QUE HAGAMOS MAS REAL EL HECHO DE DESCUBRIR QUE EL MISMO JESUS QUE ESTA EN LA EUCARISTIA, ESTA EN LOS POBRES:
Entrevista al Padre José Jesús Mendoza Zaragoza.
Por Lizeth Basilio
En las vísperas de la celebración de las Bodas de Oro de la Diócesis de Acapulco, les presentamos la quinta y última entrega de una serie de entrevistas con agentes de pastoral que nos ayudan a conocer más de esta Iglesia Particular. La siguiente es una entrevista con el Padre Jesús Mendoza –párroco del Templo de San Nicolás de Bari, y director de la Pastoral Social en la diócesis-, quien nos ayuda a conocer el papel que desempeña la Pastoral Social en la Iglesia y en la sociedad, además de los proyectos que se están emprendiendo para beneficio de la población que habita en las tres regiones del Estado de Guerrero que comprende la diócesis: Acapulco, Costa Grande y Costa Chica.
1. Padre, en la Iglesia hay tres pastorales fundamentales: la Pastoral Profética, la Pastoral Litúrgica, y la Pastoral Social, generalmente conocemos un poco más de lo que pasa en las pastorales profética y litúrgica, pero la social es también parte importante ¿Qué significa la Pastoral Social para la Iglesia?
P. Jesús: Poco a poco hemos ido comprendiendo cómo la caridad es una vía fundamental para la evangelización, que así como evangelizamos con la palabra, con los signos litúrgicos, también con la caridad. Así que entendemos que la Pastoral Social es una dimensión fundamental de la evangelización: anunciamos el Evangelio con signos solidarios, con gestos de misericordia, con acciones de justicia, todo eso también es evangelizador, por eso estamos en un proceso en el cual la Iglesia diocesana está integrando este aspecto en el gran proyecto de evangelización, de evangelizar a través de las acciones de misericordia y de el trabajo por la justicia, creo que este es un avance importante que estamos realizando.
2. ¿Cuáles han sido las tendencias en la evolución de la Pastoral Social?
P. Jesús: Desde que comenzó la diócesis hemos tenido una Pastoral Social, y su rostro ha ido evolucionando, siempre hemos tenido en las parroquias acciones que tienen que ver con la misericordia, por ejemplo, con los enfermos, con los más pobres. Siempre ha habido acciones que tienen que ver con la asistencia, es decir, estar cercanos apoyando espiritual y materialmente a las personas que tienen situaciones de emergencia, creo que en gran parte de la vida de la diócesis se ha manejado una Pastoral Social en este ámbito de la asistencia social. Quizá se han dado algunos casos de asistencialismo, que más que ayudar perjudican, afortunadamente el Magisterio de la Iglesia nos ha ido ubicando, sobre todo el Concilio Vaticano II nos abrió el horizonte de cómo la Iglesia tiene que colaborar para el desarrollo de los pueblos. Se concretó con la Conferencia de Medellín en 1968, donde se estableció que la Iglesia tiene que involucrarse en el desarrollo de los pueblos de América Latina, sobre todo acompañando los procesos populares desde los pobres. Y así ha ido evolucionando la Iglesia, de tal forma que con los años hemos ido comprendiendo, en el conjunto de la Iglesia en México, que la Pastoral Social tiene que desplegarse con una amplitud de posibilidades: una es la de la asistencia porque siempre hay situaciones de emergencia que se tienen que atender, pero donde más se ha desarrollado la fuerza de la Pastoral Social es en el campo de la promoción humana, esto significa que la Pastoral Social tiene que promover que la gente, sobre todo los pobres, sean los sujetos de su propio desarrollo, y que con su esfuerzo, con su lucha, pasen de condiciones menos humanas a condiciones más humanas. Entonces, la acción pastoral se va desplegando más en esta perspectiva de promover la dignidad de las personas a través de acciones solidarias, y creo que en eso estamos ahorita.
Hay otras posibilidades, por ejemplo, otro de los horizontes de la Pastoral Social es lo que se refiere al cambio de estructuras. La Iglesia tiene que inducir también cambio de las estructuras, si hay estructuras de pecado, estructuras sociales, económicas y políticas injustas, tienen que ser transformadas, y la acción pastoral tiene que orientarse también a ello.
Y después de todo, el gran horizonte de la Pastoral Social es precisamente la experiencia fraterna, es decir, la solidaridad en la cual comprendamos todos que somos hermanos y que es necesario desplegar sentimientos y actitudes solidarias para crear condiciones más humanas de vida.
Creo que estas son las posibilidades que se han ido desplegando en la evolución de la Pastoral Social en México y también en Acapulco.
