José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

domingo, 31 de enero de 2010

X. ENTREVISTA CON MONSEÑOR FELIPE AGUIRRE FRANCO, ARZOBISPO DE ACAPULCO.


ENTREVISTA A MONSEÑOR FELIPE AGUIRRE FRANCO, ARZOBISPO DE ACAPULCO, REALIZADA POR LA HERMANA ADRIANA MAZA COUTIÑO, DE LAS DISCIPULAS DE JESUS BUEN PASTOR.

Capítulo X: OBISPO AUXILIAR

Mis actividades como Obispo Auxiliar. Tenía el encargo de colaborar con el Sr. Obispo José Trinidad Sepúlveda. En el primer nombramiento que me dio me encargó los grupos y movimientos de laicos y agrupaciones de seglares, todo lo referente al apostolado de ellos. Fue un trabajo de coordinar en toda la Diócesis estos movimientos laicos, así como también su formación.
Me dediqué también a formar el Coro “Paz en la Tierra” que comenzó a dar conciertos de Navidad y estos conciertos transcendieron para la formación de otros coros, hasta uno en la Universidad de Chiapas y otro en la Escuela de Música del Estado que se formó a petición del entonces Secretario General de Educación Don Javier Espinoza Mandujano. El coro “Paz en la tierra” acompañaba en las celebraciones litúrgicas grandes, por ejemplo: presidía el Señor Obispo Mons. José Trinidad Sepúlveda y yo lo acompañaba, en cierto modo, concelebrando pero dirigiendo el Coro y animando al pueblo a cantar, así que con el coro a un lado y como guía de los cantos en la Catedral de San Marcos en las grandes celebraciones. Florecieron entonces conciertos importantes como “El Stabat Mater” de Pergolesii, los recitales de cantos navideños y algunos recitales en el Teatro de la Ciudad; alguna vez se puso el “Gloria” de Vivaldi con todas sus variantes.
También me tocó ser Párroco de San Marcos durante dos años antes de ser Obispo Auxiliar y 14 años como Obispo Auxiliar, con todo lo que lleva consigo una Parroquia, 16 años en total.
También como Obispo Auxiliar y Párroco, me tocó buscar terrenos para construir los Templos y también futuras Parroquias como varias de ellas ya lo son actualmente, para ganarle al crecimiento de la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez. Ser Obispo Auxiliar fue parte del crecimiento de Tuxtla Gutiérrez, cuando yo llegué no pasaba de 70,000 hab. La ciudad, en algunas partes todavía decía que tenía 40,000 pero de 70,000 pasó a ser la Tuxtla Gutiérrez de 550,000 habitantes. Todo este crecimiento de la Ciudad me tocó verlo como Obispo Auxiliar y traté de ganarle edificando Templos o Capillas y adquiriendo terrenos, así pasó con el Templo de San Francisco, el de la Patria Nueva, el de Infonavit Grijalva, donde está ahora Shanká, San Antonio de Padua, San José de la Colonia Obrera, San Pedro del Potrero, Santa Teresa, San Rafael, San Felipe de Jesús, Ntra. Sra. de la Soledad de la Albania y los Templos del Km 4. 4, el Proyecto San Felipe de Jesús, etc.
Otros muchos campos que me tocó ir ayudando al crecimiento pastoral de la Ciudad, creo que fue uno de mis grandes retos y encomiendas que tuve, acompañar al pueblo que iba creciendo, ayudé mucho a la Parroquia de la Bienestar Social, en aquel tiempo estaba muy anciano el Sr. Cura Rafael Flores Aguilar, “el P. Rafaelito”, traté de ayudarle a él, hasta su lecho de muerte.
Se desarrollaron muchas Colonias nuevas como la Col. Emiliano Zapata, Mexicanidad Chiapaneca, etc. muchas otras Colonias nuevas a las que ayudé para que tuvieran asistencia pastoral.
Luego otra de las encomiendas que tuve fue ayudar al Seminario a su crecimiento, construcción, promover la colecta del Seminario; de una colecta modesta, subió casi al 1,000,000.00 de pesos en ese tiempo. Construimos varias alas del Seminario y promovimos las vocaciones del Seminario.
