III. AUTOBIOGRAFIA: PRESBITERO BLANDINO BARCENASA AGATON.
ENCOMIENDAS PASTORALES.
Una vez ordenado sacerdote por cinco años lectivos consecutivos, (1960 a 1965) colaboré como profesor de algunas asignaturas en el Seminario Menor del Buen Pastor, ubicado en ese entonces, en Horacio Nelson No. 2, Fracc. Costa Azul.
Estando en esos servicios me asignaron ayuda pastoral fija en la parroquia del Sagrado Corazón de Costa Azul en la Comunidad de Puerto Márquez.
Posteriormente me dieron nombramiento de Vicario Auxiliar, (sin desligarme del Seminario), de la parroquia de San Felipe de Jesús, Dos Arroyos. Solo iba los fines de semana porque el resto de los días, me desempeñaba en el Seminario del Buen Pastor.
En el Seminario también presté el servicio de Director Espiritual por dos años, y, el de Ecónomo del mismo por cuatro años.
El terreno donde se asienta el Seminario actualmente, parte fue obsequio del dueño del fraccionamiento a la diócesis de Acapulco, otra fracción fue comprada; a este ecónomo le tocó pagar mes por mes, a la compañía vendedora (Inversiones Anáhuac), la cantidad de $2,225.00 cada mes de aquella pobre economía.
El terreno de 10,026 m2, valuado en $100,260 pesos, Notaria #2, Escritura 13,442-Bis del 6 de abril de 1963. Obsequiado para el Seminario, era un conglomerado de piedras, se comenzó a tronar con dinamita lo que ahora es la rampa de acceso, la plataforma, que hoy sirve de estacionamiento, la plancha, frente a la actual biblioteca y lo que ahora ocupa la Casa del Obispo, ubicado en Niños Héroes de Veracruz, en el Fracc. Costa Azul No. 54.
La roca que el centenario amate aprisionaba con sus raíces, cual garras de un león, quisieron tronarla pero me opuse para que quedara como adorno ecológico.
Por indicación del Sr. Obispo Quezada comencé la construcción de un Seminario provisional, calculado para 5 ó 6 años, pero duró 11, dando servicio.
Se comenzó por la Casa de las religiosas que atenderían la cocina, construida con polines, ladrillo y techo de asbesto a dos aguas; un amplio comedor de horcones y techo de palapa, un salón con polines y fajillas de pino envenenado, cimientos de piedra y medias paredes de ladrillo y celosía, techo de asbesto, a dos aguas. Todo esto en el patio, frente a la actual biblioteca. Los baños estaban en la depresión donde están los salones de los filósofos.
Las habitaciones del padre Rector y padres profesores se localizaban en donde se asienta hoy la Casa del Obispo. Eran cinco en total.
Estas habitaciones se construyeron con persianas y puertas de cedro, traídas del edificio de Horacio Nelson No. 2, con la anuencia del dueño, Ing. Federico Luna, con quien previamente me comuniqué, ya que otras gentes estaban saqueando esta propiedad. De todo esto, dejé memoria fotográfica, pero el escaso sentido de la historia de otros que siguieron, tiraron a la basura tan valiosos documentos. ¡Qué lástima!
Siendo Rector del Seminario el Padre Pedro Rumbo, junto con el padre Isidoro Ramírez, hicieron una visita al C. Gobernador Israel Nogueda Otero para exentar de pago de predial los terrenos del Seminario, y lo consiguieron por 99 años.
A partir de agosto de 1965 a mayo de 1967, por espacio de 22 meses, me desempeñé como párroco de San Luis, Rey de Francia, en San Luis La Loma, Municipio de Técpan de Galeana, Kilometro 138, carretera rumbo a Zihuatanejo.
Esta parroquia cuenta con pueblos en la costa y en la sierra, en ese entonces encontré muchas carencias, en todos los sentidos, pero al correr del tiempo, se han ido subsanando.
De mayo de 1967 a enero de 1974 estuve a cargo de la parroquia de San José en San Jerónimo, Mpio. Del mismo nombre; la parroquia contaba con 23 comunidades, que para algún aviso, se podía recorrer en un solo día. La mayoría, es gente muy empeñosa y, con deseos de progreso en todos los órdenes. Esta parroquia limita al norte con la parroquia de Santa María de la Asunción de Atoyac, al sur con el océano Pacífico, al este con la de San Miguel Arcángel de Coyuca de Benítez y al oeste con San Bartolomé de Técpan.