3. Hablando de estructuras de pecado, para llegar a su transformación se necesitaría desarrollar la conciencia de bautizados, ¿no? Porque sabemos que hay bautizados en los ámbitos de la política, en la economía, en los medios de comunicación, en los juzgados, en las empresas, y en todas partes, pero no actuamos como tal, entonces hace falta el acercamiento a la Palabra de Dios…
P. Jesús: Ciertamente la Pastoral Social tiene que nacer del Evangelio, no puede nacer de otra parte. El Evangelio que es acogido como una propuesta de vida, que nos lleve a involucrarnos también a favor de la fraternidad, de la paz y de la justicia, de tal forma que cada bautizado llegue a caer en la cuenta de que está llamado a vivir como hijo de Dios y, como consecuencia, como hermano de todos, y por lo mismo a pugnar por relaciones fraternas con todas las personas, y a trabajar por condiciones de vida dignas para todos los seres humanos. Desde el bautismo surge la misión de trabajar por el Reino de Dios, de manera que se manifieste en las relaciones sociales, económicas y políticas. Cada bautizado debe comprender que tiene una misión en medio del mundo: transformarlo con la gracia del Evangelio.
4. Padre, en los últimos cuatro años, en los que le ha tocado conducir los trabajos de la Pastoral Social en la diócesis ¿Cuáles han sido algunas de las acciones que han desarrollado?
P. Jesús: Ahorita la estrategia fundamental que tenemos es la formación de los equipos parroquiales, la intención es que cada parroquia pueda desarrollar su Pastoral Social a partir de sus propias condiciones reales, y entonces capacitar a los equipos, por ejemplo, este año tenemos organizado un curso de Doctrina Social de la Iglesia para todos los equipos de las parroquias de la diócesis, de manera que cada parroquia pueda discernir cuál va a ser su contribución a transformar lo social, a evangelizar lo social desde su vida pastoral.
Hemos desarrollado algunas líneas de trabajo, una de ellas ha sido la vivienda, aquí en Acapulco realizamos un proyecto para veinticinco familias. Ahorita estamos con un proyecto de cincuenta viviendas para una comunidad mixteca llamada Arroyo Cumiapa, de la Parroquia de Cuanacaxtitlán.
Otra de las líneas de acción es la atención a emergencias. Estamos preparados para atender emergencias en caso de desastres naturales producidos por terremotos o por huracanes. Se trata de una red a nivel eclesial que tendría en sus manos toda una estrategia de atención en caso de desastres, que también tiene que incluir la prevención.
Otra área que desarrollamos es la de Justicia y Paz, en concreto hemos estado acompañando el proceso de los pueblos que están afectados por el conflicto de la presa de La Parota. Hemos estado acompañándolos en procesos de reconciliación entre los pueblos y entre las familias. No sabemos en qué termine esto, pero ahí estamos porque creemos que tenemos que ser factor de reconciliación, de justicia y de paz.
También tenemos la tarea de apoyar al Centro de Rehabilitación para Enfermos Mentales “Cristo de la Misericordia”. La diócesis lo ha asumido como algo propio y quiere que este centro sea una expresión de una Iglesia que se ocupa de los últimos, y que lo hace sencillamente porque es su responsabilidad, su misión: manifestar la misericordia de Cristo hacia los más desprotegidos, como son los enfermos mentales.
Trabajamos aspectos de ecología como el asunto del cuidado de la creación. Hay proyectos en las parroquias que van en la línea de educar para cuidar los recursos naturales, para evitar que el medio ambiente se contamine, son proyectos de reciclaje de plásticos, etcétera.
Y otra línea de trabajo es el de la participación ciudadana, es decir, que cada bautizado comprenda que es un ciudadano que tiene que participar con la riqueza de su fe en los ámbitos públicos, y que tiene que involucrarse en proyectos concretos en los municipios, en las localidades, para mejorar las condiciones de vida de los pueblos.
Algunos proyectos son a mediano y otros a largo plazo. Lo que se busca es que las comunidades parroquiales reconozcan su responsabilidad social de ayudar a dignificar a las personas y a que los pueblos tengan un desarrollo integral.
5. En el caso del Centro de Rehabilitación “Cristo de la Misericordia”, según tengo conocimiento, es el único que hay en todo el Estado de Guerrero, entonces la necesidad de este centro es grande porque son muchos los enfermos mentales y todos irían allí porque no hay otro más…
P. Jesús: Sí, ahorita estamos con la tarea de conformar un equipo responsable. Ha estado una familia al frente, desde hace dieciocho años que se formó, y lo ha hecho muy bien, ha puesto todo lo que ha podido. Creemos que en esta etapa tenemos que ampliar el horizonte de la responsabilidad, es decir, que haya un equipo grande que asuma la responsabilidad del conjunto del Centro “Cristo de la Misericordia”. Estamos por elaborar un plan estratégico para posicionarlo como un centro que tenga un servicio profesional, de calidad y desde luego al alcance de todos, sobre todo de los más desprotegidos. Y que por otra parte, podamos contar con recursos para sostenerlo en buenas condiciones. Lo más valioso es que los agentes de pastoral, de todas las comunidades parroquiales de esta Iglesia diocesana, lo miremos como un lugar privilegiado para desarrollar la práctica de la misericordia, aprender a ser misericordiosos con los más abandonados, y creo que esto se va logrando porque ya muchas de nuestras parroquias lo visitan, lo van reconociendo como algo suyo, y van colaborando.
