José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

lunes, 30 de noviembre de 2015

DISCURSO DE MONSEÑOR CARLOS GARFIAS MERLOS, ARZOBISPO DE ACAPULCO EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA TOLERANCIA



DISCURSO

DIA INTERNACIONAL DE LA TOLERANCIA

Chilpancingo de los Bravo, Gro.

30 de Noviembre de 2015
X Aniversario de la Creación del 
Consejo Interreligioso de Guerrero.


Agradezco la invitación a participar en este acto tan importante para el Estado de Guerrero, para México y para el Mundo. Saludo al Señor Secretario de Gobierno del Estado de Guerrero, al Presidente Municipal de Chilpancingo y a quien está al frente de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos, a sus colaboradores y a quien viene de parte de la Dirección Federal de Asuntos Religiosos. Saludo a todos los miembros del Consejo Interreligioso de Guerrero y a todos los que hoy han acudido a este llamado: Ministros Religiosos y Fieles de las diferentes Iglesias; a todos les saludo con mucho cariño y les quiero expresar el significado que para mí tiene este Día Internacional de la Tolerancia.

Hoy es la oportunidad de reconocer el creciente peligro que representan quienes quieren  dividir, y el llamado a comprometernos a forjar un camino marcado por el diálogo, la cohesión social y el entendimiento mutuo, - esto lo expresó el Secretario General de la ONU -, y esta celebración del Día Internacional de la Tolerancia ha sido una iniciativa con la que se quiere poner un cimiento firme para la paz, que hoy es una urgencia en el tiempo que estamos viviendo tan caótico, tan revolucionario, por eso quiero resaltar cómo en la tolerancia entra el llamado para que desde niños aprendamos a ser tolerantes y poder construir la tolerancia desde la familia hasta los altos niveles de gobierno, en el patio de una escuela, en una Universidad, en un Café, pareciera que es ahí donde se tiene que cultivar la tolerancia.

Quiero hoy marcar algunos elementos de cómo luchar contra la intolerancia y quiero empezar por mencionar esta reflexión que hacía: “¿cómo es posible que se marque que los que tenemos el problema de intolerancia somos los que anunciamos el Evangelio o anunciamos alguna doctrina religiosa?”; es increíble que sea donde más se refleje la intolerancia, pero la intolerancia es una realidad que se vive en nuestro mundo y los aspectos que nos invitarán a luchar contra la intolerancia será, primero tener marcos legales claros: Los Gobiernos deben de aplicar la ley sobre derechos humanos, prohibirlos los crímenes y las discriminaciones contra las minorías independientemente de que se cometan por agresiones públicas, privadas, o individuo. El Estado debe garantizar un acceso igualitario a los tribunales de justicia, a los responsables de derechos humanos y a los defensores del pueblo para evitar que las posibles disputas se resuelvan por la violencia. La intolerancia también nos pide que tengamos educación, la lucha contra la intolerancia nos pide educación. Las leyes son necesarias, pero no suficientes para luchar contra la intolerancia, y los prejuicios individuales.

La intolerancia nace a menudo de la ignorancia y del miedo, miedo a lo desconocido, miedo al otro, miedo a la cultura, a las organizaciones distintas. La intolerancia también surge de un sentido exagerado del valor de lo propio y de un orgullo personal, religioso o nacional  exacerbado. Estas nociones se aprenden a una edad muy temprana, por eso será necesario poner énfasis en la educación y enseñar la tolerancia y los derechos humanos a los niños para animarles a tener una actitud abierta y generosa hacia el otro. La educación es una experiencia vital que no empieza ni termina en la escuela; los esfuerzos para proveer la tolerancia por la educación no tendrán éxito si  no se aplican a todos los grupos y en todos los entornos, en casa, en la escuela, en el lugar de trabajo, que las transmitan las fuerzas del orden en el ámbito cultural y en los medios sociales.

Yo he estado haciendo una propuesta muy concreta a propósito de la situación que vivimos hoy en Guerrero y como una manera de desactivar la violencia y la inseguridad, y es que podamos implementar formas específicas de educación en todos los niveles, hacia dentro de las iglesias, en los funcionarios públicos, en los que ejercen la justicia en el campo o mundo del poder judicial, a los que legislan, todos necesitamos educación para poder contrarrestar la intolerancia.

La lucha contra la  intolerancia requiere también de acceso a la información, la intolerancia es especialmente peligrosa cuando individuos o grupos de individuos la usan con fines políticos o territoriales, identifican un objetivo y desarrollan argumentos falaces, manipulan los hechos y las estadísticas y mienten a la opinión pública con desinformación y prejuicios. La mejor manera de combatir esa política es proveer leyes que protejan el derecho a la información y la libertad de prensa, muy importante es tener información objetiva y es algo que nos urge, tener información objetiva ante todas las situaciones de conflicto cuando el pueblo, los grupos, las asociaciones requieren de información, es muy importante tener esa información, luchar contra la intolerancia requiere una toma de conciencia individual, la intolerancia de la sociedad es la suma de las intolerancias individuales de todos sus miembros.

La intolerancia religiosa, los estereotipos, los insultos y las bromas raciales son ejemplo de intolerancia que se vive en lo cotidiano. La intolerancia lleva a la intolerancia y para luchar de forma efectiva es necesario que cada uno examine su papel en el círculo vicioso que lleva a la desconfianza y a la violencia en la sociedad; todos debemos preguntarnos, ¿soy una persona tolerante? ¿Juzgo a los otros con estereotipos, rechazo a los que me parecen diferentes a mí?

Luchar contra la intolerancia exige soluciones locales, los problemas que nos afectan son cada vez más globales, pero las soluciones deben ser locales, casi individuales, ante una escalada de intolerancia, los gobiernos o las instituciones no pueden hacer o actuar solos, todos formamos parte  de la solución, tenemos una enorme fuerza a la hora de enfrentarnos a la intolerancia. La no violencia puede ser una herramienta muy efectiva para confrontar los problemas crear un movimiento, demostrar solidaridad por las víctimas de la intolerancia o desacreditar la propaganda fomentada por el odio.

Finalmente creo que es muy  importante y creo que será lo mejor que podemos llevarnos de compromiso después de una celebración del Día Internacional de la Tolerancia es promover la Tolerancia. ¿Cómo podemos promover la tolerancia? La tolerancia no es indulgencia o indiferencia, la tolerancia es el respeto y el saber apreciar la riqueza y la variedad de las culturas en el mundo  y las distintas formas de expresiones de los seres humanos, la tolerancia reconoce los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los otros, la gente es naturalmente inmensa.

Sólo la tolerancia puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo, qué importante es que entendamos que la tolerancia en el marco del derecho internacional sobre derechos humanos  implica el que se vayan haciendo las legislaciones y los instrumentos propios para florecer para todos la igualdad de oportunidades en todos los grupos e individuos de la sociedad, la injusticia, la violencia, la discriminación y la marginación son  las formas más comunes de intolerancia, clave para fomentar la tolerancia es la educación para luchar  contra estas formas de exclusión y ayudar a los jóvenes a desarrollar una actitud independiente y un comportamiento ético, la diversidad de religiones, culturas y etnias no debe ser motivo de conflicto sino un motivo de orgullo descubriendo la gran riqueza que entre todos constituimos. Muchas Gracias.

+Carlos Garfias Merlos

Arzobispo de Acapulco

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