SAN MARGARITO FLORES GARCÍA (1899-1927).
Tomado y adaptado de: “Notas eclesiásticas del Estado de Guerrero”, pp. 281-336, de Román Juan Guadarrama Gómez, Tipografías Editoriales, México, 1992.
5. EL MINISTERIO DE UN SANTO TAXQUEÑO: CHILAPA, CHILPANCINGO, TECALPULCO Y CIUDAD DE MEXICO.
El 30 de marzo de 1924 MARGARITO FLORES GARCIA recibió el Orden del Diaconado, y el Sábado 5 de abril, en la Capilla del Seminario de Chilapa fue Consagrado Sacerdote por el Excelentísimo Señor Obispo José Guadalupe Ortiz López.
El 20 de Abril, Domingo de Pascua, a las 8 de la mañana, en la Parroquia de Santa Prisca y San Sebastián de Taxco, el Padre Margarito Flores celebró su Canta Misa en que estuvieron presentes sus padres, hermanos, familiares, amigos y feligreses.
Terminada la ceremonia el Señor Cura Febronio Jaimes pronuncio un elocuente fervorín, siguiendo el Besamanos y los parabienes al Padre Margarito. Culminado con este acto, los familiares del Padre ofrecieron una sencilla comida en su casa del Barrio de Ojeda.
El Padre Margarito, regreso al Seminario de Chilapa del cual era Maestro, no obstante de que desde el 1° de Mayo se le había conferido el nombramiento de Vicario Cooperador de la Parroquia de Santa María de la Asunción de Chilpancingo, cargo que desempeño hasta el mes de agosto.
Chilpancingo, “lugar de avispas”, población que surgió al establecerse el comercio con el Oriente en el año de 1571, al formarse la venta que albergaba a los comerciantes y viajeros, ya que constituía la octava jornada, desde la capital de la Nueva España al puerto y la sexta de Acapulco a la Ciudad de México.
Siendo su Majestad Felipe II,y Virrey don Luis de Velasco, se fundó como pueblo por la Cédula Real del 1° de Noviembre de 1591 perteneciendo al Reino y a la Provincia de México. Recibió su fundo legal el 1° de diciembre de 1636 por el Marqués Don López Díaz de Arizmendi y sus títulos de Pueblo y Congregación, el 4 de agosto de 1643 por el Virrey Don García de Sarmiento y Sotomayor. Sus territorios fueron regulados el 2 de enero de 1710 por el Virrey Don Francisco Fernández de la Cueva y su Titulación Real fue firmada el 6 de octubre por su Majestad Felipe V.
Desde el 15 de febrero de 1910 el Padre Margarito Escobar Ríos, se encargó de la Parroquia de Chilpancingo. Así desde agosto de 1924 en la capital del Estado, había dos Padres Margaritos, el grande y el chiquito como los distinguió desde ese entonces la grey. Al igual que sus nombres, los sacerdotes tenían en común algunas afinidades tales como la escultura y pintura que también realizaban sus sobrinos del Padre Escobar: Arnulfo, Felipe, Albertano, Lorenza, Delfina, Guadalupe y Prudencia, que residían en el Curato, situado en la esquina de Abasolo y Allende.
El Padre Margarito Flores fue siempre muy dinámico y obediente, el Padre Escobar lo encomendó la atención y visita de las capillas de la Parroquia que él, lleno de vigor y siempre presto a la petición de los fieles les servía con paciencia, teniendo que recorrer a pie o en bestia los caminos, según el caso, haciendo caso omiso al estado del tiempo y redoblando sus actividades en las temporadas de mayor acercamiento a los Sacramentos de la Confesión y Eucaristía.
En el aspecto educativo fundó un colegio católico en Chichihualco e impartió clases de francés en el Colegio Wallace de Chilpancingo, reanimó los Centros de Catequesis de los barrios de San Mateo, San Antonio, San Francisco, de la Parroquia de la Asunción y de las rancherías. En sus ratos libres siempre estaba leyendo, rezando su Breviario, preparando sus homilías. Sus actos litúrgicos los hacía lleno de fervor y contemplación, el rezo del Santo Rosario lo meditaba de rodillas y buen lapso pasaba en constante oración frente al Santísimo Sacramento.