Para cubrir la vacante que quedara, por el nombramiento pontificio, como obispo Auxiliar de Acapulco, el Pbro. Dr. Rafael Bello Ruíz, me extendieron el nombramiento de Vicario Ecónomo de la Sagrada Familia, Col. Vista Alegre del Puerto de Acapulco, fechado el 19 de febrero de 1974. Viví en un pequeño curato que ahí existía, atendiendo pastoralmente desde ahí, el templo parroquial de dimensiones irregulares, construido a la vera del arroyo del Camarón. Templo y curato arrasado por el huracán paulina posteriormente el 9 de octubre de 1997.
Por estar contigua la Casa de la Cristiandad, donde tenían su sede los Cursillos de Cristiandad, me nombraron director espiritual por varios años.
Ahí colaboré con el padre Humberto Osorio (QEPD) y el padre Rodrigo Herrera, también fallecido, atendiendo Cursillos de hombres y de mujeres, de manera alternada. Hacía acto de presencia en las ultreyas de los lunes, con asistencia de más de 60 personas. Se hacían planes para llevar a cabo algunos proyectos de carácter social, y, por supuesto los escrutinios de los cursillos subsiguientes. Sustituí también al padre Rafael Bello como Encargado diocesano del CCYAS.
Colaboré asimismo en el Movimiento familiar Cristiano, al lado del padre Angel Bustos. Estando ahí, me nombraron Juez adjunto del Tribunal Eclesiástico diocesano en junio de 1976. La parroquia de la Sagrada Familia abarcaba toda la Colonia Vista Alegre, la Pancho Villa, el Fovisste y la Santa Cruz con su Santuario.
Por enfermedad del Sr. Cura de Catedral, Dn. Arnulfo M. Pineda, recibí el nombramiento de Vicario Coadjutor el 7 de febrero de 1978 y el de párroco del Sagrario-Catedral el 13 de noviembre de 1981. Me hizo entrega de este nombramiento el Vicario general Angel Martínez Galeana. Fungí también como Penitenciario, por algunos años, y Vocero diocesano.
El trabajo pastoral en Catedral es extremadamente agobiante, la administración de los sacramentos, la atención y acompañamiento a los organismos, movimientos y asociaciones, la escuelita de pastoral, la Acción Católica, la Catequesis, etc.…
A la parroquia de La Soledad o Sagrario-Catedral, por ser la más antigua del Puerto, acude a ella gran parte del Pueblo de Dios, aunque haya otras parroquias. La gente se concentra especialmente en Año Nuevo, Miércoles de Ceniza, Cuaresma, Semana Santa, Fieles Difuntos, Docenario guadalupano, Navidad. Para sacar a flote este quehacer pastoral había que preparar un equipo de sacerdotes, diáconos permanentes, laicos comprometidos que auxiliaban grandemente en estos servicios.
Ya encontré constituido el Consejo de Economía que exige el nuevo código de Derecho Canónico. Lo conformaban laicos responsables, sin excluir al párroco.
Desde 1983, con ocasión de la promulgación del primer Plan Diocesano de Pastoral, que se hizo el 15 de septiembre en la Iglesia Catedral, lo pusimos en práctica, asumiendo algunas de las nueve prioridades que en ese entonces se marcaron. Ya con antelación habíamos participado en las Asambleas en que se cocinó dicho Plan.
Quiero destacar que la economía de Catedral llevada a cuestas el pago de muchas actividades y obras de carácter diocesano. Esto constituía una pesada carga. Como también desempeñé el cargo de Tesorero diocesano, esperé a que está economía se consolidara un poco.
Consciente de esta carga y siendo también moderador de la economía de Catedral, con la anuencia del Sr. Arzobispo, fui desligando, poco a poco, ambas economías, de modo que, muchos renglones fueron asumidos directamente por la economía diocesana.
Por daños, posponen misa en el Cristo Rey del Cerro del Encinal
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DOMINGO 26 DE NOVIEMBRE DE 2023
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