ENTREVISTA A MONSEÑOR FELIPE AGUIRRE FRANCO, ARZOBISPO DE ACAPULCO, REALIZADA POR LA HERMANA ADRIANA MAZA COUTIÑO, DE LAS DISCIPULAS DE JESUS BUEN PASTOR.
Capítulo XII: XXV ANIVERSARIO DE ORDENACION EPISCOPAL
Preparación. Desde luego que fueron mis Ejercicios Espirituales los que quise hacer tanto con los Obispos como con los Sacerdotes, las Jornadas de Promoción Vocacional que se llevaron a cabo de una manera más intensa, así como la promoción y propagación del Seminario Diocesano de Tuxtla. Todo esto se puede abarcar globalmente en la Celebración de 10 días completos de ese decenario de celebraciones que se llevaron a cabo al terminar la Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano el día 16 de abril de 1999, salimos con el Sr. Nuncio Apostólico rumbo a Copainalá, esa misma tarde llegarían otros muchos Obispos, hasta 60 Obispos; Copainalá es un prototipo de lo que son los pueblos zoques de la Diócesis de Tuxtla, ahí nos encontramos con muchos zoques y tuvimos un encuentro gozoso con todo el pueblo; por otra parte también para reparar la ausencia de un día que no pudimos bajar en los helicópteros y había mucha gente reunida en Tecpatán pero pues fue algo muy doloroso para mí, sentimentalmente pero que no fue por culpa propia sino porque los aparatos no pudieron bajar. Ese día 16 visitamos a las autoridades del Gobierno del Estado, yo fui corriendo también al Teatro de la Ciudad para ensayar con la Orquesta Sinfónica algo que iba a dirigir el día 20, la “Obertura de las Bodas de Fígaro” de Mozart.
Ese día 16 también unas personas llevaron un Mariachi muy bien plantado para llevarme gallo en la noche, había Obispos hospedados en mi casa, estaban los Cardenales, el Nuncio Apostólico, el Sr. Sepúlveda, mi hermano Eustaquio y otras visitas más que también disfrutaron el gallo de esa noche.
Día 17 de abril. El día 17 de abril de 1999 ya estaban los 60 Obispos que llegaron, incluyendo a Mons. Ramassni de San Marcos, Guatemala, estuvieron para acompañarme en el Poliforum a la Misa que fue a las once de la mañana, una Misa concelebrada con los Obispos, los tres Cardenales, el Sr. Obispo José Trinidad Sepúlveda y el Sr. Nuncio Apostólico que nos entregó el saludo del Santo Padre que he multicopiado y multiplicado en una estampa con el Buen Pastor que es copia de una pintura que hizo mi sobrino, el Padre Efraín Moreno Aguirre.
La felicitación del Papa fue tonificante para la vida de este Obispo al cumplir 25 años y sobre todo pronunciado el mensaje por el Nuncio Apostólico Don Justo Mullor García; en el Poliforum Mesoamericano de Tuxtla. Había más de 5,000 personas; ellas fueron el mejor adorno. Estaba un órgano tocando muy bien y solemne la entrada de los Obispos y luego, ‘el corazo’ con más de 100 cantores y la Filarmónica de Chiapas dirigida por el Mtro. Alfredo Ibarra, Director de la Orquesta Sinfónica de Michoacán, fortalecidos también con los músicos de Michoacán, que interpretaron la Misa “En la Coronación”, de Amadeus Mozart. Hermosísimo todo aquello, con los solistas de categoría y todos los músicos, después que se dio la bienvenida y que se rezó el “Yo confieso ante Dios Todopoderoso”, comenzó aquella sinfonía “Kirie... Kirie”, solemnísimo.
Luego el sermón que pronunció en la homilía el Sr. Arzobispo Emérito de Hermosillo Don Carlos Quintero Arce que fue mi Prefecto en los años de humanidades y mi Maestro de Latín, de Filosofía y de otras materias en el Seminario, dijo cosas muy relevantes y cosas también desde luego bíblicas, anecdóticas, pastorales, muy hermoso. Habló del Sr. Sepúlveda como del ‘atleta en bicicleta’, de mi Papá como un “valiente cristero”, de mis hermanos Sacerdotes, del Plan de Pastoral de la Diócesis, en fin fue un sermón lleno de aplausos, y de reconocimientos, entusiasmante de principio a fin. Nos tuvo a todos, en un ambiente de fe,, pero como se dice, “al filo de la butaca”, atentos y vibrando de gozo.
Bendiciones. Terminada la Misa fuimos al Seminario para que se llevara a cabo la bendición del Seminario Menor ya terminado, de lo que ya estaba por concluirse de la Curia Diocesana y el Seminario Mayor, todo lo que se construyó nuevo, y fue el banquete ahí mismo en el Seminario con todos los Obispos en unos toldos muy elegantes que pusieron en el patio frente a la Capilla. Fue una gran celebración la de ese día, que se unió a la apertura de la fiesta del Patrón San Marcos.
Día 18 de abril. Después, el día 18 Domingo, la fiesta de los niños por la mañana, fue hermosísima, era una algarabía en la mañana frente a San Marcos, parecían gorriones cantando entre los árboles del atrio de San Marcos. Y posteriormente por la tarde, la fiesta de los jóvenes en San Roque. Allí se descubrió una placa de bronce que quedó colocada hasta la fecha en una columna y dice:
“En este lugar hace 25 años el día 25 de abril de 1974 fue ordenado Obispo Mons. Felipe Aguirre Franco”.
Los jóvenes hicieron una exposición vocacional también muy elocuente y ocuparon todas las graderías de la cancha de San Roque, explosiva, entusiasta y juvenil aquella celebración después de que tuvieron un encuentro también con el Sr. Obispo Genaro Alamilla.
Día 19 de abril. El día 19 fue un encuentro en el Colegio de Niñas Secundaria y Preparatoria, muy entusiasta, llena de arte, alegría y folklor; y por la tarde fue un encuentro con las Familias de los Colegios y de la Pastoral Familiar, allí mismo.
Día 20 de abril. El día 20 por la mañana y medio día fue un encuentro con los Sacerdotes de la Diócesis, tuvimos un banquete, nos habló el Sr. José Trinidad Sepúlveda recordando sus buenos tiempos y luego por la noche el concierto de gala en el Poliforum de la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez, dirigí unas palabras y luego dirigí también la Obertura de las Bodas de Fígaro de Amadeus Mozart.
Ese día fue glorioso también para mí, junto con la canción a la Ciudad de Tuxtla que le dediqué junto con la Sinfónica, hermosísimo todo, muy lúcido. Ni en sueños hubiera yo imaginado algo tan glorioso, como un regalo musical aquí en la tierra. Que esto no me quite gloria para los cantos que voy a escuchar D.M. allá en el cielo.
Día 21 de abril. El día 21, los laicos estuvieron en la casa del Contador Tito Consospó; todos los laicos, coordinados por Dña. Carmelita Cancino. Fue una celebración hermosísima con variantes, con canciones, con conjuntos, con declamaciones, con palabras, con discursos, ¡hermosísimo!, una convivencia hermosísima. Tesoros espirituales de toda índole. Terminamos con una procesión, una peregrinación que culminó en San Marcos con la Santa Misa.
Día 22 de abril. El día 22 encuentro con los indígenas. Después de habernos encontrado en Patria Nueva, peregrinamos por la tarde a la Catedral de San Marcos. Fue un encuentro también de contenidos muy sólidos para fortalecer a la Pastoral Indígena en torno al Obispo y la Misa en la Catedral de San Marcos, lleno de indígenas y viendo cuantos Seminaristas indígenas teníamos. Sus manifestaciones de fiesta y folklor fueron muy espontáneas y representativas de las etnias zoque y tzotzil.
Día 23 de abril. El 23 de abril fue una visita por la mañana, temprano, a los presos de la Ciudad con cantos, saludos y regalos; celebré la Misa en Cerro Hueco, para que más tardecito de esa misma mañana fuéramos a visitar a los enfermos del Hospital Civil, a los enfermos de cáncer, a los niños, con los médicos, las enfermeras; les regalé un crucifijo y luego una Misa solemne y una comida con los enfermos en el Centro de Convenciones del Poliforum Mesoamericano. Fue un encuentro muy emocionante, muy impactante tener a tantos enfermos pero que estaban vibrando con el Obispo. Uniendo sus padecimientos y dolores a la Pasión de Cristo.
Día 24 de abril. El día 24 era vísperas de la fiesta, fue el encuentro con las Religiosas. Desde temprano fuimos delante de Terán a un lugar cerca de Agua Fría, en la Ribera del Carmen; allí nos reunimos con todas las Religiosas de la Diócesis, una fiesta muy hermosa, con numeritos de escenificaciones teatrales y canciones y declamaciones muy hermosas, música y bailables folklóricos. Se lucieron desde luego las Discípulas de Jesús Buen Pastor. No podían faltar las coronas y los regalitos.
Peregrinaron todas las Religiosas hasta la Catedral de San Marcos, una Misa entonada, polifónica, dirigida por la M. Cecilia Langarica de las Religiosas del Verbo Encarnado, la Misa del Sr. Domingo Lovato, una Misa hermosísima de la Virgen de Guadalupe.
Era la víspera de la festividad de San Marcos, ese día hizo su compromiso de celibato eclesiástico, mi sobrino Efraín Moreno Aguirre, hijo de mi hermana Tere, del Clero de San Luis Potosí; hasta decía: “yo nada más esperaba a qué hora me ponían el velo sobre la cabeza”, porque era una Misa de Religiosas y ahí le tocó a él hacer su propósito de celibato eclesiástico.
Pues todo fue muy hermoso, muchas Religiosas. ¡Cuánto les agradeceré toda la vida ese amor y ese cariño! con razón les decía yo a las Religiosas “ustedes son mi gloria y mi corona”.
Ese día ya había muchas flores con San Marcos, era una montaña de adornos florales al pie de San Marcos, en el ábside de la Catedral.
Día 25 de abril. Llegó el día 25. Muy temprano fuimos a la Misa de Profesión Religiosa de las Discípulas de Jesús Buen Pastor, en el Convento al pie del Mactumatzá, en el Convento del Buen Pastor; ahí estaban tres novicias que se pusieron un moño de regalo porque eran “Los Regalitos” de las Bodas de Plata Episcopal. Recuerdo bien, eran la Hermana Reyna Isabel, la Hna. Ana Laura y la Hna. Tony que estaban dispuestas a ser los regalitos de esa fiesta de los XXV años. Era el 25 de abril por la mañana, todo estaba adornado, todo dispuesto para la Misa, frente a la Capillita tradicional y antigua de la Finca “El Cocal”.
Ahí llegaron los Papás de las Profesas y otras personas más; comenzó a salir el sol, el Padre Salvador Valadez, la M. Silvia, todos nos acompañamos con mucho gozo en ese momento para que fuera la profesión temporal de votos de estas tres Hermanas y todas las Discípulas de Jesús Buen Pastor participaron ahí de la gran fiesta al amanecer del día de mis Bodas de Plata Episcopales.
Fiesta Zoque. De ahí, juntamente con mi hermano Eustaquio me trasladé a San Marcos en donde estaba la Fiesta Zoque, me acuerdo que no había desayunado y tomé un pozol con panela (al piloncillo le dicen panela) que me supo a cielo, porque necesitaba tomar energías, pues luego seguía la otra Misa, la Misa de doce, de todos los peregrinos que llevaban ensartas de flores de Joyo Mayu, Flor de Mayo, y que llegaron en peregrinación con el Presidente Municipal, todas las ensartas y joyonaqués de los zoques, según las tradiciones históricas del pueblo tuxtleco en la gran fiesta del Patrón San Marcos.
Presidí pues la Misa de doce ¡hermosísima!, recordé que es el Señor quien lo ha hecho y que esto es un milagro patente y hasta los Padres aplaudieron cuando les dije todo lo que el Señor me había concedido hacer en todos estos XXV años, y hasta decían los Padres “que se siga repitiendo el milagro”, pasó esta Misa con muchos zoques que ofrecieron sus enrames, sus somés, sus joyonaqués. ¡Era aquello un retablo abigarrado de flores!
Me encontré con mis familiares. Cuando terminamos esta Misa con todas las felicitaciones en honor a San Marcos, nos encontramos con mis familiares; ya andaban ahí todos mis hermanos y mis hermanas, mis sobrinos, mi gente, volvimos a tomarnos otra jícara de pozol, con todo y el meneadito propio del pozol y luego nos fuimos a comer a la casa porque había que prepararnos para la Misa grande, la Misa gorda, la Misa de la Fiesta.
Fuimos a comer a la casa Episcopal, ahí estaba nada menos que el candidato a Presidente de la República Don Porfirio Muñoz Ledo del PRD, me acuerdo que el Padre Mora muy chistoso fue, y le dijo: “Señor, que no le decimos al Lic. Cárdenas que pase?” él contestó: “dígale que no ande diciendo mentiras y que mejor se confiese”. Estuvo también presente el Sr. Sepúlveda.
La Misa de mis Bodas de Plata. Luego nos fuimos a la Ordenación de once Sacerdotes y diez Diáconos, entre ellos mi sobrino Efraín; al Seminario; fue una Celebración muy grande y muy importante. Era un regalo también muy grande de Dios para mis Bodas de Plata, para el Obispo, pero a la vez del Obispo que en sus Bodas de Plata pudiera regalar a la Diócesis esos nuevos Sacerdotes y Diáconos. Fue ahí en la cancha de Fútbol del Seminario, con un sol abrasador pero después hubo una lluvia refrescante; no sé de donde resultó esa lluvia milagrosa que nos puso a todos más a gusto, más en paz y seguimos participando en la Misa. Esa fue la Misa de mis Bodas de Plata. Más de 10,000 gentes participando. El corazón se sentía chiquito para poder asimilar una montaña de gozo.
De ahí fui a la fiesta que se estaba celebrando en el Parque Central, frente a la Catedral de San Marcos; se inauguró una exposición de pinturas en el anexo de la Catedral sobre el Evangelio de San Marcos; luego fuimos a cenar a la casa de la Sra. Gladis de Mantecón. Con todo eso se hizo un poco tarde, un poco nochecito, pero así concluyó la fiesta de ese 25 de abril.
El impacto produce en mi vida esta Celebración. Un fortalecimiento de mi vocación sacerdotal, un entusiasmo muy grande y una gratitud que guardaré siempre al Señor. Todavía estoy tratando de asimilar y digerir esa montaña de mensajes, de contenidos, de sentimientos, de impresiones intensísimas que Dios me concedió en esos días. Renuevo mi “SI” al llamado de Dios en el silencio del corazón, en la oración personal de meditación y contemplación. En mi Capilla he podido asimilar en ratos de silencio todo lo que el Señor me ha dicho y quisiera en eso ser como la Virgen María que como “la Divina Rumiante” guardaba todas estas cosas en su corazón.
¿Cómo surge el canto a Tuxtla? El canto a Tuxtla lo compuse como fruto de una visión contemplativa y de algunas tonadillas que traía en la mente y en el corazón, como quien contempla a Tuxtla Gutiérrez desde lo alto del Mactumatzá; desde el Convento se ve mucho más hermosa Tuxtla Gutiérrez y de esta manera quise dividirlo en tres partes, que son las tres estrofas de la canción; la primera estrofa: “cómo he visto a Tuxtla? No solo la Ciudad, sino personificada la Diócesis en la Ciudad, cómo la he visto en esos 25 años? Y dice:
Tuxtla de mis amores y mis recuerdos,
Tuxtla que se levanta con la esperanza
por sobre las cumbres del Mactumatzá
Tuxtla la más hermosa, la más bonita, la más bonita
flor del sureste, Ciudad Capital.
Flor del Grijalva que se remansa
junto a las aguas de su caudal,
y el Sumidero de su torrente ríos de fe
firmes y fieles tus altos riscos están de pie.
Eres aureola para San Marcos
que se transforma en Joyonaqué.
Sí, y es que desde las alturas se divisa Tuxtla Gutiérrez como si fuera un remanso del Río Grijalva que se ha metido entre la Ciudad, o como si la Ciudad fuera el remanso del río, como si se soslayara, se explayara el río, pareciera como si fuera una corona de Joyonaqué que son esas flores ensartadas que hacen los zoques en forma de resplandor.
La segunda estrofa es lo que yo he sido en Tuxtla Gutiérrez a través de estos 25 años y dice:
Soy un aventurero del Infinito
soy trovador del viento,
con ritmo atento,
pulsando las notas de gozo y dolor.
Soy caminante – apóstol que va sembrando,
Que va sembrando
por los senderos semillas de amor.
25 años son en mis manos
el pentagrama de mi cantar.
Al alma lleva paz en la tierra
de un mes de abril.
Pastor ungido de un sacramento
Zoque y Tzotzil,
brazos abiertos, crucificados
por las ovejas de su redil.
Y es que 25 años es como un pentagrama donde se escriben las notas musicales y como en el mes de abril fue mi Ordenación Episcopal y muchas celebraciones más han sido en este mes y también es la Fiesta de San Marcos, por eso digo “pastor ungido de un sacramento” ya que en el mes de abril canté mi Primera Misa, y fui ungido Obispo. Y quiero ser “brazos abiertos, crucificados” como el Señor de la Misericordia de mi Pueblo.
La tercera estrofa es lo que Tuxtla ha sido para mí, como una Esposa. En Tuxtla a una esposa fuerte, fecunda se le dice galana, por eso yo quise poner esa expresión que va muy de acuerdo con la expresión de San Pablo cuando habla de la Iglesia: “como una esposa que se engalana para su esposo”. Y dice:
Tuxtla donde son flores mis ilusiones
Tuxtla de mis cantares
y mis pesares
hundiendo en el surco
la acción pastoral.
Tuxtla esposa galana
que se retrata,
que se retrata
sobre el espejo
de su Catedral.
Con el emblema de mi callado
hacia el aprisco del Buen Pastor
pumpo y sandalias van pregonando:
Evangelizar.
Cuando de Chiapas un día
mi vida se ha de alejar
Tuxtla mi Iglesia te llevo dentro
y en ti yo quiero resucitar.
Evangelizar ha sido el emblema de mi Episcopado y por eso lo quise dejar en la última estrofa; es lo que Tuxtla ha sido para mí, durante estos 25 años. El canto a Tuxtla es una visión contemplativa que guardaré siempre conmigo en las alforjas de mis recuerdos.
Cómo surge mi amor a los indígenas? Mi amor a los indígenas surge desde el conocimiento que he tenido en mi niñez de la Virgen de Guadalupe, como dice aquella estrofa:
“Adiós ¡oh! Virgen de Guadalupe,
adiós, oh Madre, del Salvador,
desde que niño nombrarte supe
tú eres mi vida, mi solo amor”
Algo así va, mi amor a la Virgen de Guadalupe con el conocimiento de Juan Diego. Cuando yo era Seminarista me acuerdo que le dije que yo quería ser: “alguien que como Juan Diego llevara rosas del Tepeyac a los demás”, no sabía ni a dónde pero por ahí comprendo mi vocación para trabajar en la Pastoral indígena.
También mis raíces indígenas como mis antepasados Huicholes del norte de Jalisco y mi propia identidad mestiza, por mis apellidos españoles, vasco Aguirre y gallego Franco, sin embargo, mis ancestros también son de los Huicholes.
La Virgen de Guadalupe me ha agarrado la palabra, yo he tratado de expresar mi amor a los indígenas y le he pedido a Dios que me conceda saberles servir con amor, con cercanía, pero servirles no como una conquista, como para ganarlos para mi causa sino reconocer sus valores y desde sus culturas, desde su propia identidad valorarlos, desde su experiencia de Dios acompañarlos y conocer las riquezas de su caminar en su conocimiento de Dios en donde se encuentran las semillas del Verbo y que deben alcanzar su perfeccionamiento en Jesucristo Resucitado.
Grandes experiencias he tenido en la Pastoral Indígena, primero en Tuxtla Gutiérrez con los indígenas Zoques y los indígenas Tzotziles, traté de aprender zoque, fue el que hablé un poquito más y el tzotzil aunque sea hablé palabras aisladas, pero trataba de inculturarme lo más posible en su propio idioma, y aprendí, recuerdo que una vez duré como 15 minutos hablando palabras mochas pero lo más posible en Zoque, delante del Sr. Sepúlveda y les dije “ahora les voy a traducir lo que les dije en zoque” y luego me dijeron ellos “no, sí ya entendimos”, “oh, pues es una alabanza muy grande que me acabas de decir”, le dije yo al indígena; pues sí traté de que se me aflojara a mi también la boca, porque a aquel Sr. Obispo le dijeron “Sr. Obispo es que tú ya no aprendes porque tienes el hocico muy duro”, así que yo también traté de que se me aflojara tantito para que pudiera hablar en el idioma de estos hermanos y recuerdo que nos dábamos a entender con intérprete y también usando algunas palabras, me acuerdo que les hablaba que no se dejaran llevar por el Diablo, en zoque el Diablo es el “Yadziba”, y en tzotzil es “po’cuj” y así muchas palabras aprendí, por ejemplo: Obispo que está alegre, se dice “cass’pa” o “sigsignepa” en zoque, y en tzotzil Obispo “shimuibá leck’elchij”, o sea, ‘el Buen Pastor es un Pastor alegre y las ovejas’ (chij’etic).
Presidente de la Comisión Episcopal de Indígenas. Durante siete años y medio fui Presidente de la Comisión de Pastoral Indígena de la Conferencia del Episcopado Mexicano y me tocó inaugurarla; estuve durante cuatro años como Coordinador del Secretariado de Pastoral Indígena del CELAM, CEPAI, CELAM. Me tocó estar con los indígenas en Santo Domingo con el Santo Padre, el Papa me entregó en mis manos el documento que él nos dio en Santo Domingo y hasta me dijo: “en sus manos”, ahí me dijo que hacían falta más Sacerdotes indígenas y también Obispos indígenas y un valioso documento donde decía “qué hermoso el día cuando sus comunidades se vean servidas por misioneros y misioneras, Sacerdotes y Religiosas que hayan salido de sus propias comunidades”. Por eso hicimos otro encuentro en Izamal, Yucatán, cuando él llegó en 1993 y ahí volvimos a encontrarnos con el Papa y me tocó presentar a los indígenas.
El Obispo de los indígenas. Después el Papa me reconocía como ‘el Obispo de los Indígenas’, ahora también en Acapulco la experiencia con los indígenas en cuatro zonas pastorales: Mixteca alta, Mixteca baja, Región Amusga que está dentro de la Costa Chica y Acapulco que es un conjunto de distintas etnias: amusgos, tlapanecos, mixtecos y nahuats.
No hay comentarios:
Publicar un comentario