La Casa de “San Marcos” también comenzó a realizarse hasta decía el Sr. José Trinidad Sepúlveda “El Sr. Aguirre va a hacer esta casa ahora que está todo tan caro?”, él mismo se contestaba: “pero ya me dijo el Sr. Aguirre que si vamos a esperar a que den más caro todo, nunca lo vamos a hacer, mejor vamos ganándole a la carestía de la vida” y así se inició la Casa de “San Marcos”, desde 1985 y terminó en enero de 1990, duró cinco años construyéndose con 52 habitaciones particulares con dos camas y su propio baño, su sala de charlas, comedor amplio, lugares para servicios sanitarios, luego la gran Capilla que se puede abrir la puerta para que abarque también el Patio; la huerta un lugar de meditación y la parte de la recepción y estacionamiento, es más de una hectárea de terreno al servicio de la pastoral. Algunos dicen “La Casa Seglar”, pero no, es más bien “La Casa de San Marcos”; otra cosa importantísima que tiene esta Casa es la casa de las Religiosas que entonces se consiguió que vinieran las Religiosas Franciscanas de Jesús Crucificado de quien era miembro también la M. Silvia López Pérez.
Después se comenzó a realizar el proyecto de la Casa “San Felipe de Jesús”, que ahora se le ha dado en comodato al P. Renato Rondolini para los muchachos abandonados que están rehabilitándose al pie del Mactumatzá.
Otra de las actividades que me tocaron también muy directamente con el Sr. José Trinidad Sepúlveda casi al comienzo de mi Episcopado como Obispo Auxiliar fue la remodelación de la Catedral de San Marcos: una que hicimos en 1976 pero que luego nos obligaron a echar abajo lo que ya habíamos construido, solamente quedaron unas columnas que dan al lado de la banqueta norte de la Catedral porque dijeron que esa Catedral debía conservarse así como era antiguamente y nos destruyeron lo que ya habíamos hecho; habíamos gastado solamente $375,000.00 que después para rehabilitarla el Gobierno de Obras Públicas y Antropología e Historia gastaron más de $8,000,000.00 para poderla restituir como estaba antes para que veamos como es la Providencia y al poco tiempo, a los tres años, llegó Don Juan Sabines Gutiérrez y él sin hacer caso a las prohibiciones, procedió a esta actual remodelación de la Catedral restituyéndole su primitiva originalidad que es de fines del siglo XVI y que está realizada en el siglo XVII como la Iglesia de la antigua Coyatoc de San Marcos de los Tuxtla tal como se encuentra ahora nuestra actual Catedral de San Marcos; no fue así, pero en buen arte de aquel entonces debió haber sido así: con un campanario solemne, una espadaña y conservando los cruceros que son los muros de finales del siglo XVI. Así fue como se llevó a cabo la remodelación de la Catedral, primero un intento fallido en 1976 y de 1979 a 1982 Don Juan Sabines la remodeló externamente muy de acuerdo con nosotros, Mons. Sepúlveda y un servidor y el Sr. Arquitecto Dn. Ignacio Díaz Morales que fue el que guió arquitectónicamente las obras.
Otra de las actividades que me tocaron, fue promover desde entonces los albores del Plan Diocesano de Pastoral, porque desde entonces comenzamos a platicar la posibilidad de un Plan, con los Presbíteros primeramente, hablando de la planeación pastoral con ellos, luego con las Religiosas de la Diócesis, luego se fundó el famoso EDECAL, un equipo de capacitación pastoral para todos los laicos, ahí estaba don Jorge Lanz y otras personas más. Hay otras actividades pero creo que esas son las principales.

