jueves, 6 de agosto de 2020

LA DEVOCION AL PADRE JESUS DE PETATLAN EN LA ARQUIDIOCESIS DE ACAPULCO


LA DEVOCION AL PADRE JESUS DE PETATLAN

 EN LA ARQUIDIOCESIS DE ACAPULCO.

Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas.


         El pueblo cristiano que peregrina en el Estado de Guerrero, ha venerado a Nuestro Señor Jesucristo de una manera singular, en el Santuario dedicado con el título de Padre Jesús de Petatlán. El actual santuario, de estilo modernista, se debe gracias a la iniciativa de un gran pastor, que regenteó la Parroquia de San Pedro Apóstol, por espacio de 65 años, marcados por un fructífero ministerio no solo en el ámbito eclesial, sino también en el social, y en el cultural: Monseñor Gregorio María Bello Carranza (1947-2000).

         Gracias al Padre Goyito, se consolidó la devoción al Padre Jesús de Petatlán, proyectándose a niveles internacionales, pues el Santuario alcanzó un afluente de peregrinos, durante esos años, sólo comparado con el Santuario del Santo Señor de Esquipulas en Guatemala (calculado en un millón de peregrinos al año, según datos proporcionados en su momento por los proveedores de ambos santuarios).

         No existen estudios comparativos para el caso del santuario de Petatlán, pero lo que si es cierto, es que a la pérdida irreparable del Padre Goyito, un pastor como los que nos pide el actual Papa Francisco (con olor a oveja, de puertas abiertas, siempre presente, sin sistemas de “aduanas”), el santuario decayó en un cincuenta por ciento, que algunos atribuyen a la inseguridad y la violencia, pero que innegablemente hacen entrañable la figura del gran pastor desaparecido, pues Guerrero siempre ha sido parte del México bronco.

         Sin temor a equivocarnos, podemos decir que la devoción a Padre Jesús de Petatlán es moderna, y surge de la predicación diáfana y sistemática del Padre Goyito, ya que la fe nace de la predicación de la Palabra. Por eso también, podemos decir de Padre Goyito, que mimetizó con Padre Jesús de Petatlán.

         La presencia cristiana en Petatlán se remonta a los inicios de la evangelización de estas tierras. Los estudios históricos no han llegado a la recuperación del trabajo de archivo, y por eso encontramos en los materiales que circulan, la repetición de lugares comunes, no comprobados.

         Los datos históricos disponibles, nos llevan hasta el ilustre historiador Alberto Carrillo Cázares en su estudio "Partidos y padrones del Obispado de Michoacán" (editada por el Colegio de Michoacán), dice allí aportando documentos como la Visita Pastoral del Obispo Morales, de Michoacán, que en 1550 Petatlán ya era curato atendido por clérigos. Y el historiador por excelencia de la UNAM, Peter Gerhard, dice que ya en 1571 había doctrinas seculares en... San Pedro Petatlán…

Estos dos datos, científicos, consistentes, conforme a la moderna crítica histórica, echan por tierra las ideas comunes constantemente repetidas por trabajos nada académicos, con los cuales se ha dicho que la parroquia fue fundada por el agustino Fray Juan Bautista Moya. Pero incluso la espléndida crónica de la Provincia conocida como Americana Thebaida (vitas Patrum de los Religiosos hermitaños de nuestro Padre San Agustín de la Provincia de San Nicolás Tolentino de Michoacán) escrita por Fray Matías de Escobar, su cronista; en el Capítulo X, con el título de: “En que se da noticia de los primeros ministros que fundaron los pueblos que hoy hay en la tierra caliente de Mechoacán”, se nos transmite la noticia de los trabajos apostólicos de Fray Juan Bautista Moya. Quien comienza su travesía “… por los años de mil quinientos cincuenta y dos”…, bajo la orden de Fray Francisco de Villafuerte, quien como Prior de Michoacán, “administró casi toda la Costa del Sur, faldas de la gran sierra”…

Esto quiere decir que para cuando Fray Juan Bautista Moya, “pasa” por Petatlán, después de 1552, éste lugar ya era Parroquia (llamada en aquél entonces “doctrina”, y era atendida por “clérigo”).

De la misma manera, la devoción a Padre Jesús es moderna, en el sentido de que nunca la parroquia cambió su nombra a Padre Jesús de Petatlán, sólo el santuario, y la Parroquia, y el Pueblo mismo, han sido llamados San Pedro Petatlán. De hecho, en las fotografías de archivo que se conservan, todas en blanco y negro, antes de derruir el antiguo templo parroquial, afectado por el volcán Paricutín, en el año de 1945. La Imagen de Padre Jesús no aparece ocupando el lugar central, sino que el centro lo ocupa la imagen de san Pedro apóstol. La Imagen de Padre Jesús, a juicio del Padre Goyito, debe ser del siglo XVIII, por la característica de que sus ojos son de cristal.

¿Por qué se celebra a un Cristo en su Pasión, en la Solemnidad de la Transfiguración, es decir, una celebración de gloria? Por una sencilla razón, porque el RESUCITADO ES EL CRUCIFICADO. Y nos dice San Juan de la Cruz, Maestro de vida espiritual, NADIE AMA LA GLORIA DE CRISTO SI NO AMA LA CRUZ DE CRISTO.

Particularmente en estos días, donde las noticias nos llenan de una grande indignación, ante la muerte inocente de tantos cristianos en el mundo, la imagen de Cristo sufriente nos llena de un valor inmenso. Él ha dado la vida por nosotros, él ha tomado la cruz, para marcarnos el camino, la verdad, y la vida. Dar la vida por los demás es mostrar misericordia, sentir el dolor de los que sufren, estar cerca de los necesitados.

 Y eso nos lleva a poner los ojos fijos en Jesús, pionero y consumador de nuestra fe. Y fundamentalmente a descubrirlo en los que sufren, para practicar las obras de la Misericordia: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, cubrir al desnudo, hospedar al forastero, dar cristiana sepultura a los difuntos, corregir al que se equivoca… estar cerca de todos, como Iglesia de puertas abiertas, como Iglesia en salida.


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