lunes, 1 de febrero de 2010

XIII. ENTREVISTA CON MONSEÑOR FELIPE AGUIRRE FRANCO, ARZOBISPO DE ACAPULCO.


ENTREVISTA A MONSEÑOR FELIPE AGUIRRE FRANCO, ARZOBISPO DE ACAPULCO, REALIZADA POR LA HERMANA ADRIANA MAZA COUTIÑO, DE LAS DISCIPULAS DE JESUS BUEN PASTOR.

Capítulo XIII: UN NUEVO RUMBO PARA UN MISMO DESTINO: Acapulco

El contexto de mi vida cuando me nombran Arzobispo. Era el día 21 de mayo del año 2000, en Roma. Fuimos a la canonización de los Mártires Mexicanos. En ese entonces, supe después, que se decidió mi nombramiento para la Arquidiócesis de Acapulco. Yo había saludado al Papa, había estado celebrando a los Mártires, el ejemplo de ellos me impulsaba a ser generoso con la Iglesia; después de que estuvimos en Roma con el Padre Adelfo en el Colegio Mexicano y trasladándonos a donde fuera necesario para estar en las Basílicas Mayores, y en las Misas que celebramos por estas fiestas de la canonización de los Mártires Mexicanos, de María de Jesús Sacramentado y del P. José María del Yermo y Parres.
Regresé de Roma y el día 6 de junio del año 2000 recibí en Tuxtla un telefonazo desde Acapulco; era el Sr. Nuncio Apostólico, que por cierto sólo duró tres meses como Nuncio Apostólico, Don Leonardo Sandri, que actualmente es Secretario Sustituto de la Secretaría de Estado del Papa Juan Pablo II. Don Leonardo Sandri me habló desde Acapulco y me dijo:
Sr. Obispo, cómo está. Soy el Nuncio Apostólico.
Bien, por acá. ¡Gracias a Dios! Después de que acabo de llegar de Roma.
Ah, qué bueno que está usted bien. Lo quería saludar, estoy en Acapulco. Fíjese que vine a hablar con Mons. Bello Ruiz, está bien, pero pues ya necesita alguien que le ayude y el Papa ha pensado en usted para nombrarlo Arzobispo Coadjutor, usted sabe que el Arzobispo Coadjutor tiene derecho a sucesión. ¿Qué le parece?
Pues Excelencia, si lo dice el Papa, a mí sólo avíseme; yo estoy dispuesto a lo que el Papa disponga, en todo momento he dicho que si no tengo alguna imposibilidad física, acepto, a pesar de mis limitaciones.
Ah, pues qué bueno, le agradezco mucho. Oiga, va a estar muy a gusto por acá, ahorita desde donde le estoy hablando, desde mi ventana, tengo una vista maravillosa de la bahía de Acapulco. Va a estar usted muy contento.
Y hasta le dije: “bueno, no necesita darme esas motivaciones”. Como que yo pensé en aquello que antes había cantado en la canción de Martí: “con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar, el arrollo de la sierra me complace más que el mar”.
Y ya me dijo que el Sr. Rafael Bello Ruiz estaba de acuerdo y que lo recibía con mucho optimismo ese nombramiento y le dije: “pues usted dígame y yo estoy dispuesto, siempre he tenido disponibilidad, sí la Iglesia ahí me necesita, ahí debo de estar, donde sea la voluntad de Dios, allá es donde la Iglesia me necesita”.
Sí, aquí usted va a ayudarle mucho porque...
Usted sabrá, pero también si alguna vez... recuerdo que el Sr. Raúl Vera López después de que lo nombró Coadjutor le dijo: siempre no. Le dije si después el Papa también dice que no está de acuerdo que vaya de Coadjutor, también estoy dispuesto a lo que diga el Santo Padre, ahí veo yo la voluntad de Dios.
No, pues le agradezco mucho, usted se quedaría en Tuxtla como Administrador Apostólico un tiempo y en este mes ya vamos a hacer el nombramiento. Pues, cuando usted guste que se haga la publicación y que pueda venir usted para acá.
Y así quedó ‘in péctore’ para que el Papa lo resolviera. Escribió al Santo Padre que aceptaba este nombramiento por ser la voluntad de Dios y de momento yo pensé que era un estilo de vida nuevo, pensaba que a estas alturas a dónde podía llegar yo, si ya tenía yo en ese tiempo 28 años de estar en Tuxtla Gutiérrez; o sea, dos como Presbítero, 26 como Obispo, y de esos 26, 14 como Obispo Auxiliar y a la vez Párroco de San Marcos en Tuxtla Gutiérrez, así que junto con los dos años de Presbítero, fueron 16 años de Párroco en San Marcos, 12 años como Obispo titular y uno de Administrador Apostólico ya siendo nombrado Arzobispo Coadjutor de Acapulco, hasta el 4 de septiembre del año 2001 en que entregué formalmente al nuevo Obispo actual de Tuxtla Gutiérrez, tercer Obispo Don José Luis Chávez Botello.Cómo recibí esta noticia? Realmente con disponibilidad, era el día 30 de junio del año 2000 cuando se publicó la noticia, iba yo a hacer ese día una Ordenación Sacerdotal del Padre Margarito Hernández en Jitotol, cuando me habló el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez y me dijo: “ya se publicó la noticia, oye Felipe, cuándo te vas a ir a Acapulco?”, “sí, pues fíjate, ya a estas alturas”. Dice el Cardenal Juan Sandoval: “no, ya estuvo bueno, ya déjalos en paz ahí, ya vete a otra parte para que... “. Ese día les dije a las personas que me quedaría muy contento con que todos los Sacerdotes quieran mucho a los más necesitados especialmente a los indígenas, y ese día ordené a un Sacerdote indígena tzotzil, en un ambiente también tzotzil en la Parroquia de San Juan Bautista de Jitotol.
