domingo, 11 de marzo de 2018

"24 DE MARZO Y DE AGONIA"... LA PASCUA LATINOAMERICANA



“24 DE MARZO Y DE AGONIA”…
LA PASCUA LATINOAMERICANA
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas

El 7 de marzo de 2018, el Papa Francisco autorizó la canonización de Mons. Romero, aceptando el milagro de curación irreversible de un cáncer. Con ese milagro y su martirio, cumple con los requisitos necesarios para ser escrito su nombre en el libro de los Santos. Quedando pendiente la fecha y el lugar en que se realizará la tan anhelada canonización, de quien el “el pueblo ya ha hecho santo”, San Romero de América.
El domingo 23 de marzo de 1980, un día antes de su muerte, Romero hizo desde la catedral del Divino Salvador del Mundo, en San Salvador, Centroamérica, un enérgico llamamiento al ejército salvadoreño, en su homilía titulada “La Iglesia, un servicio de liberación personal, comunitaria, trascendente”, que más tarde se conoció como “Homilía de fuego”.
         En ella dijo: “Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles... Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: "No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión”.
         Este llamamiento a la consciencia de los soldados, fue interpretado como un llamado a la rebelión, y sin duda, esto selló su sentencia de muerte, ejecutada al día siguiente. Monseñor Romero, en sus últimos meses de vida, por motivos de seguridad, dejó de vivir en la Residencia Arzobispal, y se trasladó a vivir en el llamado “hospital de los cancerosos”, Hospital Divina Providencia, administrado por las hermanas Carmelitas Misioneras de Santa Teresa, congregación que en Acapulco administra el Sanatorio Sagrado Corazón de Jesús. Un servidor, en 1997, tuve la gracia de conocer el hospital, y la capilla donde Monseñor Romero fue asesinado, el departamento donde vivió sus últimos días, así como su tumba en la cripta, de la aún inconclusa catedral.
El lunes 24 de marzo de 1980 aproximadamente a las 6:30 pm Monseñor Romero fue asesinado cuando oficiaba la Santa Misa en la capilla del hospital Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvador. Un disparo hecho por un francotirador desde un auto con capota de color rojo, impactó en su corazón momentos antes de la Sagrada Consagración. Tenía 62 años. Es importante saber que el automóvil estaba a escasos metros, a la entrada de la capilla que se ubica en una glorieta en el interior del Hospital. Esto quiere decir que Monseñor Romero vio claramente a su asesino, y no huyó ante su propia muerte, sino que se ofreció como holocausto por su pueblo.
Los restos mortales de Monseñor Romero descansan en la cripta de la Catedral Metropolitana de San Salvador, justo debajo del altar mayor del templo y dentro de un mausoleo que ostenta su nombre. El monumento fúnebre es una estructura de bronce que representa al cuerpo de Romero rodeado de cuatro ángeles que simbolizan los cuatro evangelios. Fue donado por la Comunidad de Sant' Egidio, y fue elaborado por el artista italiano Paolo Borghi. La cripta ha sido visitada por reconocidas personalidades entre las que se encuentran Juan Pablo II, Barack Obama y Ban Ki-moon (Secretario General de la ONU).
Monseñor Romero fue Beatificado el 23 de mayo de 2015 por el cardenal Angelo Amato (representando al papa Francisco) en la plaza Salvador del Mundo, señalándose como Festividad el 24 de marzo.
         San Romero de América, pastor y mártir nuestro. Romero en flor morada de la esperanza de todo el continente. Romero de la Pascua Latinoamericana. El pueblo te ha hecho santo, el pueblo te consagró en el tiempo exacto. Y te guarda en el área segura, del corazón insomne de tus hijos.

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