LUZ MARINA VALENCIA TRIVIÑO: LA GLORIA ESCONDIDA DE LA ARQUIDIOCESIS DE ACAPULCO.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas.
Luz Marina Valencia Triviño nació en Pasca, Cundinamarca, Colombia, el 25 de Julio de 1952. Hija mayor de Luis Eduardo Valencia y María Dolores Triviño. Le sobreviven sus hermanos: Luis Alberto, Martha Cecilia y Gladys.
Recibió el Sacramento del Bautismo el Pasca, Diócesis de Girardot, el 3 de Agosto de 1952.
Recibió el Sacramento de la Confirmación en La Calera, Diócesis de Bogotá, el 12 de Febrero de 1959.
Ingresó al Postulantado de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción, el 27 de Diciembre de 1970, en Madrid, Cundinamarca.
Realizó sus estudios de bachillerato en el Instituto Politécnico Fómeque, en Cundinamarca, en el Internado regido por las Misioneras de la Inmaculada Concepción.
Ingresó al Noviciado en el mismo lugar el 21 de Noviembre de 1972.
Emitió el Acto de Promesa en Bogotá, el 2 de Diciembre de 1973, y lo renovó un año después en 1974.
Emitió sus Votos Temporales en Bejuma, Venezuela, el 3 de Enero de 1976, renovándolos en 1977 y 1978.
Hizo sus Votos Perpetuos en Bogotá, Colombia, el 3 de Enero de 1979.
Vida misionera en:
Bejuma, Venezuela, en estudio de Magisterio y Catequesis en Primaria, de 1974 a 1978.
La Victoria, Venezuela, como Profesora en el Colegio Inmaculada Concepción, de 1979 a 1980.
Puerto Asís, Colombia, como Administradora en un Hogar Infantil y Pastoral, de 1981 a 1982.
Roma, Italia, estudiando la Licenciatura en Misionología, en la Pontificia Universidad Gregoriana, de 1983 a 1986. Su tesis, presentada el 30 de Junio de 1986, alcanzando el grado Magna cum laude (9. 2), con el tema: “Dimensión misionera del Instituto de Religiosas Misioneras de la Inmaculada Concepción”.
Salina Cruz, Oaxaca, México, acción pastoral de 1986 a 1987.
Asesinada durante la noche del viernes 20 de Marzo de 1987, muere tras siete horas de lenta agonía, a las 5 de la mañana del sábado 21 de Marzo de 1987, en la cuadrilla de La Gloria Escondida, del Municipio de Cuajinicuilapa, Gro. México, mientras cumplía con sus obligaciones pastorales.
RASGOS DE SU PERSONALIDAD.
Las hermanas que conocieron a Luz Marina desde su preadolescencia en el “Colegio Politécnico” de Fómeque, donde vivió por cuatro años interna, cuentan que en la relación con sus compañeras se mostraba siempre muy servicial. En todo momento estaba dispuesta a prestar sus servicios; sin muchas palabras se daba a los demás.
Se mostró siempre responsable en el estudio y trabajos del internado; a esto se le unía una gran voluntad para salir adelante.
Bondadosa, con una decidida inclinación hacia el bien, la situación del otro le preocupaba y, de alguna forma, se hacía sentir cercana.
La pobreza que vivió en su niñez la fue haciendo introvertida, mostrando, en ocasiones, desconfianza y cierto sentimiento de humildad.
La situación familiar la llevó a vivir en una continua angustia que le hacía sentir necesidad de comunicar su sufrimiento y, a la vez, dificultad en expresarse. Se mostró siempre discreta y prudente, temerosa y fiel.
Las preocupaciones por su familia la condicionaban, pero su dinamismo, y el apasionamiento por Jesús le hacían vencer sus indecisiones y tomar opciones ponderadas y firmes. Con esas actitudes llega a Cuajinicuilapa.
Lo que me admira –dice de ella el Padre Antonio Vidales, CMF, quien la acompañó en su proceso vocacional durante un tiempo- es que alcanzara, poco a poco, tal grado de superación y generosidad”.
EN CAMINO A SU GOLGOTA.
En los primeros días de Enero de 1987, se realizan sus trámites, ante la Dirección de Servicios Migratorios de México, para su internamiento en el país como Misionera a servir en la Arquidiócesis de Acapulco.
