no se puede decir que ha disminuido la criminalidad”, declaró.

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