Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas
El camino hacia las órdenes sagradas en aquel entonces comenzaba con los Ministerios Menores que se llamaban también Órdenes Menores y eran cuatro: Lectorado, Acolitado, y el Hostiariado que era como saber ser sacristán, que significa saber cuidar los Templos, y el Exorcitado, era el ministerio de echar fuera a los demonios.
En la Tonsura se cortaba en cinco partes los cabellos de la cabeza cuando decía el Arzobispo, José Garibi Ribera: “dominus pars” (tuzaba adelante el copete), “hereditatis meae”, atrás en la trencita, “et calicis mei”, luego a la derecha de la cabeza, “tú es qui restitues”, luego a la izquierda y por último “hereditatem meam michi”, en el copete de arriba de la cabeza; es decir, “tu eres la parte de mi herencia” (Sal 15) “tu eres quien me ha tocado en heredad”; después el peluquero nos hacía una ruedita en la cabeza que era la tonsura al tamaño de un veinte de entonces o de una corcholata; esta tonsurita era una reminiscencia antigua de cuando se rapaba toda la cabeza y solamente se dejaban alrededor, como San Antonio, una coronita de cabellos.
Felipe no pudo recibir estos ministerios junto con sus compañeros porque no pidieron a tiempo la dispensa a la Diócesis de Aguascalientes, pero al poco tiempo recibe los Ministerios Menores en Tapalpa, Jalisco, en unas vacaciones, el 15 de septiembre del año 1955.
Cuando recibe las Órdenes Menores, además de los estudios era colaborador de los Padres Prefectos del Seminario Menor, es decir Coadjutor, se encargaba de la disciplina y del comportamiento de los muchachos, de formarlos, de que tuvieran todo listo y de que asearan su dormitorio, su cama, sus cosas, organizar los deportes, el aseo, estar con ellos en el comedor, vivir en sus dormitorios. Eran como unos 250 y tenía que acompañar todo aquel grupo de muchachos que estaban en Secundaria.
Este ministerio, le llevó a colaborar muy directamente –ya desde entonces- con el Presbítero José Trinidad Sepúlveda, que posteriormente será Obispo de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, -su antecesor-, quien era Prefecto del Seminario Menor; y con Antonio Sahagún que después fue Obispo Auxiliar de Guadalajara, y con el P. Felipe Campos que posteriormente fue Rector de la Universidad Pontificia de México; y el Padre Rector del Seminario que después fue Cardenal Arzobispo de Guadalajara José Salazar López.
Cuando recibe las Órdenes Menores, además de los estudios era colaborador de los Padres Prefectos del Seminario Menor, es decir Coadjutor, se encargaba de la disciplina y del comportamiento de los muchachos, de formarlos, de que tuvieran todo listo y de que asearan su dormitorio, su cama, sus cosas, organizar los deportes, el aseo, estar con ellos en el comedor, vivir en sus dormitorios. Eran como unos 250 y tenía que acompañar todo aquel grupo de muchachos que estaban en Secundaria.
Este ministerio, le llevó a colaborar muy directamente –ya desde entonces- con el Presbítero José Trinidad Sepúlveda, que posteriormente será Obispo de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, -su antecesor-, quien era Prefecto del Seminario Menor; y con Antonio Sahagún que después fue Obispo Auxiliar de Guadalajara, y con el P. Felipe Campos que posteriormente fue Rector de la Universidad Pontificia de México; y el Padre Rector del Seminario que después fue Cardenal Arzobispo de Guadalajara José Salazar López.
Felipe recuerda que muchas veces atravesaba la ciudad de Guadalajara desde el Seminario Menor de San Martín, hasta el Seminario Mayor en la Colonia Chapalita, en bicicleta, pasaba por el centro de la Ciudad y era un caminar constante, era de mucho trabajo ese tiempo, sobre todo superar el reto de tener que estudiar, presentar exámenes, y todo lo de su formación personal, y además servir a los muchachos en el Seminario Menor; en ese entonces también se dedicaba mucho a los coros; formaba a los coros con los alumnos que tenían voz blanca, porque era Seminario Menor, y el coro de voces infantiles, era muy importante.
El Subdiaconado: En ese entonces se acostumbraba en la Iglesia dar el compromiso del Celibato Eclesiástico y del rezo de la Liturgia de las Horas como un paso anterior al Diaconado que se llamaba “el Subdiaconado”, recuerda que había un momento en la ceremonia en que decían “si ustedes están dispuestos a entrar a las órdenes sagradas acérquense hacia acá” (decían una palabra en latín: “huc accedite”) y el candidato daba un paso hacía adelante, él dio ese paso en la Catedral de Guadalajara. El Subdiaconado lo recibió cuando estaba en tercero de teología, en 1957, año en que se ordenó Sacerdote su hermano Eustaquio, y en su Cantamisa Felipe participó como Subdiácono.
El Diaconado: Posteriormente, recibió el Diaconado con todos sus compañeros de manos del Cardenal Arzobispo de Guadalajara Monseñor José Garibi Ribera. Un grupo muy numeroso, de cuarenta compañeros. Su servicio diaconal lo ejerció en Guadalajara, sirviendo como Coadjutor en el Seminario Menor y yendo a algún templo a desempeñar alguna actividad cultual y alguna actividad en la predicación.