La fundación en Cuajinicuilapa empezó a hacerse realidad desde el momento en que los sacerdotes Oblatos de María Inmaculada solicitaron la colaboración de las hermanas, que en ese entonces trabajaban ya en Salina Cruz, Oaxaca. Casa desde la que se trasladaron el 10 de Agosto de 1986, las hermanas: Emma Del Valle Menéndez (argentina), Luz Marina Valencia Triviño (colombiana), y Justina Moreno (española).
Los objetivos de su presencia pastoral en Cuajinicuilapa serían: promoción de Comunidades Eclesiales de Base, y concientización en todos los niveles.
Viviendo en la Casa Parroquial, en Cuajinicuilapa, atendían todos los 26 pueblos de la parroquia, en colaboración con los sacerdotes Oblatos de María Inmaculada.
La ciudad de Cuajinicuilapa es cabecera del Municipio del mismo nombre, en la región de la Costa Chica. Colinda con el Estado de Oaxaca. Su tierra colorada se aprovecha mayormente en los cultivos de temporal a causa de la carencia de sistemas de riego, y grandes espacios se utilizan para la cría de ganado vacuno y caballar.
La población es predominantemente negra, con insistencia en afirmarse con una identidad propia como mecanismo de defensa y contestación.
El trabajo pastoral de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada inició en 1986, cuando es nombrado Párroco el Presbítero Luis De anda Salinas OMI.
MARTIRIO DE LUZ MARINA.
El Viernes 20 de Marzo de 1987, cae asesinada Luz Marina, en la cuadrilla de La Gloria Escondida, perteneciente al Comisariado de Maldonado, del Municipio de Cuajinicuilapa. Tenía 35 años de edad. El equipo misionero formado por el Padre Roberto Hickl y la hermana Luz Marina, llegó a La Gloria Escondida el día anterior, viernes al medio día, y durante el día realizaron visitas a las familias y dos Eucaristías. Terminadas las actividades, se dispusieron a descansar. El Padre con la familia Flores, y la hermana con la familia de Miguel Cosme y Maria Luisa con sus hijos. Casa que en la costa es llamada como “bajareque”. La Gloria Escondida, es apenas un barrio de 15 familias pobres, dominadas por u cacique, lejos de todos los medios de comunicación.
Testigos presenciales de esta barbaridad, afirman que cuatro individuos armados de pistolas y armas largas, durante la noche, irrumpieron violentamente en la habitación donde se alojaba la religiosa acompañada de la familia dueña de la casa, con manifiestas intenciones de raptarla.
Hubo forcejeos y golpes. Gritos agudos de auxilio. La señora de la casa desesperada, preguntó: ¿a dónde la llevan? Y los asesinos respondieron: “es una monja y le vamos a dar un paseo”. A rastras la sacaron de la casa; pero no pudieron ir muy lejos porque una cerca de alambres de púas que rodeaba el patio, les impidió consumar el rapto. Ante esta situación, uno de los facinerosos, cacique del lugar, hizo varios disparos sobre la religiosa. Una bala le perforó el estómago y la víctima cayó mortalmente herida. Los criminales huyeron al instante.
La hermana se arrastró trabajosamente hasta llegar a la casa y junto con la familia se protegió a puerta cerrada. Desde aquél momento pasaron siete horas de pasión, sin recibir curación alguna. Ni los vecinos pudieron ofrecer ayuda, ni la familia pudieron hacer otra cosa, los asesinos permanecían en las inmediaciones de la casa asechando.
Durante estas horas, por testimonio de la señora y de su hija, Luz Marina les agradeció que fueran tan buenas con ella, que la cuidaran tanto. Cuando ya estaba amaneciendo, pidió a la señora que le ayudara a ponerse de lado en el catre donde la habían recostado. Abrazó entonces a la señora y le dijo que tenían que ser valientes. También agregó que le dolía el estómago: “Siento que me voy a morir”. Pidió ver al sacerdote. Empezó a vomitar sangre, le dieron a beber agua de hierbas.
Luz Marina se desangró profundamente y murió a las cinco de la mañana del día sábado 21 de Marzo de 1987, pronunciando estas últimas palabras: “Dios mío, perdónalos”.
Después, con medios primitivos y en suma pobreza fue trasladado el cadáver de la mártir a Cuajinicuilapa, a donde llegó alrededor del medio día.