LOS RETOS QUE AFRONTE EN ESTA NUEVA MISION

Hacer presente al Obispo Diocesano. Pues son grandes los retos, yo creo que tenía que hacer una presencia pastoral en nombre del Sr. Obispo Diocesano, Mons. Sepúlveda, y para poder él andar más por los pueblos, quiso que le ayudara, que estuviera más presente en la Ciudad, coordinando ahí lo Pastoral.
Medios de Comunicación Social. Yo vi la grande necesidad de incursionar en los Medios de Comunicación social como la radio, también un poco en los periódicos y con los reporteros, porque encontré una prensa muy adversa al Sr. Obispo y en general a la Iglesia, por ejemplo: me acuerdo que de recién llegado a Tuxtla, ya como Obispo Auxiliar, llegué a oír un programa muy escuchado que se llamaba ‘Patrullero 920’, decía: “los Padres de la Iglesia de San Marcos ponen tantas trabas en la celebración del Bautismo que es prácticamente imposible llevar a sus niños a bautizar, bueno sería que los mal llamados Ministros Eclesiásticos pusieran coto a sus desmanes a fin de que fuera más posible la celebración del bautismo. Seguiremos informando”, decía en aquel entonces ‘El Gritón’, así le llamaban al locutor que se autodenominaba ‘Patrullero 920’, era muy escuchado.
Comencé a hablar con los reporteros, con los Medios de Comunicación y me abrieron sus cabinas, las páginas de sus periódicos y comenzamos a darle otra imagen a la Iglesia a través de los Medios de Comunicación.
Cuando me ordenaron Obispo Auxiliar los Medios de Comunicación fueron totalmente negativos contra la Iglesia, contra el Obispo y contra la Celebración, se escandalizaban de que fuera a ser una Celebración en público en la explanada de la cancha de básquet de San Roque. Pero después fueron muy favorables tanto que nueve años, como Obispo Auxiliar, tuve un programa de radio llamado “Charlas Dominicales” y dos años consecutivos fui a dar pláticas cuaresmales durante toda la Cuaresma de estos dos años, fue en el año 76 y 77, menos los Domingos que era un día en que solamente iba a las 9:00 de la mañana a dar una plática en la radio de media hora, tenía un comentario de Domingo, o sea, la homilía, algún comentario de aquello que flotaba en el ambiente y luego noticias, yo mismo ponía mis canciones, es decir, los intermedios moviendo así los aparatos de la radiodifusora XELM. Lo hice con el fin de apoyar al Sr. Obispo Sepúlveda en ese aspecto.
Cercanía con los Sacerdotes. También vi conveniente que una de mis actividades fuera la mucha cercanía con el Clero, estar muy cerca de todos los Sacerdotes y unificarlos más en torno al Sr. Obispo José Trinidad Sepúlveda, para llevar a cabo las actividades, creo que es una de las cosas que me puedo gloriar, que en toda la vida nunca he faltado a una de las reuniones sacerdotales de cada dos meses; excepto una vez que tuve que andar en Roma en una ocasión falté en la reunión de cada dos meses que tiene el Clero, pero siempre estaba con las reuniones del Clero diocesano allá en Tuxtla, así como lo estoy haciendo hasta la fecha en esta nueva Arquidiócesis.
Accidente automovilístico. También debo decir que uno de los retos que tuve que afrontar fue un accidente que sufrí, cuando cambié mi carro por una Caribe verdecita y una mañana que venía yo de Comitán cerca de Mixitón, antes de llegar a las grutas de Rancho Nuevo, se me hizo de jabón la carretera y me fui a estrellar contra un camioncito de redilas de tres toneladas y media que estaba bajando indígenas; menos mal que no me fui contra la gente sino que me estrellé contra las llantas traseras y parte de la plataforma de la esquina me pasó rosando por la frente y por la cabeza y me hizo un zigzag en la piel que hizo que hasta se me cayera el cuero cabelludo de la cabeza y me brotó mucha sangre, de pronto pues quedó mi carro sin poder seguir caminando y duré tres días en la Casa Episcopal de San Cristóbal pero luego me llevaron al hospital para estar atendido; me pusieron una venda tan requintada, tan guindada dirían en Chiapas, que si no me muero del golpe, me muero de la venda que me pusieron para que no hubiera ningún edema sanguíneo, algún coágulo; como estaba muy apretada, no pude dormir las tres noches con sus tres días. Eso fue en 1979, salí nuevamente de este accidente, gracias a Dios, ya que pudo ser el fin de todo, les pedí que me pusieran la Unción de los Enfermos y una monjita dijo: “ay, que está usted muy grave”, “no Madrecita, le dije, que no tiene fe, cuando tenemos nosotros una enfermedad de cuidado que ofrecer a Dios pues hay que poner los Santos Oleos” y le dije a mi hermano Eustaquio que me diera la Santa Unción. Él escuchó en la radio precisamente de aquel locutor que le decían El Gritón: “¡accidentes de tránsito!, es el caso, caros y gentiles amigos, que el Obispo Auxiliar de Tuxtla ha sufrido un fatal accidente, se encuentra en estos momentos debatiéndose entre la vida y la muerte, ha perdido el conocimiento y sufre conmoción y fractura de la base encefálica, hasta este momento no ha recobrado el conocimiento. Seguiremos informando”.
Cuando iban por mí dos señoras a llevarme a ver algún enfermo, les decía: “oigan, váyanse con cuidado, no sea que de repente nos pase algo y al día siguiente El Gritón vaya a decir: “Sacerdote en una volcadura con dos chamacas a bordo” y pues ya eran personas respetables, ya grandes, pero el chiste es darle morbo a la noticia.
De todas maneras salimos adelante gracias a Dios. Me acuerdo que me quedó una abertura en la frente y un día le dije a un chiquillo: “¿verdad que ya estoy bien, tú cómo me ves?”, por que me dijo el chiquillo: “usted tuvo un accidente hace poco, verdad?”, “sí, pero ya nomás me queda esto, tú cómo me ves?” yo creía que ya estaba más o menos bien, pero el chiquillo nomás le hizo sonando su dedito: “híjole, se le ve rete feo”. Parece que me quitó las arrugas que me podían salir con el tiempo, bueno ya no nomás las arrugas son huellas del tiempo, los surcos del tiempo que tienen la siembra de tantos años.