Tenía como lecho unos tablones y su almohada eran unos trozos de cartón, acostumbraba flagelarse y traer cilicio.
El 2 de marzo de 1925 en el Panteón Municipal de Chilpancingo fue fusilado el General Antonio Hernández, al cual asistió espiritualmente el Padre Margarito Flores, que conmovido, presenció el hecho. Al General Hernández, se le condeno por haber incendiado el Palacio Municipal de Chilapa, en el mes de enero, liberando a los presos y asesinando al señor Antonio Cadena
, del que se sospechaba haber envenenado a la señora Eucaria Apresa, siendo capturado por la gente del General Pafnuncio Mendoza.
La principal ocupación del Padre Margarito Escobar, fue la de terminar la construcción del templo de la Asunción y la juventud del Padre Margarito Flores, se prestaba para hacer viajes de Iguala, donde en la estación ferroviaria se recibía el material para la fabricación del Templo, el cual el Padre Flores, embarcaba y remitía a Chilpancingo. Aprovechando estas ocasiones para visitar a su familia en Taxco.
Los preparados etílicos que hacia el Padre Margarito Escobar, tenían fama en la región y la sociedad elitista de esa época los prefería en sus reuniones, por lo que el Padre Escobar, era invitado a todos estos ágapes, llevando a su Vicario, que habitualmente sacaba de esas reuniones algún material para el Templo.
El Padre Flores, tenia una visión social amplia y su preocupación ministerial, fue la educativa y la ayuda a los desposeídos, por lo que con las Asociaciones piadosas solía organizar kermeses y tómbolas en el Jardín Cuéllar, tertulias en el Jardín Bravo, contando con el apoyo de don Adalberto Catalán, Joaquín Salgado, Cirilo V. Garzón, Jesús Leyva, Ramón Carreto, Zacarías López y con la juvenil participación de la señorita Virginia López, hija del señor Gobernador, quien invitaba a las esposas de los funcionarios a estar presentes en estas actividades que amenizaba la Banda de Música del Gobierno del Estado.
El 1° de agosto de 1926 se suspendieron los cultos en el Templo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, refugiándose el Padre Margarito Flores en las rancherías de la Parroquia, donde se presentaba a celebrar sacramentos y obtuvo para la escuela de Chichihualco su inscripción bajo el nombre de “Nicolás Bravo” por medio del señor Enrique Sosa, como consta en el oficio N° 2, 738 de fecha 1° de octubre, firmando por el Director de Educación en el Estado de Guerrero, Profesor Felipe de Jesús Espinoza.
En Chilpancingo, el Padre Margarito Flores, vivió recluido junto con el señor Cura Margarito Escobar, en la casa del señor Tiburcio Vega, situada en donde se encuentra el jardín de niños Genoveva Alarcón de Abarca. En aquel tiempo la casa, tenía su entrada principal por la calle Ignacio Ramírez y por la calle de Juan Ruiz de Alarcón, había un portón por donde las madrugadas solía salir el Padre Margarito Flores, a llevar el Viático a los necesitados.
En diciembre, como pudo, en medio de los peligros que representaba su condición de Sacerdote, el Padre Flores llego a Taxco, con sus familiares, que llenos de zozobra le cuidaban para que no lo vieran. Dedicándose el Padre Margarito a pintar algunos cuadros, y donde esculpió una imagen de un Niño Dios que se encuentra actualmente en el templo de Axixintla.
En una ocasión, el Padre Margarito contempló desde la ventana de su cuarto, el paso del destacamento militar, que bajaba de la calle de Tlalchichilpa y sus familiares se asustaron por lo que le aconsejaron que se refugiara en otra parte, escogiendo el Padre Margarito la Capilla de San Celso, que se encuentra en la panteón de la localidad, donde discretamente le llevaba alimentos.
En el año de 1927 se le encomendó verbalmente la Parroquia de Tecalpulco.