El equipo misionero, integrado por el Padre Roberto Hickl, OMI; el diácono Héctor, y las religiosas Justina y Emma, conmocionados, hicieron frente a aquellas horas de dolor. El pueblo consternado acudió a acompañarlos. El mismo Arzobispo de Acapulco, Monseñor Rafael Bello Ruiz, sintiendo suyo este dolor, se hizo presente para ayudarlos y presidir las oraciones, acompañado por religiosas Carmelitas Misioneras de Santa Teresa, que atienden el Sanatorio del Sagrado Corazón de Jesús en Acapulco.
Al día siguiente, Luz Marina fue enterrada en el Panteón Municipal. Quince años después, en 2002, sus restos fueron trasladados canónicamente al Templo Parroquial de San Nicolás de Tolentino, donde fueron colocados en la entrada a mano izquierda.
La sangre de los mártires, ha sido vista siempre por la Iglesia, como semilla de nuevos cristianos. Y en el caso de Luz Marina, la Gloria Escondida de la Arquidiócesis de Acapulco, es vista como una muerte que da vida. Pues ella mantuvo su entrega generosa como religiosa hasta el extremo de dar la vida. Y este gesto heroico debe ser símbolo de entrega generosa, en un mundo vacío, que sólo busca el placer y la comodidad. Signo de una Iglesia que entrega su vida, en medio de un mundo de muerte, que acompaña hasta la resurrección. Con la fuerza que nos da el Señor Jesús, seguiremos trabajando y luchando.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas.
Luz Marina Valencia Triviño nació en Pasca, Cundinamarca, Colombia, el 25 de Julio de 1952. Hija mayor de Luis Eduardo Valencia y María Dolores Triviño. Le sobreviven sus hermanos: Luis Alberto, Martha Cecilia y Gladys.
Recibió el Sacramento del Bautismo el Pasca, Diócesis de Girardot, el 3 de Agosto de 1952.
Recibió el Sacramento de la Confirmación en La Calera, Diócesis de Bogotá, el 12 de Febrero de 1959.
Ingresó al Postulantado de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción, el 27 de Diciembre de 1970, en Madrid, Cundinamarca.
Realizó sus estudios de bachillerato en el Instituto Politécnico Fómeque, en Cundinamarca, en el Internado regido por las Misioneras de la Inmaculada Concepción.
Ingresó al Noviciado en el mismo lugar el 21 de Noviembre de 1972.
Emitió el Acto de Promesa en Bogotá, el 2 de Diciembre de 1973, y lo renovó un año después en 1974.
Emitió sus Votos Temporales en Bejuma, Venezuela, el 3 de Enero de 1976, renovándolos en 1977 y 1978.
Hizo sus Votos Perpetuos en Bogotá, Colombia, el 3 de Enero de 1979.
Vida misionera en:
Bejuma, Venezuela, en estudio de Magisterio y Catequesis en Primaria, de 1974 a 1978.
La Victoria, Venezuela, como Profesora en el Colegio Inmaculada Concepción, de 1979 a 1980.
Puerto Asís, Colombia, como Administradora en un Hogar Infantil y Pastoral, de 1981 a 1982.
Roma, Italia, estudiando la Licenciatura en Misionología, en la Pontificia Universidad Gregoriana, de 1983 a 1986. Su tesis, presentada el 30 de Junio de 1986, alcanzando el grado Magna cum laude (9. 2), con el tema: “Dimensión misionera del Instituto de Religiosas Misioneras de la Inmaculada Concepción”.
Salina Cruz, Oaxaca, México, acción pastoral de 1986 a 1987.
Asesinada durante la noche del viernes 20 de Marzo de 1987, muere tras siete horas de lenta agonía, a las 5 de la mañana del sábado 21 de Marzo de 1987, en la cuadrilla de La Gloria Escondida, del Municipio de Cuajinicuilapa, Gro. México, mientras cumplía con sus obligaciones pastorales.
RASGOS DE SU PERSONALIDAD.
Las hermanas que conocieron a Luz Marina desde su preadolescencia en el “Colegio Politécnico” de Fómeque, donde vivió por cuatro años interna, cuentan que en la relación con sus compañeras se mostraba siempre muy servicial. En todo momento estaba dispuesta a prestar sus servicios; sin muchas palabras se daba a los demás.
Se mostró siempre responsable en el estudio y trabajos del internado; a esto se le unía una gran voluntad para salir adelante.
Bondadosa, con una decidida inclinación hacia el bien, la situación del otro le preocupaba y, de alguna forma, se hacía sentir cercana.
La pobreza que vivió en su niñez la fue haciendo introvertida, mostrando, en ocasiones, desconfianza y cierto sentimiento de humildad.
La situación familiar la llevó a vivir en una continua angustia que le hacía sentir necesidad de comunicar su sufrimiento y, a la vez, dificultad en expresarse. Se mostró siempre discreta y prudente, temerosa y fiel.
Las preocupaciones por su familia la condicionaban, pero su dinamismo, y el apasionamiento por Jesús le hacían vencer sus indecisiones y tomar opciones ponderadas y firmes. Con esas actitudes llega a Cuajinicuilapa.
Lo que me admira –dice de ella el Padre Antonio Vidales, CMF, quien la acompañó en su proceso vocacional durante un tiempo- es que alcanzara, poco a poco, tal grado de superación y generosidad”.
EN CAMINO A SU GOLGOTA.
En los primeros días de Enero de 1987, se realizan sus trámites, ante la Dirección de Servicios Migratorios de México, para su internamiento en el país como Misionera a servir en la Arquidiócesis de Acapulco.
La fundación en Cuajinicuilapa empezó a hacerse realidad desde el momento en que los sacerdotes Oblatos de María Inmaculada solicitaron la colaboración de las hermanas, que en ese entonces trabajaban ya en Salina Cruz, Oaxaca. Casa desde la que se trasladaron el 10 de Agosto de 1986, las hermanas: Emma Del Valle Menéndez (argentina), Luz Marina Valencia Triviño (colombiana), y Justina Moreno (española).
Los objetivos de su presencia pastoral en Cuajinicuilapa serían: promoción de Comunidades Eclesiales de Base, y concientización en todos los niveles.
Viviendo en la Casa Parroquial, en Cuajinicuilapa, atendían todos los 26 pueblos de la parroquia, en colaboración con los sacerdotes Oblatos de María Inmaculada.
La ciudad de Cuajinicuilapa es cabecera del Municipio del mismo nombre, en la región de la Costa Chica. Colinda con el Estado de Oaxaca. Su tierra colorada se aprovecha mayormente en los cultivos de temporal a causa de la carencia de sistemas de riego, y grandes espacios se utilizan para la cría de ganado vacuno y caballar.
La población es predominantemente negra, con insistencia en afirmarse con una identidad propia como mecanismo de defensa y contestación.
El trabajo pastoral de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada inició en 1986, cuando es nombrado Párroco el Presbítero Luis De anda Salinas OMI.
MARTIRIO DE LUZ MARINA.
El Viernes 20 de Marzo de 1987, cae asesinada Luz Marina, en la cuadrilla de La Gloria Escondida, perteneciente al Comisariado de Maldonado, del Municipio de Cuajinicuilapa. Tenía 35 años de edad. El equipo misionero formado por el Padre Roberto Hickl y la hermana Luz Marina, llegó a La Gloria Escondida el día anterior, viernes al medio día, y durante el día realizaron visitas a las familias y dos Eucaristías. Terminadas las actividades, se dispusieron a descansar. El Padre con la familia Flores, y la hermana con la familia de Miguel Cosme y Maria Luisa con sus hijos. Casa que en la costa es llamada como “bajareque”. La Gloria Escondida, es apenas un barrio de 15 familias pobres, dominadas por u cacique, lejos de todos los medios de comunicación.
Testigos presenciales de esta barbaridad, afirman que cuatro individuos armados de pistolas y armas largas, durante la noche, irrumpieron violentamente en la habitación donde se alojaba la religiosa acompañada de la familia dueña de la casa, con manifiestas intenciones de raptarla.
Hubo forcejeos y golpes. Gritos agudos de auxilio. La señora de la casa desesperada, preguntó: ¿a dónde la llevan? Y los asesinos respondieron: “es una monja y le vamos a dar un paseo”. A rastras la sacaron de la casa; pero no pudieron ir muy lejos porque una cerca de alambres de púas que rodeaba el patio, les impidió consumar el rapto. Ante esta situación, uno de los facinerosos, cacique del lugar, hizo varios disparos sobre la religiosa. Una bala le perforó el estómago y la víctima cayó mortalmente herida. Los criminales huyeron al instante.
La hermana se arrastró trabajosamente hasta llegar a la casa y junto con la familia se protegió a puerta cerrada. Desde aquél momento pasaron siete horas de pasión, sin recibir curación alguna. Ni los vecinos pudieron ofrecer ayuda, ni la familia pudieron hacer otra cosa, los asesinos permanecían en las inmediaciones de la casa asechando.
Durante estas horas, por testimonio de la señora y de su hija, Luz Marina les agradeció que fueran tan buenas con ella, que la cuidaran tanto. Cuando ya estaba amaneciendo, pidió a la señora que le ayudara a ponerse de lado en el catre donde la habían recostado. Abrazó entonces a la señora y le dijo que tenían que ser valientes. También agregó que le dolía el estómago: “Siento que me voy a morir”. Pidió ver al sacerdote. Empezó a vomitar sangre, le dieron a beber agua de hierbas.
Luz Marina se desangró profundamente y murió a las cinco de la mañana del día sábado 21 de Marzo de 1987, pronunciando estas últimas palabras: “Dios mío, perdónalos”.
Después, con medios primitivos y en suma pobreza fue trasladado el cadáver de la mártir a Cuajinicuilapa, a donde llegó alrededor del medio día.
El equipo misionero, integrado por el Padre Roberto Hickl, OMI; el diácono Héctor, y las religiosas Justina y Emma, conmocionados, hicieron frente a aquellas horas de dolor. El pueblo consternado acudió a acompañarlos. El mismo Arzobispo de Acapulco, Monseñor Rafael Bello Ruiz, sintiendo suyo este dolor, se hizo presente para ayudarlos y presidir las oraciones, acompañado por religiosas Carmelitas Misioneras de Santa Teresa, que atienden el Sanatorio del Sagrado Corazón de Jesús en Acapulco.
Al día siguiente, Luz Marina fue enterrada en el Panteón Municipal. Quince años después, en 2002, sus restos fueron trasladados canónicamente al Templo Parroquial de San Nicolás de Tolentino, donde fueron colocados en la entrada a mano izquierda.
La sangre de los mártires, ha sido vista siempre por la Iglesia, como semilla de nuevos cristianos. Y en el caso de Luz Marina, la Gloria Escondida de la Arquidiócesis de Acapulco, es vista como una muerte que da vida. Pues ella mantuvo su entrega generosa como religiosa hasta el extremo de dar la vida. Y este gesto heroico debe ser símbolo de entrega generosa, en un mundo vacío, que sólo busca el placer y la comodidad. Signo de una Iglesia que entrega su vida, en medio de un mundo de muerte, que acompaña hasta la resurrección. Con la fuerza que nos da el Señor Jesús, seguiremos trabajando y luchando.
3 comentarios:
Fui compañera de estudios de la Hermana Luz Marina Valencia en el Instituto Politécnico de fómeque , y en realidad ella era un porsona silenciosa, sumamente aplicada, respetuosa, buena amiga, pero se veía que sufría mucho por su familia, lloraba muy a menudo y uno no podía consolarla, eso nos apenaba muchísimo, porque todas éramos alegres y a ella se la veía muchas veces triste y lo reflejaba en su rostro.
Mi nombre Sor Pilar de la Cruz. Fui compañera de estudios de la Hna. Luz Marina Valencia en la Gregoriana en Roma.Varias materias las hicimos juntas. Eramos inseparables. Muy buenas amigas diriamos hermanas de corazon. Cuando estudiamos la vida de los martires ella me decia: Pilarcita, quien pudiera hacer esto por Cristo! y despues pense como Dios le dio su fuerza. La ultima vez que hablamos por telefono en Roma me dijo:_Pilarcita! Me voy a la mision ya. Hasta el cielo._ Esto me impacto!. Seria que ella pensaba era dura esa mision. No lo se. Doy fe de su entrega y sobre todo de su paz y amor en medio de sus dificultades que en aquellos momentos atravesaba. Todo como dicen los demas comentarios se reflejaba en su rostro siempre alegre. Nunca la olvidare y siempre la llevo en mi corazon. Luz Marina oro por nosotros tu que ya estas con Jesus. Amen.
Mi nombre es Iván Darío Pinto Romero, vivo en BEJUMA estado Carabobo Venezuela, fue mi maestra de sexto grado en el Colegio Parroquial San Rafael, era muy estricta pero gracias a sus enseñanzas conjuntamente con mis padres me guiaron por el buen camino
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