LAS ACTIVIDADES PASTORALES
QUE MÁS IMPULSÉ EN ESTE TIEMPO

Yo creo que en pocas palabras Dios me encomendó que le ayudará al Sr. Obispo Sepúlveda como Auxiliar:
Semanario Católico. El 25 de julio de 1976 que es fecha de erección de la Diócesis que fue erigida en 1965, iniciamos el Semanario Católico, nuestro periódico, que hasta la fecha está vigente y que ha seguido saliendo cada semana, no es católico porque sale cuando Dios quiere, sino porque sale realmente cada semana gracias a Dios, y se va mejorando cada vez más, me han apoyado en esto mucho los Seminaristas, el Seminario Diocesano siempre ha apoyado este Semanario Católico para que salga cada ocho días.
Encuentro Matrimonial. Otra de las obras pastorales que Dios me concedió realizar en este tiempo fue el inició del Movimiento Diocesano de Encuentro Matrimonial, el Sr. Sepúlveda me dijo: “mira para que crezca bien este movimiento, yo lo voy a aprobar si tú te comprometes a asesorarlos”, “sí, Señor, le dije, yo los voy a asesorar y voy a caminar con ellos” y por eso me interioricé tan de lleno con este movimiento que hice todas las prácticas para recibir el Fin de Semana de Encuentro, luego prepararme para dar charlas, y también para dar el Fin de Semana “Profundo”, y he participado en los Encuentros Nacionales, he dado más de 50 fines de semana así como también Retornos Espirituales, que es encuentro de la Pareja con la Biblia. Muchos frutos ha dado el Encuentro Matrimonial en la Diócesis de Tuxtla.
Promoción vocacional. También me tocó la Promoción Vocacional, sobretodo en 1983 para cumplir mis 25 años de Sacerdote, hice Jornadas Vocacionales en casi todas las Parroquias de la Diócesis que fue posible, así como también en mi pueblo natal.
Peregrinaciones. También realicé varias peregrinaciones a Roma y a Tierra Santa y a algunos otros Santuarios de Europa, en 1974 de recién ordenado Obispo fui con algunos Obispos y Sacerdotes con el Ministerio de Turismo de Israel que nos invitó, después en el 75, después en el 78, luego en el 81 y luego en el 86 como Obispo Auxiliar; así que fueron cinco viajes que tuve por allá; en todos ellos fui a Tierra Santa menos en el 86 en que solamente fui con el Papa, en la Cd. de Roma, después de un Curso de Espiritualidad en Shoenstatt, Alemania.

