José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

viernes, 29 de junio de 2018

29 DE JUNIO DE 2018: FIESTA DE LOS SANTOS APÓSTOLES PEDRO Y PABLO, ENTREGA DE LOS PALIOS ARZOBISPALES


29 DE JUNIO DE 2018 FIESTA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO, ENTREGA DE LO PALIOS ARZOBISPALES.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas

El próximo viernes 29 de junio de 2018, tendrá lugar en la Ciudad de El Vaticano, la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. La Fiesta es la conmemoración del martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso, y es una de las mayores celebraciones religiosas para los cristianos católicos y ortodoxos. En las últimas décadas, esta fiesta ha sido de importancia para el moderno movimiento ecuménico como una ocasión en la que el Papa de Roma y el Patriarca de Constantinopla han oficiado servicios diseñados para que sus iglesias más cerca de intercomunión, como participación en lo común. Este es especialmente el caso durante el pontificado de Juan Pablo II, tal como se refleja en su encíclica, Ut Unum Sint (25 de mayo de 1995).
El palio es una prenda de lana de oveja, que el arzobispo usa sobre sus hombros, bendecida en la fiesta de la virgen y mártir de la cristiandad primera Santa Inés (21 de enero), el Papa bendice unos corderos de los que extrae la lana. Dicha lana, una vez confeccionada, se guarda en una urna de plata en la capilla de la tumba de San Pedro, en el Vaticano. El palio es símbolo de la unidad que vincula a los pastores de las Iglesias particulares con el Sucesor de Pedro, Obispo de Roma. El hecho de que el palio se entregue en una celebración conjunta a todos los nuevos arzobispos de cada año expresa igualmente la universalidad y catolicidad de la Iglesia unidas en y desde la Sede Apostólica.

La lana significa la aspereza de la reprensión a los rebeldes; el color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. La forma circular que encierra los hombros es el temor del Señor, por quien las obras se cierran a fin de que su perfume cubierto no se vaya desvaneciendo, como sucede si se descuidan las pequeñas cosas que, poco a poco, se cae en las grandes. Tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda. Así el obispo debe poseer vida, ciencia, doctrina y poder. Se relaciona también con las cuatro virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del Cristo. En la parte anterior se representa la justicia: el prelado debe velar para dar a cada cual lo suyo. En la parte posterior, la prudencia: el prelado debe cuidarse de dudas y pensamientos nocivos. A la izquierda, el coraje, para no sucumbir en la adversidad. A la derecha, la templanza, para no descontrolarse en la prosperidad. Jurídicamente el palio arzobispal es el símbolo de la potestad que tienen los arzobispos en su provincia eclesiástica y los lazos de comunión con el Romano Pontífice. El palio posee un significado espiritual profundo. Algunos Padres de la Iglesia han visto en las cruces el recuerdo de la Cruz del Señor que el prelado debe llevar con mayor diligencia y amor.
El Papa Francisco introdujo un cambio en la ceremonia de entrega del palio arzobispal, fijando que ya no será el Obispo de Roma quien imponga el palio, sino que los arzobispos lo recibirán en privado y después será el nuncio del respectivo país quien se encargue de la investidura en la diócesis de origen. La novedad, introducida en 2015, indica que “El Papa dispuso que el palio bendecido en la misa de los santos Pedro y Pablo sea impuesto a los arzobispos metropolitanos en sus residencias diocesanas por un representante”.
El nuevo procedimiento prevé que al final de la misa de los santos Pedro y Pablo, el 29 de junio, los nuevos arzobispos sean invitados a concelebrar con el Papa en el Vaticano; los que participen en el rito recibirán el palio “en privado, de manos del Santo Padre”. Ya no existe, pues, la imposición oficial durante el rito, en el que desfilaban delante del Pontífice los nuevos metropolitanos para irse arrodillando y recibir el palio uno a uno. El verdadero rito de la imposición del palio se llevará a cabo en las respectivas iglesias locales, involucrando no solo a la comunidad diocesana metropolitana, sino también a las comunidades sufragáneas, sobre las cuales el nuevo arzobispo ejerce algunas funciones limitadas.
Esta IMPOSICION quedará pendiente en cuanto a la fecha, a realizarse en Acapulco, para el caso de Monseñor Leopoldo González. La fecha confluye con el 35 aniversario de la creación de la Arquidiócesis de Acapulco, pues fue un 29 de junio de 1983, cuando tiene lugar Solemne Ejecución de la Bula “Quo maius” de Erección Canónica de la Arquidiócesis de Acapulco, en Ceremonia realizada en el Zócalo de la Ciudad de Acapulco, presidida por Monseñor Girolamo Prigione, Delegado Apostólico en México.

¡En hora buena Monseñor Leopoldo! ¡Feliz 35 aniversario Arquidiócesis de Acapulco!

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