IN MEMORIAM:
MAXIMINO-MÁXIMO
GOMEZ MUÑOZ.
EL DIOS UNICO Y VERDADERO.
Pbro.
Lic. Juan Carlos Flores Rivas
El
miércoles 5 de junio de 2019, por la noche, en la ciudad de Gaudalajara Jalisco, en el centro sacerdotal conocido como el Trinitario, ha fallecido Maximo Gómez Muñoz, figura pública reconocida y controvertida, en
Atoyac de Alvarez, Gro., después de meses de haber sido víctima de un accidente
en su domicilio particular. Había sido despedido por fieles de su comunidad, y
trasladado a su tierra natal El Gilmute, a restablecerse con sus familiares en
Jalisco. Recien había cumplido 87 años de edad; 53 años de sacerdote. A 43 años
de su primera llegada como Vicario del Padre Chilolo a Atoyac, y reconciliado con la Iglesia...
Al
parecer sus restos mortales serán cremados y trasladados a su iglesia en
Atoyac.
Descanse en paz.
Descanse en paz.
MAXIMINO-MAXIMO GOMEZ MUÑOZ
Nació en el pueblo de El Gilmute, Municipio de Tepatitlán,
Jalisco, el 11 de Mayo de 1932. Hijo de Agustín Gómez y María Muñoz. Sus
hermanos Ramón, Lauro, Amado, Bartola Albina, Severiana, Severa, José Carmen,
Ana María. Realizó sus estudios primarios en la Parroquia de San Vicente en
Guadalajara, Jalisco. Formación en al Seminario Diocesano del Señor San José en
Guadalajara, Jalisco, Humanidades y Filosofía (13.nov.1945-1954). Interrumpe
sus estudios por un año, aquejado por una fuerte crisis nerviosa. Estudia
Teología (1954-1957). En Tercero de Teología, recibió las Órdenes Menores y le
enviaron a Roma, con residencia en el Pontificio Instituto Pío Latinoamericano,
pero en el lugar enfermó, regreso a México y no alcanzó el grado de
Licenciatura. Para 1963 realiza experiencia de Maestrillo en la Casa del Sacerdote
de Guadalajara, Jalisco.
A principio de 1965 inicia su pase a la Diócesis de Acapulco
siendo aceptado (26.Jul.1965). Dato importante es que a partir de su llegada a
la Diócesis de Acapulco siempre se hace llamar Máximo, abandonando el nombre de
Maximino, tal vez usando la forma latina de su anterior nombre. Recibió la
Ordenación Presbiteral el 20 de Enero de 1966. Ejerció su ministerio como: Vicario
Cooperador en el Fraccionamiento Costa Azul (14.ene.1967); Profesor de Liturgia
en el Seminario, Ceremoniero de Catedral (20.ene.1967); y Secretario de Retiros
(25.ene.1967).
Párroco
de San Miguel Arcángel en Xochistlahuaca, y Encargado de la Misión de Santa
María de Guadalupe en Cozoyoapan, Gro. (27.nov.1967) Ministerio no exento de
situaciones ríspidas, del que saldrá –voluntarista- a finales de 1971. Vicerrector
y Prefecto de Estudios del Seminario (13.sept.1972). Encargado de las Misiones
Diocesanas entre los indígenas amuzgos y mixtecos (26.sept.1972). Vuelve Vicario
Ecónomo a Xochistlahuaca (6.mar.1975), por un año. Rector del Seminario
(21.jun.1976).
Vicario
Coadjutor de la Parroquia de la Asunción de María en Atoyac de Álvarez, Gro.
(3.dic.1976), cargo en el que dura un año. Nuevamente Rector del Seminario
(12-sept.1977). Una vez más, Vicario Coadjutor en Atoyac (22.ene.1976), para el
21 de Enero de 1981 es nombrado Párroco de la misma. Ministerio no exento de conflictos. El 30 de Noviembre de 1981
es trasladado como Párroco de San Nicolás de Tolentino en Cuajinicuilapa, Gro.
y comienza la rebeldía. Máximo regresa a Atoyac, apoyándose en que “el pueblo lo pide”. El 25 de Marzo de
1982 tratando de encontrar arreglo a la situación que comienza a ser
conflictiva se le traslada a Puerto Marqués, pero al parecer el intento resultó
infructuoso. Máximo mostró su carácter violento, su discurso comienza a alejarse
de la ortodoxia católica, asume epistemologías profundas, que cierran el
diálogo y la solución del problema, que comienza a ventilarse en la prensa
(11.Jun.1984). Formaliza su iglesia, en el templo “del Dios Único”, que
construye en Atoyac. El 19 de Julio de 1986, Máximo, en la Casa Diocesana,
acompañado de un grupo de seguidores, atentan contra el obispo. El 2 de Julio
de 1986 suspensión “a divinis” del Presbítero MAXIMO GOMEZ MUÑOZ, en aplicación
del Canon 1370 párrafo 2. Sin embargo, el corazón del Buen Pastor se impone,
Monseñor Bello, con motivo de Jubileo de la Redención, lo absuelve de toda
censura: “para descargo de mi conciencia y haciendo uso de la facultad que me
da el Derecho” (c. 1356). Las declaraciones políticas en los diarios han sido
la tónica en los años siguientes, así como declaraciones escandalosas en
materia religiosa; para muestra un botón: Agosto.1994 “declaraciones tronantes”
a Igor Pettit en el Semanario Controversia, N° 53. Nunca dejó de acercarse a la
Casa Diocesana, ya sea para platicar sin objeto preciso o comprar papelería
oficial del Arzobispado.
Tras el episodio de Aguas Blancas en junio de 1995, Gómez Muñoz fue mediador entre el gobierno y la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), pero sospechando que el gobierno quería tenderles una trampa a los líderes campesinos abandonó la intermediación. En el aniversario del acontecimiento, cuando apareció el EPR en el vado de Aguas Blancas, el Padre Máximo ofició una misa sui generis.
Tras el episodio de Aguas Blancas en junio de 1995, Gómez Muñoz fue mediador entre el gobierno y la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), pero sospechando que el gobierno quería tenderles una trampa a los líderes campesinos abandonó la intermediación. En el aniversario del acontecimiento, cuando apareció el EPR en el vado de Aguas Blancas, el Padre Máximo ofició una misa sui generis.
Durante el episcopado de Monseñor Felipe Aguirre Franco, quien conoció a Maximino desde niño, solicitó un diálogo para aclarar su situación canónica, por escrito se reafirmó en sus convicciones no ortodoxas, y fue declarado irregular, situación que aceptó firmando de conformidad. Para entonces, el declive de su salud era evidente.
En
su parroquia recibió a los delegados zapatistas el 21 de marzo de 1999, que
estuvieron aquí para promover la consulta por la paz y ofició una misa para
despedirlos. Los coordinadores de la consulta por la paz convocada por el EZLN
hicieron llevar la urna para que el padre votara en su templo.
En 2002 tuvo bajo su custodia los restos de Lucio Cabañas durante un año. Para las exequias los restos mortales del guerrillero salieron de la parroquia del Dios Único. En diciembre de 2002, a 28 años de la muerte del legendario guerrillero Lucio Cabañas, el padre Máximo Gómez Muñoz y el escritor Carlos Montemayor fueron las figuras principales en el sepelio del legendario guerrillero, en el zócalo de Atoyac. Así como también en el 2004, el sacerdote y el escritor develaron el monumento a Lucio Cabañas que se colocó en el obelisco erigido a su memoria.
