José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

jueves, 20 de diciembre de 2007

HACIA LOS 50 AÑOS DE LA REINA DE LOS MARES

INICIA RECORRIDO POR COSTA GRANDE LA REINA DE LOS MARES
Pbro. Juan Carlos Flores Rivas

En el marco del trienio de preparación al Jubileo de la diócesis en 2009, en junta ordinaria del Consejo Presbiteral se tomó nota a la indicación de que todos los aniversarios que coincidieran dentro de este importante jubileo, deberían insertarse pastoralmente.
Es el caso de la Reina de los Mares, la escultura de Santa María de Guadalupe que fue colocada en el fondo marino de Acapulco en el islote yermo de la Hierba Buena, frente a la Isla de La Roqueta, un 12 de diciembre de 1958, un mes justamente, antes de la erección canónica de la Diócesis. Esto quiere decir que primero llegó la Madre de Dios, y después llegó el primer Obispo de Acapulco.
La Reina de los Mares es una escultura en bronce, de la virgen Santa María de Guadalupe, de 2 metros y medio de alto, con un peso de 450 kilos. Colocada sobre un pedestal en forma de pirámide en el fondo marino.
Corresponde a una imagen votiva, es decir, que fue colocada como fruto de un voto de acción de gracias por favores recibidos, el 12 de diciembre de 1958.
El esbozo definitivo fue elaborado por el arquitecto Hector Mestre, y realizada la obra por el escultor Armando Quezada. Conjugando ambos en la escultura el más refinado clasicismo y al mismo tiempo el más religioso sentido de la modernidad, resultando una peculiar estilización de la imagen guadalupana, que permite que su volumen presente la menor resistencia a la fuerza tremenda de las corrientes marinas, así como evitar -en la medida de lo posible-, la adherencia de la fauna y la flora submarina: erizos, ostras, y algas marinas.
La imagen se modeló buscando la representación de una doncella indígena de rostro amable y sonriente, de manos juntas y en actitud orante, de bruñido manto y sin arabescos, y de una postura mística que resulta ser una imagen sin plural en la universal inconografía guadalupana.
Para el año 2002, ante el lamentable estado en que se encontraba la imagen, y en el marco del Año Jubilar para la Arquidiócesis de Acapulco por el 375 Aniversario del Martirio del Beato acapulqueño Fray Bartolomé Días-Laurel, un amplio grupo de fieles entre los que participaron el Arzobispo de Acapulco Felipe Aguirre Franco, la Secretaria de Turismo del Estado de Guerrero Guadalupe Gómez Maganda, así como buzos de Acapulco y muchos ciudadanos, recuperaron la escultura creando una nueva con reformas realizada por el escultor Alberto Chessal. Bendecida por el Papa Juan Pablo II, durante la Canonización de San Juan Diego en la Basílica de Guadalupe.Y fue colocada nuevamente ante el Nuncio Apostólico en México Monseñor Giuseppe Bertello, y la Primera Autoridad Municipal, así como representantes del Gobierno del Estado de Guerrero.
Con motivo de los 50 años de la colocación de la primera Imagen, una réplica de la misma ha iniciado un nuevo recorrido de cuatro meses (diciembre 2007 a Abril de 2008) por la Costa grande, iniciando el 14 de Diciembre en San Luis La Loma; el 19 pasa a San Luis San Pedro; el 26 pasará a San Jeronimito y el 5 de Enero estará en el Santuario de Padre Jesús de Petatlán. Posteriormente recorrerá la Costa Chica (Abril-Agosto), y la zona pastoral Acapulco (Agosto-diciembre).
El motivo es reapropiarnos de uno de los símbolos de Acapulco, que ha marcado la vida espiritual del Puerto, y que ahora se proyecta sobre toda la Arquidiócesis.

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