Con disponibilidad. Así que lo recibí con disponibilidad porque siempre he querido tener el oído atento a la voluntad de Dios, el paso ligero para realizarla y la mirada bien puesta hacia la lejanía, hacia la realización del Reino de Dios, hacia lo trascendente, que somos peregrinos y que tendremos que dar cuenta al Señor de lo que hemos hecho de aquellos denarios, de aquellos talentos que Dios haya puesto para negociar con ellos.
Además pensé en aquella frase de Cristo a Pedro que después de la profesión de amor le dijo: “cuando seas viejo, cuando tú ya seas grande otro te ceñirá – o, sea te va a ceñir la túnica- e irás a donde a ti no te guste”, porque quizás ya estaba mejor instalado ahí en Tuxtla, que salir a una parte desconocida. Así que recibí esta noticia con mucha serenidad, con una actitud de fe y con una dimensión de Iglesia.
Cómo me preparé para dar este nuevo paso? Tuve la oportunidad de practicar Ejercicios Espirituales para Obispos en la Ciudad de Cuernavaca y ahí también, antes de éstos, tuve la oportunidad de conversar directamente con el Señor Arzobispo Don Rafael Bello Ruiz, Arzobispo de Acapulco, y ahí me enseñó los informes que él entregaba a la Nunciatura Apostólica para la Santa Sede así como también pude saludar al P. Pedro Torres, al P. Adolfo Silva Pita, a los Seminaristas de Acapulco en el Seminario Diocesano Conciliar de México.
Los Ejercicios Espirituales para Obispos me ayudaron mucho y las conversaciones con los demás Obispos y Arzobispos, como el Sr. Arzobispo Don Emilio Berlie que ha sido muy cercano para tratar estos asuntos de preocupaciones pastorales y episcopales.
Estos informes que me entregó el Sr. Rafael Bello Ruiz, fueron y han sido muy aleccionadores para mí, porque me dieron una vista panorámica, global de todo lo que es la Arquidiócesis de Acapulco. Además de que Mons. Bello se portó maravillosamente conmigo.
Qué sueños, ideales y retos despertó en mí? Desde luego los ideales del Reino de Dios, que eso es lo que importa, cuando se piensa en amar y servir a la Iglesia para evangelizar, como que no hay cambio, donde quiera es espacio para dar la lucha por el Reino.
Desde luego pensé en un nuevo escudo para plasmar en él los retos que despierta en mí esta nueva responsabilidad y mis ideales que están puestos en el nuevo escudo:
La Virgen María que es la Estrella.
La Barca que dice “duc in altum” (rema mar adentro). Hay que seguir evangelizando en estas tierras litorales del mar del Pacífico; remar mar adentro para la captura de los peces.
Así como también seguir sembrando – evangelizando aquí lo hago con el símbolo de un coco que tiene una palmita despuntando que ya viene esperanzadora brotando la primera ramita de una palmita que viene brotando de un coco y ese coco dice: “cuanto gozo saber que Dios nos ha llamado a crecer entre tus manos” y deposité ese coco en los atrios del Seminario para que sea como una palmera plantada en los atrios del Señor que crece como los cedros del Líbano.
También está el mapa de la parte del Estado de Guerrero que corresponde a la Arquidiócesis de Acapulco, con unas huellas y el báculo caminando. Tiene el mismo lema: EVANGELIZAR.
Y la cruz y la corona de Cristo Rey porque desde la Catedral de Cristo Rey que es uno de los sueños y una de las encomiendas, pues seguiremos llevando a cabo esta acción pastoral mientras el Señor lo quiera aquí en tierras acapulqueñas de la perla del Pacífico.
Algunos me decían que mi nuevo escudo ya no iba a decir ‘EVANGELIZAR’ que ahora tenía que decir: alguna de las obras de misericordia como ‘vestir al desnudo’ pero luego pensé que a lo mejor se iban a equivocar en las obras de misericordia y en lugar de decir: “estuve enfermo y me viniste a ver, estuve en la cárcel y fuiste a visitarme, andaba de forastero y me hospedaste...” a lo mejor algunos se equivocaban y decían “estuve desnudo y me fuiste a ver” por eso mejor así, está mejor “evangelizar”. (¿)
Cómo encontré la Arquidiócesis de Acapulco? Desde luego que yo no conocía a Acapulco, solamente conocía lo que veía por las películas y algunas canciones que había oído por ahí de ‘María Bonita’, de Juan Gabriel la decepción que tuvo en Acapulco y algunas más y la canción de los Caminos del Sur; por eso cuando llegué, era apenas por primera vez; sólo la había divisado desde el avión, la bahía y las casas de Acapulco. Esa vez que llegué por la mañana, venía conmigo el Cardenal Juan Sandoval; era el día de la Toma de Posesión, en un avión especial desde Guadalajara también con el Obispo Auxiliar Benjamín Castillo; me esperaba allá el Sr. Bello Ruiz y otras personas en el aeropuerto, el Obispo de Cárdenas Michoacán el Sr. Salvador Flores y el Padre Blandino. Al llegar, lo primero que hice fue besar la tierra, como lo acostumbra hacer el Papa, con un beso sincero como diciendo: “amo a esta tierra” y para servirla primero hay que amarla.