RESIDI EN LA CATEDRAL

En la antigua Casa Parroquial. Porque era el Párroco viví en la Catedral, en el anexo de la Catedral que luego se construyó cuando se hizo la remodelación, pero cuando antes estaba el Colegio de Niñas a un lado, me tocó vivir en la antigua catedral de San Marcos y su Casa Parroquial. Después se remodeló como está actualmente.
En la Colonia Moctezuma. Cuando se hizo el anexo de la Catedral nos tocó vivir un tiempo en el anexo de la Casa de la Colonia Moctezuma, de la Parroquia de Ntra. Sra. del Sagrado Corazón, ahí precisamente porque era Párroco tenía las oficinas parroquiales, como siguen ahora y también tenía ahí lo que debía despachar como Obispo Auxiliar, en el segundo piso.
En ese tiempo el Colegio de Niñas nos daba todo el apoyo logístico a nosotros, después buscamos a alguien que nos hiciera casa en el nuevo anexo de la Catedral de San Marcos, al pie de las campanas.
Aporte a la Catedral. Me tocó comprar algunas campanas nuevas. Fortalecer y darle mantenimiento constante a la bóveda de cañón de la Catedral de San Marcos; me tocó de llenó la remodelación del centro y de la Catedral, la remodelación externa, la parte interna de la Catedral, nos tocó remodelarla al Sr. José Trinidad Sepúlveda y a este servidor, realizándose las pinturas con un sabor antiguo, clásico como están actualmente de tal manera que San Marcos, que es el Patrón, evangeliza no solamente con su Evangelio sino que también con su imagen y con los pasajes del evangelio de San Marcos que están exhibidos ahí en el retablo del frente y en otras partes con pinturas muy valiosas, como la del Bautisterio, la Glorificación de María que está en una parte lateral, o como la que está en el tímpano del frontis de la gran bóveda del cañón que remata ahí antes de la cúpula donde está también un San Marcos protector de Tuxtla Gutiérrez y que se ven las torres antiguas de la Catedral que fueron demolidas para ser la actual torre campanario que tiene 48 campanas musicales.

SACERDOTES CON QUIENES CONVIVÍ MÁS...?

