José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

domingo, 2 de marzo de 2014

EL NUEVO SANTO JUAN XXIII Y LA DIOCESIS DE ACAPULCO




EL NUEVO SANTO JUAN XXIII Y LA DIOCESIS DE ACAPULCO
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas

         El Proximo 27 de Abril de 2014, en la Solemnidad del Segundo domingo de Pascua, “De la Divina Misericordia”, la Iglesia entera estará de fiesta, por la Canonización de dos grandes Papas de la era contemporánea: Juan XIII y Juan Pablo II.
La imbricacion de la historia de la Diócesis de Acapulco es tal con la del Concilio Vaticano II, que su creador, el Papa Juan XXIII, surge al mismo tiempo que el Primer Obispo de Acapulco, el Siervo de Dios Monseñor José Pilar Quezada Valdés.
El Papa Juan XXIII que, apenas tres meses antes había sido elegido por un Cónclave, en Octubre de 1958. Este mismo Papa, sería quien Preconiza el 13 de Diciembre del mismo año, al Señor Cura de San Andrés, en Guadalajara, Jalisco, Monseñor José Pilar Quezada Valdés, como Primer Obispo de la recién creada Diócesis de Acapulco.
              Durante la celebración de la fiesta de la Conversión de san Pablo el 25 de enero de 1959, en un consistorio que el Papa Juan XXIII tuvo con los cardenales tras la celebración en la basílica de san Pablo Extramuros, anunció su intención de convocar un concilio ecuménico. El anuncio causó una gran sorpresa en todos.
Bula con  la que el nuevo Santo Juan XXIII nombra PRimer Obispo de Acapulco a Monseñor José Pilar Quezada Valdés

               Mientras tanto, ese mismo día, en Acapulco era Ordenado el Primer Obispo, Monseñor José Pilar Quezada Valdés, en la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad, de manos del Eminentísimo Señor Cardenal Arzobispo de Guadalajara Monseñor José Garibi Rivera, siendo co-consagrantes los Obispos Francisco Javier Nuño, Alfonso Toriz Cobián y Alfredo Galindo Mendoza, ante la presencia del Delegado Apostólico en México, Monseñor Luigi Raimondi.
         El Siervo de Dios, Monseñor José Pilar Quezada Valdés, guardará siempre especial veneración, hacia aquél grande Papa que le creó como Primer Obispo de Acapulco.
El Papa Juan XXIII encontró muchas formas de manifestarse durante los tres años siguientes, pero una de sus expresiones más conocidas fue aquella que, preguntado por los motivos, presentó al tiempo que abría una ventana: «Quiero abrir las ventanas de la Iglesia para que podamos ver hacia afuera y los fieles puedan ver hacia el interior».
         Sin duda, una de esas ventanas abiertas era la recién creada Diócesis de Acapulco, y en ella su Obispo: ventana abierta hacia el Pacífico, ventana abierta hacia el extremo Oriente.
El Primer Obispo de Acapulco, Siervo de Dios Monseñor José  Pilar Quezada Valdés, tercero sentdo de derecha  a izquierda en audiencia con el nuevo Santo Juan XXIII

         Angelo Giuseppe Roncalli, había nacido un 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, una población cercana a Bérgamo, en Italia. Era el tercer hijo de una familia de gente trabajadora. Después de realizar sus primeros estudios, fue enviado a Roma como seminarista para sus estudios eclesiásticos. Apoyado siempre por su Obispo el Cardenal Radini-Tedeschi, un gran apóstol de los obreros. En la primera guerra mundial, Roncalli ganó el grado de Sargento, en 1924 es enviado  por Pío XI a Sofía como Administrador Apostólico y después a Estambul, la antigua
Constantinopla. Le siguó en el mismos servicio Atenas, Francia. Cuando Pío XII lo nombra Cardenal, en enero de 1953, entonces exclamó: “¡Y pensar que me hubiera gustado tanto hacer de Párroco, acabar mis días en alguna diócesis de mi tierra!”. Poco después fue nombrado Patriarca de Venecia, desde donde nunca dejó de estar en relación con sus hermanos trabajadores.
         Al atardecer del 28 de octubre de 1958, en la tercera semana tras la muerte de Pío XII, cuando Roncalli estaba a punto de cumplir los setenta y ocho años, fue elegido Papa y tomó el nombre de Juan XIII. Su pontificado fue corto, como la gran mayoria de quienes antes habían escogido ya ese nombre: duró cuatro años y siete meses, pero entan breve tiempo supo aprovechar el corazón del mundo, y entre ellos los acapulqueños, quienes vieron en él un verdadero Padre, con su afabilidad y sencillez.
         Cuando la nuerte lo alcanzó el 3 de junio de 1963, el mundo entero lloró el deceso del “buen Papa Juan”, y nadie dudó que no tardaría en llegar a los altares. Su claro testimonio de la santidad, sencillez y humildad de su vida espiritual, se vieron reflejados en el Primer Obispo de Acapulco, el Siervo de Dios José Pilar Quezada Valdés, para bien de las almas costeñas.

No hay comentarios: