sábado, 21 de noviembre de 2015

RENOVACIÓN DE LA CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y AL DOLOROSO E INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA DE LA ARQUIDIÓCESIS DE ACAPULCO Y EL ESTADO DE GUERRERO


HOMILÍA

RENOVACIÓN DE LA CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Y AL DOLOROSO E INMACULADO
CORAZÓN DE MARÍA
DE LA ARQUIDIÓCESIS DE ACAPULCO
Y EL ESTADO DE GUERRERO.

- CLUB DE GOLF ACAPULCO -

21 de Noviembre de 2015


Queridos hermanos:

Les saludo a todos con mucho cariño: “La Paz y la Comunión de Cristo, el Señor, esté con todos ustedes”. Saludo de manera especial a los sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas, representantes de los movimientos y asociaciones laicales de nuestra comunidad diocesana, a los jóvenes y a todas las familias. Muy especialmente agradezco su presencia y  saludo a las autoridades civiles y militares aquí presentes. A todos les expreso mi gratitud por su respuesta generosa para participar en esta celebración  que es un signo esperanzador en el Camino de Construcción de Paz que estamos  realizando juntos.

Estamos congregados en familia en torno al Altar de Dios, que representa a Cristo, para celebrar la Eucaristía y Renovar la Consagración de la Arquidiócesis de Acapulco y el Estado de Guerrero al Sagrado Corazón de Jesús y al Doloroso e Inmaculado Corazón de María. Esta consagración que renovamos año con año fortalece nuestro compromiso por Evangelizar y seguir Construyendo juntos la Paz.

Con esta celebración diocesana culminamos la Semana por la Paz 2015. Este es un momento de mucha importancia y trascendencia para nuestra Iglesia Particular y nuestro Estado, pues nos reúne a quienes tenemos responsabilidad y autoridad ante la comunidad para renovar la consagración en nombre del pueblo para que todos volvamos nuestros ojos a Dios y renovemos la conciencia de que en este difícil y doloroso camino no vamos solos, Cristo mismo nos acompaña, y nos ayuda a unir nuestros esfuerzos e iniciativas para ser “Artesanos de Paz”. Esta Celebración tomará sentido y tendrá fruto, si cada quien hace su propia consagración, que implica: un compromiso de cambio de vida, dar lo mejor de nosotros a Dios y descubrir el valor divino de lo humano.

Somos muchos los que estamos cansados de la violencia y la inseguridad y quienes buscamos un mejor futuro para nuestro Estado y nuestro Municipio. Son muchas las malas noticias que se difunden en los medios de comunicación y cada vez se acrecienta más el número de personas que mueren violentamente. Es cierto que pareciera que el horizonte se obscurece, pero también es un hecho que no podemos permanecer indiferentes ante tanta violencia.

Nosotros queremos difundir a través de esta “Consagración” que la Paz la podemos alcanzar con la ayuda y esfuerzo de todos. Que queremos involucrarnos constantemente en las acciones que abonan a la paz desde nuestros hogares, trabajos, centros de estudio, círculos sociales, responsabilidades y misión propia, todos sin excepción, queremos y debemos convertirnos en “Artífices de Paz”, para que logremos difundir en nuestro entorno mensajes de paz y, desde nuestra convicción personal y la paz del corazón, vayamos transformando nuestra realidad.

Para crear una plataforma eficaz en la construcción de la paz es importante atraer e involucrar a la juventud. Los jóvenes son nuestro mayor potencial de transformación de la sociedad y los protagonistas del nuevo rostro de Guerrero, por ello, hemos querido que esta Semana por la Paz en Acapulco estuviese enfocada en “La Educación de los Jóvenes y su Compromiso por la Paz”.

Los adolescentes y los jóvenes son una gran riqueza para la sociedad, sin embargo, muchas veces viven situaciones familiares y sociales que los convierten en víctimas y actores de hechos violentos (Cfr. CNP 73).

Creemos que la superación de la violencia sólo será posible con el hábil uso de herramientas que se consiguen con la educación y que capacitan para hablar un lenguaje de paz (Cfr. CNP 198).

Al pensar en la educación de los jóvenes y su compromiso por la paz, debemos esforzarnos en difundir pensamientos de paz, fomentar sentimientos de paz, impulsar gestos de paz y promover un lenguaje de paz que lleve a los jóvenes a ser también “Artesanos de Paz”. Jóvenes, ustedes, son nuestra esperanza para alcanzar un México y un Guerrero mejor, llenos de paz.

En necesario que Padres y Maestros tomen conciencia que la educación de sus hijos y alumnos debe estar fortalecida con el ejemplo, los valores, principios, buenos modales y actitudes positivas que les permitan a los jóvenes responder a los retos actuales de nuestra sociedad.

Todos responsablemente participemos en la Educación de los Jóvenes y, junto con ellos, fortalezcamos las estructuras educativas existentes y llenémoslas con valores y actitudes cristianas. Todos tomemos conciencia que al Educar para la Paz, ayudamos a las futuras generaciones a que vivan en mejores condiciones de prosperidad y tranquilidad.

En la actualidad los acontecimientos que vivimos no favorecen mucho la difusión de la Paz. La mayoría de las noticias que oímos son malas: guerras, asesinatos, abusos, violencia institucional, narcotráfico y destrucción del medio ambiente. Enfrentamiento entre los pueblos, tercera guerra mundial… Frente a todo esto, los sentimientos de inseguridad y desesperanza son inevitables. Una gran parte de los seres humanos viven hoy en un estado de desesperación reprimida, tratando de encontrar formas de distraerse con el fin incluso inconsciente de no ver las duras realidades de nuestro tiempo.

El miedo, la inseguridad y la desesperanza están a flor de piel en la consciencia, por ello, algunos se refugian en los lugares menos indicados. Y otros encuentran su seguridad imaginaria en la riqueza y las propiedades. Y resulta bastante comprensible que otros usen el deporte, el entretenimiento o el sexo para distraer la atención de las preocupaciones de la vida.

En una sociedad como ésta nuestra mejor arma es caminar juntos y de la mano de Dios, por eso queremos que nuestra Consagración sea un signo vivo y latente de nuestro profundo deseo por alcanzar una sociedad que viva en paz, donde reine la justicia y la verdad.

Consagrar nuevamente nuestra vida a los Sagrados Corazones de Jesús y de María nos debe animar a entregarle a Dios todo lo que somos y todo lo que tenemos, reconociendo su Señorío en nuestras vidas y la entrega total de nuestra voluntad, entendiendo que dicha consagración nos llevará a renunciar a todo aquello que en nuestra vida sea contrario a Dios. Sólo cambiando nosotros y nuestra vida podremos transformar nuestra realidad y nuestro entorno social.

La consagración y la comunión con el Señor son siempre consagración y comunión con las hermanas y los hermanos. La consecuencia es clara, dedicarnos, consagrarnos a las cosas de Dios, nos acerca a Dios padre quien nos lleva a comulgar con el Señor Jesús, movidos por el Espíritu Santo,  y no podemos comulgar con Dios Trino, si no comulgamos entre nosotros como hermanos.

En esta eucaristía recordemos las grandes lecciones de vida de Jesús eucaristía: “el perdón que se aprende cuando no dejamos que se insinúe en nuestro corazón la polilla del resentimiento” y “la apertura del corazón cuando con disponibilidad nos abrimos a la escucha del otro, a la comprensión, a la aceptación de las disculpas y al generoso ofrecimiento de las propias cuando en humildad cada cual reconoce su error”.

Se hace significativo que esta Celebración la realicemos en la fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen, un día privilegiado de consagración y en vísperas de la Fiesta de Jesucristo, Reye del Universo, con la que culminamos el año litúrgico, además de  acércanos a la inauguración del Año de la Misericordia que ha proclamado el Papa Francisco. Por ello, quiero invitarlos a que juntos centremos nuestra mirada en Cristo y María, y hagamos del Perdón y la Reconciliación nuestra bandera y nuestra mejor arma para Construir la Paz.

El diálogo es el camino que nos permitirá crear las condiciones para el Perdón y la Reconciliación. No desaprovechemos la oportunidad de renovar en este año de la Misericordia nuestro compromiso de romper con la espiral de la violencia y construir juntos la Paz.

Finalmente, les pido que se rebelen contra la cultura de la violencia con la fuerza de Dios, arranquen y arrasen todas las expresiones del mal, destruyan y demuelan las barreras del odio, egoísmo e intolerancia, y edifiquen así un Guerrero nuevo, una Arquidiócesis nueva, un Acapulco nuevo. A todos les digo: “Cristo y la Iglesia cuentan con ustedes”.

Finalmente, encomendemos a Dios las almas de todos los que han muerto a causa de la violencia y la inseguridad, y pidamos también por sus familiares y amigos para que encuentren en Dios su consuelo y fortaleza. Que “María Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura maternal y nos ayude a ser apóstoles incansables de Paz”.

Ante estas benditas imágenes de Jesús y María que veneramos en nuestra Amada Arquidiócesis: Nuestra Señora de la Soledad, Padre Jesús de Petatlán, el Señor del Perdón y cada uno de los santos patronos de nuestras Parroquias, hagamos el compromiso de seguir construyendo juntos la Paz. Que todos renovemos nuestra consagración y el anhelo de servir a la comunidad en total compromiso y entrega de amor y ofreciendo con amabilidad y una sonrisa a quienes vengan a nosotros la alegría y paz de Cristo.

En Cristo, nuestra Paz


+ Carlos Garfias Merlos

  Arzobispo de Acapulco   

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