Siempre he vivido en comunidad. Dios siempre me ha concedido la gracia de vivir en comunidad, desde que estuve en el Seminario; después en La Barca como Párroco, y luego en Tuxtla Gutiérrez; siempre he vivido con Sacerdotes, nunca he vivido solo, yo mismo procuro que estemos varios Sacerdotes y que compartamos la comidita, la plática, las juntas, las alegrías, las penas, las evaluaciones, las programaciones, con varios Sacerdotes.
En aquel entonces mucha gente desfiló en la Catedral porque era como la Parroquia piloto, como un vivero donde se preparaban los futuros Párrocos y los futuros Vicarios Parroquiales; de recién ordenados muchos ahí estaban en la Catedral de San Marcos, además de otros venerables Sacerdotes, que fueron a ayudarnos durante ese tiempo y que algunos aceptaron después alguna Parroquia o que fueron solamente por algún tiempo. Por ejemplo me tocó convivir mucho en la Catedral con el P. Daniel Mora Panduro, que de Dios goce, el P. Gustavo López Mariscal, de recién ordenado, el P. José de Jesús Cruz Chávez, el P. Miguel Cardona, el P. Severo Castellanos, el P. Gumaro Díaz López, el P. Toño Serna y la figura respetable de Mons. Ranulfo Torres Gómez que fue durante muchos años Párroco de la Catedral y después el primer Vicario General que murió en 1991. Otro Sacerdote venerable que de Dios goce, hace poco murió, el P. Luisito, el P. Luis Trujillo, de aquel que había sido Párroco de Chiapa de Corzo y que decían: “Chiapa de Corzo tiene su plaza grande, su río grande, su Iglesia grande, su campanona y su Padrecitío”, porque era un Sacerdote chaparrito. Y otros muchos Sacerdotes que no los recuerdo, pero que por ahí estuvieron en vida de comunidad, caminando junto conmigo en este tiempo.
Nuestra vida comunitaria consistía... Rezábamos juntos, teníamos nuestra Capilla, comíamos juntos, tanto anteriormente cuando teníamos nomás la cocina de las Religiosas del Colegio de Niñas, que nos daban de comer por una ventanita, por ahí nos pasaban la comida, como cuando íbamos también a paseo juntos para descansar, planeábamos el trabajo, nos apoyábamos mutuamente y cuando alguien estaba enfermo o tenía que salir; hacíamos algunos deportes, a un lado de mi cuarto que es el que da al crucero de la Virgen del Carmen. Lo cerré con una malla para poder jugar ahí un fútbolito rápido que muchas veces era muy abigarrado, el juego se ponía muy duro, me acuerdo que me dejaron las piernas todas llenas de moretones y de sangre, me dejaron como “Santo Cristo de limpias”.
Era una vida de comunidad siempre bonita, porque los Sacerdotes tenemos que vivir en comunidad: primero porque tenemos que dar ese signo, segundo, porque formamos un mismo sacramento junto con el Obispo.
Como Obispo Auxiliar duré 14 años. Es un tiempo largo, 14 años, dicen “pero como has aguantado tanto”, al contrario ‘cómo me han aguantado tanto tiempo a mí’ y el Señor Obispo Sepúlveda cómo me ha aguantado 14 años como Obispo Auxiliar.
Me acuerdo que me decían “el obispito”. Una vez llegó una señora: “oiga usted, deme razón, dónde se encuentra, pues no sé cómo se llama pero es un Señor Sacerdote que le dicen “el obispito”, “¡ah! pues para que lo quiere?”, “es que lo ando buscando para que me de razón de un viaje que va a haber a Roma”, “pues yo soy”, “¡ah! dispénseme, pues yo sólo sabía que le dicen ‘el obispito’” y así decía la gente, porque veían al Obispo grande y al Obispo chiquito, hasta los indígenas me decían así pues era el Obispo Auxiliar, decían “Obispo une, Obispo une”, une significa niño, pequeño, el de brazos. Gritaban todos los chiquillos cuando el volcán Chichonal: “Obispo une” se ponían muy contentos cuando me veían pasar.
El volcán Chichonal. No cabe duda que uno de los acontecimientos más dolorosos para nosotros y que fue un reto que se me pasó decirlo en el punto dos de los grandes retos que tuve que afrontar fue la explosión del volcán Chichonal; fue muy doloroso ese tiempo, fue el 28 de marzo de 1982, cuando explotó, hubo muchos muertos, más de 2000 y el Señor Sepúlveda se fue hacia Tabasco para atender a los damnificados de una parte de Carmen Tonapac, de Chapultenango que se fueron a Tabasco y en cambio de Francisco León y Carmen Tonapac se vinieron para Tuxtla Gutiérrez. El Señor Sepúlveda atendió a los de Tabasco y yo a los que se vinieron a Tuxtla.
Mucha gente fue desubicada, tuvo que huir de las explosiones del volcán Chichonal, no tenían qué comer; se les defendieron sus pueblos, sus siembras, sus árboles y se pidió que se les reubicara en lugares seguros, gracias a Dios y a nuestra intervención como Obispos y como Iglesia ellos prosiguieron teniendo su pueblo, no se desintegraron como pueblo zoque, porque nosotros urgimos que no deshicieran sus comunidades, entonces le compuse un corrido al volcán Chichonal que por ahí está, esa es edición aparte, me acuerdo que decía:
“Para cantarles a ustedes los versos de estas cuartillas
voy a quitarme el sombrero y ponerme de rodillas,
hermanos que ahí murieron no son polvo sus destinos
pues florece allá en el monte su vida de campesinos,
reinen con palmas de mártir en los arcanos divinos
pues con su muerte le dieron al zoque nuevos caminos.