Tecalpulco “Texcalera de Pulque” pueblo prehispánico de origen matlalcinga, formó parte del Señorío de Zumpanhuacán, hoy Estado de México en plena dominación española y se resistió a la conversión cristiana, que llevaron a cabo en esa región los jesuitas desde el año 1572. No así los de Tecalpulco, que aceptaron las enseñanzas de los misioneros, por lo que los nativos de Zumpanhuacán los condenaron a morir.
Enterándose los de Tecalpulco de los planes de sus congéneres, emigraron al sur, para buscar un sitio para su pueblo. A los pocos días de su peregrinar se instalaron en el cerro alto, al poniente de la hacienda de San Juan bautista, donde los naturales del poblado de Taxco el Viejo les rentaron el terreno a cambio de algunos trabajos y tributos.
Posteriormente, los topiles de Taxco les suplicaron a los de Tecalpulco, que se pasaran a un lado del camino de Atzala, petición que les fue concedida, formándose el actual poblado. Los ancianos escogieron un solar donde había un frondoso tepehuaje, para construir su Templo. Principiando la veneración de la imagen de Padre Jesús, cuyos fieles se multiplicaron, concurriendo en gran numero en sus funciones del Primer Viernes de Cuaresma y el 6 de agosto. Donde lo peregrinos adquirían las artesanías de hoja de lata y sus dulces de semilla de calabaza, iniciandose su feria.
En el año de 1860 el Templo se incendió, nunca se supo si fue a propósito o accidente, debido a que ese año se suscito el primer conflicto religioso en México. La señora Victoria Pérez Pita, afirma “que su abuelo Jesús Pérez, en el mencionado, siniestro salvó la escultura del Nazareno”.
El pueblo reparó nuevamente el Templo, que se encuentra a la siniestra del actual, emprendiéndose la construcción de este último en el año de 1869.
Desde el año 1890 es Sede Parroquial, sufragánea de Taxco, siendo su primer Cura el Presbítero Antonio de Jesús Burgos.
En la época del movimiento armado de 1910 la población fue saqueada y despojada de sus víveres por las ordas zapatistas, padeciendo el hambre en el año de 1915. Con el poco maíz que quedo en sus trojes, hacían sus tortillas en silencio, comiendo espigas, chupil, hongos, corazón de bonete, verdolagas y quintoniles, así lograron sobrevivir hasta el año de 1917 en que la cosecha fue buena, logrando también la terminación del Templo.
Hasta julio de 1926 fue Párroco de ese lugar el Presbítero Ramón Flores Rizo.
El Padre Margarito Flores García se encargó de este Templo, los meses de Enero y Febrero.
Viendo que las tropas se acercaban con motivo de la confluencia de fieles para la celebración del Primer Viernes de Cuaresma, el Miércoles de Ceniza se encaminó a pie rumbo a Taxco, padeciendo hambre y sed, ya que lo seguían y lo buscaban los federales. Por varios días deambuló por el cerro del Atache, La Cantera y El Sombrero, cercanos al poblado de Taxco. Cuando creyó pertinente se acercó y llegó a su hogar en Ojeda, donde sus padres miraron su condición desfigurada por la faena, lo cual los puso muy tristes. Presto, don Germán Flores y sus hermanos Jesús y Luis, consiguieron el dinero razonable para que el padre Margarito, se trasladara a la Ciudad de México, donde se hospedo en la casa de doña Natalia Calvillo, situada en la tercera calle de Hortensia N° 47, cerca de la Villa de Guadalupe.
Adaptándose al ambiente capitalino, el Padre Margarito asistió a la Academia Nacional de Bellas Artes, mezclándose con los integrantes de la Liga de la Defensa Nacional Religiosa.
Siendo aprehendido por la policía y recluido en la Inspección General, al conocer su situación los ligeros se comunicaron con algunos conocidos del Padre Flores, trascendiendo la noticia hasta Chilpancingo, donde la señorita Virginia López intercedió a favor de padre, por medio de la esposa del General Roberto Cruz, quien era jefe de esa corporación, quedando libre a los pocos días.
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