El día de mi llegada a Acapulco. Hubo una recepción en el aeropuerto, una entrevista con los Medios de Comunicación y luego una recepción a la salida del aeropuerto y a través de la Avenida Costera, diferentes grupos que me estuvieron recibiendo; hasta aquel grupo que me recibió con una pancarta frente a una de las discoteca más famosas de Acapulco, se veía claramente que era la discotecas pero ahí se pusieron unas agrupaciones de apostolado, creo que era la Parroquia de San José del Barrio de la Fábrica y decía “Sr. Arzobispo esta es tu nueva casa, seas bienvenido”, con una frase bíblica: “deja tu casa y tu parentela, y vete a la tierra que yo te mostraré”, del Génesis, las palabras de Dios a Abraham; pero ahí se veía claramente que estaba la discoteca “Baby O” anunciando a las más hermosas muchachas del nigh club, de la noche, y decían “esta es tu casa”.
Así me recibieron y en la Avenida Costera tuve diferentes recepciones desde la Avenida Escénica; hubo algunas recepciones de las Parroquias de la Ciudad y luego en la Parroquia del Sagrado Corazón en Costa Azul, ahí me recibieron muchos jóvenes, muchos Colegios, mucha gente y los Obispos conmigo. Me iba acompañando, el Sr. José Trinidad Sepúlveda que ya se había asociado al cortejo y el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, y ahí fue donde me entregaron ese coquito que significa la siembra de la evangelización en Acapulco y que lo puse el primer jueves siguiente, como unos cuatro días después, lo enterré en el Seminario; ya a estas fechas después de un año y diez meses se ha desarrollado bastante la palmera, ya tiene cogollo fuerte y va creciendo esplendorosa.
La Arquidiócesis de Acapulco me recibió gozosa en la Catedral de Ntra. Sra. de la Soledad, ahí fue la fiesta, unos quince autobuses que vinieron desde Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. En fin, yo creo que todo lo que pasó en ese día está muy descrito en las palabras que yo les dije a todas las personas y en las crónicas de lo que entonces pasó; pero había gentes de Guadalajara, de la Barca, de la Chona, mi pueblo natal y desde luego de Tuxtla Gutiérrez, mucha gente. Muchos Sacerdotes y los Sacerdotes de aquí me dieron su abrazo y su saludo de fidelidad al terminar la Misa en el Presbiterio, en la Cátedra. Hubo un calor muy fuerte, pero el Nuncio Apostólico Don Leonardo Sandri se portó magnífico conmigo.
La recepción que me brindaron en el hotel Presidente fue magnífica. Ahí el Sr. Gobernador del Estado pronunció un discurso que para mí era todo un programa de Pastoral Social, para una Arquidiócesis como la de Acapulco; en fin hay muchos detalles que sería imposible narrar pero que están descritos en los anales de esta recepción de esos días, tengo documentos que voy a entregar.
Así que encuentro a esta Arquidiócesis con mucha disponibilidad para la siembra, la encuentro con optimismo. ¡Qué triste hubiera sido que yo hubiera llegado como un indeseable, sintiendo rechazo de la gente!, pero no, hubo mucha aceptación, aún ahora, hay mucho optimismo, una gran esperanza que se depositó sobre mí; esperanzas del Clero, esperanzas del pueblo, de los laicos, a ellos luego los visité al día siguiente, y luego me encontré con todas las agrupaciones, gente que me manifestó sus esperanzas y sus deseos que fueron expresados.
Todos esos eran mis retos: desde luego el Seminario ¡un bello Seminario! Como dijo el Sr. Nuncio Apostólico Don Jerónimo Prigione, ¡un bello Seminario! de Don Rafael Bello Ruiz. El reto de tener pronto el Plan Diocesano de Pastoral, la promoción vocacional muy necesaria, porque aún somos pocos Sacerdotes, apenas llegamos a 100 Sacerdotes y pues el Seminario tiene unos 80 Seminaristas con todo y los Diáconos y los que están en servicio pastoral.
Luego en el primer encuentro de los Sacerdotes me pidieron que les diera los Ejercicios Espirituales, fue una ocasión magnífica para entablar diálogo y cercanía con todo el Clero de esta Arquidiócesis; luego se hizo el equipo de Formación Permanente del Clero, se me encargó la construcción de la nueva Catedral de Cristo Rey, la promoción de la canonización del Sr. José Pilar Quezada Valdés, la promoción también de los laicos en donde hay mucha gente muy bien formada, muy comprometida y hay que acrecentar más esa formación y acompañamiento.
Cómo sueño a mi Arquidiócesis? Creo que puedo describirlo en esa canción “Por los caminos del Sur”, así se lo dije a la Virgen Santísima en la Misa de llegada:

“Virgen Santísima, Madre y Señora nuestra de la Soledad,
Reina de la Evangelización desde Acapulco,
contigo nos vamos por los caminos del sur
aquí por todo el Estado de Guerrero,
porque si le falta un lucero para el camino
ese lucero eres tú, Señora y Virgen de la Soledad,
desde Acapulco”.
(La gente de Acapulco aplaudió entusiasmada).

Toda la gente aplaudió mucho, cada quien aplaudía cuando oía que se le nombraba. Cuando nombré a los de mi pueblo, que les dije que lo ‘acapulqueño no me quitaba lo chonense’; cuando a los tuxtlecos les dije que estaba hecho “de cruz y de montaña”, como dijo el poeta del canto a Chiapas; ahí estaba Don Enoch Cancino Casahonda, autor de ese poema, se paró a dar las gracias cuando aplaudieron, porque cité su obra.
Cómo me he adaptado a estas tierras, a esta cultura, a este ambiente? Pues he visitado todas estas tierras muchas veces, yo creo que en un año y nueve meses he caminado unas cien veces la carretera de la Costa Chica y otras cincuenta veces u otras tantas la carretera de la Costa Grande que son 250 kilómetros de un lado y 250 del otro, en total son 500 kilómetros de litoral que he recorrido unas cincuenta o cien veces en todo este tiempo.
El clima cálido-húmedo. Yo sé que existe el calor, pero hay que saber trabajar junto con él, creo que a pesar de ello no nos hace mal para la salud y nos ayuda también para que la garganta no se enferme porque el calor le ayuda a la garganta a pesar de que he hablado mucho, solamente se sienten los contrastes del aire acondicionado porque tiene uno que usarlo con frecuencia y los cambios del frío al calor como que a veces le afectan a uno; esperamos que Dios nos dé resistencia.
Me he adaptado también a esta cultura porque nos comprendemos bien, creo que hay cierto estilo con el modo de ser de Jalisco, con el modo de ser del chiapaneco, por la cuestión indígena; aquí tenemos indígenas amusgos, mixtecos, tlapanecos y nahuas. Creo que por lo indígena y lo jalisquillo nos acomodamos también aquí y sobretodo que hay ilusión para servir.
Creo que los Medios de Comunicación también me han recibido muy bien; he tenido tres reuniones con comentaristas de los Medios de Comunicación, me han abierto las puertas de las estaciones de radio, de la televisión y tengo cada ocho días una rueda de prensa con los reporteros de diversas fuentes.
En cuestiones políticas, hay buena relación con el Sr. Gobernador del Estado y los Funcionarios; frecuentemente tengo desayunos, comidas, encuentros, pláticas, diálogos y creo que vamos bien por esa parte y no me he sentido relegado, al contrario el tiempo es el que no me alcanza todos los días para llevar a cabo ilusionadamente esta entrega con la pasión del Reino.

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