Vuela, vuela palomita, lleva en tus blancos colores
al volcán y a sus cenizas una corona de flores
y lleva gracias eternas a todos los bienhechores”.

Separación del P. Daniel Mora. Otro reto doloroso de ese tiempo, como Obispo Auxiliar, precisamente en 1982, el año de la explosión del volcán Chichonal, también fue la separación durante 17 años del P. Daniel Mora Panduro. Todos sabemos ya el desenlace final de esta historia, de esta deserción dolorosa de 17 años. El motivo fue que hubo alguna discrepancia en cuanto a la determinación del Sr. Sepúlveda ya que no le dieron la autorización de documentos para que prosiguiera en Tuxtla de parte de la Arquidiócesis de Guadalajara pero el Padre Mora pensó que debería seguir en Tuxtla y entonces hubo esa ruptura y él se separó del servicio de su Ministerio en la Diócesis durante 17 años. El trabajó como un buen laico, un laico muy íntegro eso sí y en trabajos en algunas oficinas, después una carpintería, llevaba una vida cristiana honesta de un gran testimonio de integridad en todos sentidos, y de virtud humana y cristiana. Todo esto no dejó de ser doloroso en ese tiempo.
Mi relación con Mons. Sepúlveda. Desde luego yo hubiera querido ayudarle más, mi relación era de cercanía y unidad en torno a él, como era Obispo Auxiliar y Párroco, recuerdo que mi primer nombramiento que hice, mi primer disposición que dí por escrito como Obispo Titular fue exonerarme a mí mismo de Párroco y nombrar al primer Párroco en lugar de mí que fue el P. Miguel Cardona Valdivia.
Adhesión, docilidad y respeto. Mi relación con el Sr. Sepúlveda fue de mucha adhesión, docilidad, respeto; yo puedo decir que su temperamento, su nerviosismo urgían a que las cosas se hicieran aquí y allá en todas partes; mi frustración en cierta modo era no poder ayudarle como yo quisiera, como él se merecía que yo le ayudara, o como él quería que yo le ayudara pero él estaba muy contento de mi trabajo, sabía él reconocer mucho lo que yo hacía junto con él; me acuerdo que una vez dijo: “el Sr. Aguirre aquí está haciendo esta casa de San Marcos, pero han de saber que el Sr. Aguirre y yo somos una misma cosa”. Me tocó pues mucha cercanía con Mons. Sepúlveda, (precisamente hoy que estoy escribiendo esto le acabo de hablar por teléfono para ver cómo está). Cuando la Casa de San Marcos él estuvo muy cerca y también estuvo presente cuando se estrenó ya cuando él era Obispo de San Juan.
Verdadero amigo. También recuerdo detalles muy significativos de amistad, de verdadero amigo, de ser Padre y hermano: cuando murió mi Mamá, en el año de 1978, recuerdo que él me llevó a los Ángeles, a estar allá, a un paseo para que yo pudiera asimilar ese golpe moral que fue la muerte de mi Mamá, fue un detalle el ir a los Ángeles California a dar un paseo junto con él.
Buena administración. También creo que entre él y yo pudimos llevar una buena administración económica y un gran ahorro en la economía de la Diócesis para poder hacer muchas obras pastorales en bien de todas las Parroquias, de la Ciudad y de la Comunidad.