ORDEN DEL PRESBITERADO.
El Subdiaconado: En ese entonces se acostumbraba en la Iglesia dar el compromiso del Celibato Eclesiástico y del rezo de la Liturgia de las Horas como un paso anterior al Diaconado que se llamaba “el Subdiaconado”, recuerda que había un momento en la ceremonia en que decían “si ustedes están dispuestos a entrar a las órdenes sagradas acérquense hacia acá” (decían una palabra en latín: “huc accedite”) y el candidato daba un paso hacía adelante, él dio ese paso en la Catedral de Guadalajara. El Subdiaconado lo recibió cuando estaba en tercero de teología, en 1957, año en que se ordenó Sacerdote su hermano Eustaquio, y en su Cantamisa Felipe participó como Subdiácono.
El Diaconado: Posteriormente, recibió el Diaconado con todos sus compañeros de manos del Cardenal Arzobispo de Guadalajara Monseñor José Garibi Ribera. Un grupo muy numeroso, de cuarenta compañeros. Su servicio diaconal lo ejerció en Guadalajara, sirviendo como Coadjutor en el Seminario Menor y yendo a algún templo a desempeñar alguna actividad cultual y alguna actividad en la predicación.
ORDEN DEL PRESBITERADO.
En Diciembre de 1957 contaba Felipe con 23 años cuando termino el Cuarto año de Teología, se le presentaba la oportunidad de Ordenarse Presbítero junto con todos sus compañeros, solicitando dispensa, pues la edad requerida era de 24 años, sin embargo no quise aceptar el ofrecimiento que le hizo el Arzobispo, para poder aprovechar esos meses y prepararse mejor, a pesar de que le dolió mucho el no acercarse a la Ordenación Sagrada con todos sus compañeros.
Será hasta el 22 de marzo de 1958 cuando, ya había cumplidos los 24 años de edad, recibirá la Sagrada Ordenación. Sus grandes ideales de vida sacerdotal eran: San Luis Gonzaga, por su pureza de vida; San Estanislao de Costka, por su amor a la Virgen María; y San Juan Berchmans, por su observancia y su obediencia a las normas de vida y sobre todo su aceptación de la vida de comunidad. También San Pío X, le ilusionaba vivir como él la vida sacerdotal.
Recibió la Ordenación Presbiteral en la Catedral Metropolitana de Guadalajara, el día 22 de marzo de 1958, de manos del Cardenal Arzobispo de Guadalajara, Monseñor José Garibi Rivera. Le acompañaron ese día: el P. Agustín Ballardo y el P. José Trinidad Godoy, su familia: Papá, Mamá, y Hermanos; su hermano Eustaquio, que había venido de Montezuma Nuevo México, USA, y Ascensión que eran ya sacerdotes. Ellos actuaron como Padrinos de Ordenación Sacerdotal, se acercaron junto a él en todo momento. También actuó como Padrino de lavabo –y de desayuno- el Señor Ricardo Cervantes.
El entonces Presbítero Felipe Aguirre Franco, recuerda: “Me tocó conocer todavía gente que estuvo participando en la Cristiada, desde 1930 ya eran personas muy conocidas, a mí me emocionaba poder ser valiente y dar la vida por Cristo y por su Evangelio, si fuera preciso, desgastar la vida para ser un buen pastor que estuviera dispuesto a dar la vida por sus ovejas”.
Recibió la Ordenación Presbiteral en la Catedral Metropolitana de Guadalajara, el día 22 de marzo de 1958, de manos del Cardenal Arzobispo de Guadalajara, Monseñor José Garibi Rivera. Le acompañaron ese día: el P. Agustín Ballardo y el P. José Trinidad Godoy, su familia: Papá, Mamá, y Hermanos; su hermano Eustaquio, que había venido de Montezuma Nuevo México, USA, y Ascensión que eran ya sacerdotes. Ellos actuaron como Padrinos de Ordenación Sacerdotal, se acercaron junto a él en todo momento. También actuó como Padrino de lavabo –y de desayuno- el Señor Ricardo Cervantes.
El entonces Presbítero Felipe Aguirre Franco, recuerda: “Me tocó conocer todavía gente que estuvo participando en la Cristiada, desde 1930 ya eran personas muy conocidas, a mí me emocionaba poder ser valiente y dar la vida por Cristo y por su Evangelio, si fuera preciso, desgastar la vida para ser un buen pastor que estuviera dispuesto a dar la vida por sus ovejas”.
En los primeros días de su Ordenación fue a la Basílica de Guadalupe, que era todavía la antigua, y celebró una Misa de Acción de Gracias.
UNA ENTREGA APASIONADA A CRISTO EN LA IGLESIA.
UNA ENTREGA APASIONADA A CRISTO EN LA IGLESIA.