Para
el 13 de noviembre de 2018, fue trasladado a su pueblo natal El
Gilmute municipio de Tepatitlán, Jalisco, para ser atendido por sus familiares
debido a su delicado estado de salud. El sacerdote había sido internado de
urgencia el sábado 10 de noviembre en el hospital general Juventino Rodríguez
García, de Atoyac, y posteriormente fue llevado a una clínica particular en la
misma cabecera municipal, luego de que sufrió una caída en el interior de su
casa. De acuerdo con los doctores las lesiones por la caída se agravaron por la
diabetes que padece, además de otras secuelas producto del infarto al corazón
que sufrió hace unos años. Fue trasladado, a petición de sus familiares, a
Jalisco, donde dijeron le será brindada una mejor atención médica, a bordo de
una ambulancia de la Cruz Roja mexicana de la delegación de Atoyac, la cual
partió a las 7 de la mañana en medio de decenas de amigos y feligreses que se
dieron cita afuera de la iglesia Dios Único para desearle pronta recuperación
entre lágrimas y palabras de agradecimiento.
Al reseñar el evento, el periodista Rodolfo Valadez Luviano, del Diario El Sur Acapulco, sentenció: El llamado padre rebelde fue intermediario en diálogos establecidos con el gobierno en conflictos sociales del municipio y la región, además de que intervino en la entrega de rescates de personas secuestradas a petición de los propios familiares; además de que recogió y dio sepultura a los cadáveres de insurgentes y se destacó por su altruismo con las personas de escasos recursos económicos de Atoyac y Costa Grande. Gómez Muños perteneció a la arquidiócesis de Acapulco con la que rompió para fundar su propia iglesia en Atoyac en la que mantuvo su predilección por los pobres, lo que lo llevó a ser tomado en cuenta en las novelas La noche de los lagartos, del periodista Octavio Augusto Navarrete Gorjón y Las pausas concretas del periodista y escritor Roberto Ramírez Bravo, en las que siempre lo ligaron con la defensa de los pobres. Por su larga trayectoria ayudando a los pobres y como defensor de los derechos humanos el ayuntamiento de Atoyac lo distinguió con la presea Juan Álvarez el 27 de enero del 2010.
En una importante recopilación de opiniones sobre el Padre Máximo, el articulista Victor Cardona Galindo, en su blog Atoyac mi matria, registra:
Fue rector del Seminario de Acapulco donde enseñó filosofía, ahí lo encontró Ricardo Garibay trabajando como albañil, pegando ladrillos, como lo narra en su libro Acapulco. Dice que a veces la hacía de plomero, carpintero o electricista. “recorre el Seminario sin parar, trabajando desde las cinco de la mañana; es el rector”. “Largo, zancudo, bigote amalditado y ranchero, cabellos ondulados y negros; voz suave, campirana, con diminutivos de aldea, líquida casi la voz, terminaciones en u, y jota en vez de efe acá y allá. Graves dolencias reumáticas y ceguera progresiva. Cuarentaiseis años”. (Ricardo Garibay, 1979)
“Es un hombre alto, de pelo tupido y canoso elegantemente peinado, de bigote bien recortado, y con anteojos de lentes gruesos, benévolo y de voz suave; pero con aires de autoridad y de confianza absoluta de sí mismo”. (Elijah Wald, 1998). Elijah Wald le dedica un importante espacio en su libro: Narcocorrido. Un viaje al mundo de la música de las drogas, armas y guerrilleros.
“Ha sido un apoyo fuerte y decidido de los luchadores sociales de la región y del estado. Incluso aquellos que en la lucha han caído abatidos, han encontrado en el padre Máximo su más fiel defensor para que se les dé un lugar en la historia y un pedacito de tierra donde reposar sus restos”. (Carlos Armando Bello Gómez en el 2010).
También Roberto Ramírez lo hace un personaje de su novela: Las pausas concretas, en donde trata la temática de la Guerra Sucia.
El 17 de julio de 1995, la revista de circulación nacional Proceso, registra una entrevista al Padre Máximo, con relatos de su intervención en la liberación de secuestros.
Ahora, de último momento, por testimonio del Arzobispo de Acapulco Monseñor Leopoldo González González, sabemos que el Padre Máximo, pasó sus últimos días en el centro sacerdotal el Trinitario, de Guadalajara, Jalisco, donde pudo experimentar la gracia inmensa de reconciliarse con Dios y con la Iglesia. Y donde llegó al final de sus días.
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