Penas duras también llegamos a tener juntos. Ustedes saben que las penas unen cuando se llevan juntos, pues la Catedral de San Marcos, la remodelación, cuando nos prohibieron que siguiéramos adelante la obra en 1976 decían los de Antropología e Historia que éramos unos “analfabetas del arte”. Que lo dijeran de mí, está bien, pero del Señor Sepúlveda, que fue mi Maestro de Arte Sacro, pues todavía era mucho decir, pero sí dijeron eso. También la deserción del P. Mora fue muy dolorosa. Los enemigos de la Iglesia quisieron manipular este caso para reventar, destruir al Sr. Sepúlveda con su aprensionismo, con su nerviosismo, sin embargo, la gracia de Dios, la fortaleza del Espíritu Santo lo sostuvo; y lo mismo lo del volcán Chichonal ¡Cómo defendió el Sr. Sepúlveda a los indígenas y me animó para que yo hiciera otro tanto acá junto con Don Juan Sabines Gutiérrez!
Don Juan Sabines Gutiérrez. Quiero decir que Don Juan Sabines me decía un día que le dije que estábamos trabajando, él era Gobernador de Chiapas, “sí, dígales allá en el púlpito que hay que estar trabajando aquí y si no miénteles no sé cuánto...” y bueno toda una retahíla de maldiciones que me decía que les dijera desde el púlpito si no trabajaban por los damnificados del volcán Chichonal, pues fueron acontecimientos de ese entonces.
Quiero decir que también el Señor José Trinidad Sepúlveda tuvo una relación muy importante con el Gobernador, con Don Ignacio Díaz Morales que remodeló la Catedral y también con los Señores del Ejército, con los militares que querían disolver al pueblo Zoque y que nosotros nos afianzamos en que había que constituirlo, defenderlo para que siguieran muy unidos, y defender sus antiguas comunidades.
El día 27 de noviembre de 1982 que se entregó al pueblo de Tuxtla la nueva remodelación de la Catedral de San Marcos, entró Dn. Juan Sabines con una teja adornada con un conejo y el Sr. Sepúlveda con otra teja que tenía un león, símbolo de San Marcos. Cuando llegaron al Altar, yo les recibí las tejas y el Sr. Gobernador me dijo: “Usted va a ser Papa *#¡!¿? (unas palabrotas)”, “no diga eso, Don Juan, que lo está oyendo San Marcos”, le dije, pero él prosiguió: “Es que usted es chin..... chin... chin... “, “Bueno, ya párele, ahí muere, Don Juan, menos mal que el Espíritu Santo no piensa como usted”.
San Juan de los Lagos. Cuando al Señor José Trinidad Sepúlveda lo nombran Obispo de San Juan de los Lagos después de casi 23 años de estar como Obispo Diocesano, para mí fue un golpe muy duro porque realmente yo no podía imaginar la Diócesis de Tuxtla sin el Obispo José Trinidad Sepúlveda, yo ya me había adherido a él; en ese momento, en cierto modo, yo quedaba ya sin la responsabilidad de ser Obispo Auxiliar, de tal manera que podían haberme destinado a otra Diócesis diferente de la Diócesis de Tuxtla Gutiérrez. Fue preciso que yo entrara en una terna que se propuso al Santo Padre para saber quién iba a ser el Obispo, recuerdo que cuando fuimos a despedirlo a la ciudad de San Juan de los Lagos cuando tomó posesión entonces la gente le dijo al Nuncio Apostólico cuando iba pasando “oiga, Señor Nuncio Apostólico, dígale al Papa que ya nos quitaron al Señor Sepúlveda, que por lo menos nos dejen al Sr. Aguirre”, “¡ah! dijo el Sr. Prigione, sí, sí, vamos a tenerlo en cuenta, vamos a tenerlo en cuenta”, yo alcancé a oír que eso le estaban gritando las gentes que fueron vestidas de Chiapanecas, a la toma de posesión del Señor Sepúlveda en San Juan De los Lagos.
Yo sé que eso fue doloroso para el Sr. José Trinidad Sepúlveda pero desde entonces dijo una palabra que a mí también me ha servido mucho para explicar todo lo de mis cambios: “no es necesario sacar a los tuxtlecos de mi corazón para que quepan los de la nueva Diócesis de San Juan de los Lagos, ahora vamos a ser una Diócesis misionera en este nuevo lugar”.

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