6. Mencionó entre las líneas de acción la promoción de la participación ciudadana, creo que eso será de gran interés para los laicos porque hace mucha falta la formación en este sentido, es necesario que se despierte más la conciencia para hacer frente a los diversos problemas que padecemos en nuestra sociedad, de los cuales constantemente nos quejamos pero ante los cuales casi no actuamos porque no estamos formados para participar activamente en los ámbitos desde donde se determinan las soluciones ¿qué es lo que se tiene planeado para esta promoción?
P. Jesús: Creo que ha llegado el tiempo de los ciudadanos, es decir, que los ciudadanos comprendan que la solución a los graves problemas sociales está también en sus manos, que en la medida en que pongan sus manos a trabajar, es posible abatir muchos rezagos y mejorar las condiciones de vida de las comunidades, pero tienen que ser ciudadanos organizados, ciudadanos responsables como sujetos sociales, que tengan la capacidad para analizar los problemas y para organizar proyectos que solucionen esos problemas. Para esto vamos a realizar talleres. De hecho, hay parroquias que desde hace tiempo han tenido impacto social, las hay en Acapulco y en la Costa Chica que han tenido acciones significativas, que tocan el aspecto social y que implican la participación ciudadana. Creo que se van a ir despuntando en las parroquias procesos, a través de los cuales, los laicos organizados vayan tocando los problemas sociales y poniendo su parte para buscar soluciones.
7. La celebración del Jubileo Diocesano nos mueve a reflexionar sobre el caminar y lo que se vislumbra para el futuro ¿Qué se espera de la Pastoral Social?
P. Jesús: Creo que se va integrando la Pastoral Social, ya hay un sentir más general en agentes de pastoral, en sacerdotes, en laicos, en religiosas, de esta necesaria integración de la caridad que tiene que proyectarse en la transformación de la sociedad, en el trabajo por la justicia, por la paz, por la reconciliación, que tiene que vincularse estrechamente con la fe, con la liturgia, con la catequesis, y creo que estamos en ese proceso. Un signo que me parece muy valioso es que en la nueva Catedral de Cristo Rey está proyectado un espacio para la Pastoral Social, de forma que la Pastoral Social está bajo el amparo del obispo, en su catedral, y en ese sentido, que la caridad tenga su fuente allí en el origen mismo de la Iglesia, en la vida litúrgica y en la palabra de Dios.
Yo veo una buena perspectiva hacia el futuro, que con los cincuenta años de la diócesis estemos celebrando que le estamos dando su lugar a la caridad organizada para atender a los grandes sufrimientos que vive la gente, sobre todo los más pobres; y que hagamos más real el hecho de descubrir que el mismo Jesús que está en la Eucaristía, está en los pobres. Darles a los pobres el lugar que les corresponde en la Iglesia, como sujetos de evangelización y también como sujetos de su propio desarrollo.
8. Una pregunta muy personal, para usted como sacerdote ¿Qué significa llegar a los 50 años de la Diócesis de Acapulco?
P. Jesús: Me ha tocado una buena parte de esta historia porque unos cuarenta años he estado involucrado, treinta años como sacerdote y los otros como seminarista, entonces me tocó ver a la diócesis no desde su nacimiento pero sí los años que siguieron, y me agrada mucho tener la oportunidad de ver esto, que hace cuarenta años no lo imaginaba, el hecho de mirar a esta Iglesia que, con todas sus debilidades y sus sombras, que provienen de su condición humana, tiene la gracia de Dios, y el Señor ha ido edificando esta Iglesia con el poder del Espíritu Santo.
Y en esta Iglesia aprecio mucho el vigor del laicado, creo sinceramente que el laicado le ha dado a esta Iglesia un rostro joven, un rostro dinámico y los pastores nos sentimos acicateados por este laicado para desarrollar nuestra misión, y qué bueno que tengamos laicos con iniciativa, con sentido crítico, laicos que impulsen, que nos animen, que nos empujen, incluso, para anunciar el Evangelio de todas las formas posibles.
Es una buena oportunidad para agradecer al Señor la riqueza que significa tener esta Iglesia a sus cincuenta años.
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