Después de su Ordenación, para el mes de mayo ya se le había destinado a que fuera Prefecto de Disciplina del Seminario Auxiliar de Totatiche Jalisco, de donde es originario el Siervo de Dios José Pilar Quezada Valdez, Primer Obispo de Acapulco, y estuvo desde el 28 de mayo de 1958 hasta el 20 de octubre de 1959.
Formó el coro, colaboró en el Templo del Señor de los Rayos en Temastián, y en la misma Parroquia de Nuestra Señora del Rosario. Fortaleció el establo, comprando dos vacas holandesas que daban 40 litros de leche diariamente para los Seminaristas; había unos 40 muchachos, algunos que apenas comenzaban el Seminario y que estudiaban el Pre-seminario, y que allí estaban terminando su escuela primaria.
Estaba ahí presente la historia del Señor Cura San Cristóbal Magallanes Jara y de San Agustín Caloca Cortés que ahí habían estado, uno fundó el Seminario de Totatiche y el otro había sido Prefecto de ese Seminario.
Posteriormente, pasa dos años en el Seminario Menor de Guadalajara, con los chicos de la Secundaria, y de allí al recién creado Seminario de Tapalpa por tres años. Después estuvo seis años como Prefecto General en el Seminario Menor y encargado de la escuela “Felipe Galindo”, cuando se reconocieron los estudios de Secundaria oficialmente, un total de trece años. Otros seis meses en el Seminario Menor Nuevo, con la Preparatoria del Seminario y ya de ahí fue nombrado Párroco de la Barca, donde duró 1 año, dos meses y once días.
Durante este tiempo le tocó guiar muchas veces como director los coros de la “Schola Cantorum” del Seminario Mayor y Menor, pero sobretodo la schola del Seminario Menor, ayudando al Sacerdote José González Romo, y muchas veces dirigió el coro de los niños Seminaristas que todavía tenían voz blanca; participó en algunos congresos como el de “Pueri Cantores”.
Como Párroco, La Barca marcó mucho su modo de ser pastoral, allí forjaron su ser como Buen Pastor, allí comenzó a llevar un plan de pastoral, nombrado Decano de la región que se llamaba La Ciénega, todo esto fue labrando su vida sacerdotal de los primeros años. Visitaba todos los pueblos, llevando misiones y promovíendo mucho las vocaciones sacerdotales y Religiosas. Impulsando el periódico parroquial el “Mástil” y tenía una participación diaria en “Radio La Barca”, a las doce del día, había un programa de 10 minutos que se llamaba “Momentos de Reflexión”.
El entonces Obispo de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Monseñor José Trinidad Sepúlveda propuso que el Padre Felipe podía ir a Chiapas a colaborar con él; y la ocasión providencial será cuando hubo cambios y se dividió la Arquidiócesis de Guadalajara con la de Ciudad Guzmán y la de San Juan de los Lagos; el día 11 de junio de 1972, deja La Barca y el 4 de julio de 1972 llega por primera vez a tierras chiapanecas.
En cinco ocasiones ha podido Peregrinar a Tierra Santa, ha participación en Movimientos como el Encuentro Matrimonial, los Cursillos de Cristiandad, los Medios de Comunicación, marcando mucho mi vida, en el aspecto espiritual, vocacional, pastoral.
TUXTLA DE SUS AMORES…
El entonces Obispo de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Monseñor José Trinidad Sepúlveda propuso que el Padre Felipe podía ir a Chiapas a colaborar con él; y la ocasión providencial será cuando hubo cambios y se dividió la Arquidiócesis de Guadalajara con la de Ciudad Guzmán y la de San Juan de los Lagos; el día 11 de junio de 1972, deja La Barca y el 4 de julio de 1972 llega por primera vez a tierras chiapanecas.
En cinco ocasiones ha podido Peregrinar a Tierra Santa, ha participación en Movimientos como el Encuentro Matrimonial, los Cursillos de Cristiandad, los Medios de Comunicación, marcando mucho mi vida, en el aspecto espiritual, vocacional, pastoral.
TUXTLA DE SUS AMORES…
La propuesta de servir a una Diócesis necesitada de clero, había sido hecha al Cardenal Arzobispo Monseñor José Garibi Rivera en 1969, y se concretará en la Diócesis de Tuxtla Gutiérrez, y llegará a ella la noche del 4 de julio de 1972, acompañado del Obispo Trinidad Sepúlveda, contaba con 37 años. La Diócesis contaba apenas con 28 Sacerdotes, la Ciudad tenía 40,000 habitantes y la Diócesis tenía 600,000. Lo nombran Vicario Actual (Párroco) en la Catedral.
Pronto comienza a hacer los sectores parroquiales, a visitar los barrios, a formar el Coro junto con la Madre Conchita Barrón Ramírez, de las Religiosas del Verbo Encarnado. En la primera Navidad, ya hubo un coro polifónico, y el Director de Educación Pública le invitó a formar el coro de Maestros del Estado, al que pusieron por nombre “Paz en la tierra”.
Hasta que el Papa, le pide un nuevo servicio: Obispo Auxiliar de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Hasta que el Papa, le pide un nuevo servicio: Obispo Auxiliar de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
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