miércoles, 27 de abril de 2011

JUAN PABLO II Y LA ARQUIDIOCESIS DE ACAPULCO




JUAN PABLO II Y LA ARQUIDIOCESIS DE ACAPULCO.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas.


En el caso de Acapulco, Juan Pablo II ha marcado la historia eclesiástica de la costa guerrerense, porque mostró muchos gestos de infinita caridad para con nosotros.
En 1983 en el contexto de la celebración del XXV aniversario de la erección canónica de la Diócesis de Acapulco, en febrero, el Papa Juan Pablo II, como signo de especial amor a nuestra costa guerrerense, eleva a Acapulco al rango de Arzobispado y su Obispo, Monseñor Rafael, a Metropolitano.
Monseñor Rafael Bello Se trasladó al Vaticano en el mes de Junio para recibir el Palio Arzobispal en la Capilla Clementina, de manos del Cardenal protonotario apostólico.
Y el 29 de Junio de 1983, en el zócalo de frente a la Catedral, tuvo lugar una solemne ceremonia en la que el Delegado Apostólico en México, Monseñor Girolamo Prigione ejecutó la Bula Pontificia “Quo Maius”, con la que quedaba erigida la nueva provincia eclesiástica, cuyas sufragáneas eran las diócesis de Chilapa, Lázaro Cárdenas, Ciudad Altamirano y Tlapa. El Nuncio Apostólico estuvo acompañado por los obispos de la región, y muchos más de diversos puntos de la república. Monseñor Bello quedaba así investido de nuevo Arzobispo de Acapulco. Y el grande Papa Juan Pablo II quedaba así en el área segura, del corazón insomne de sus hijos acapulqueños.
El Santo Padre Juan Pablo II nombró Obispo de Ciudad Altamirano a Monseñor Carlos Garfias Merlos, actual Arzobispo de Acapulco, el 24 de junio de 1996, y recibió la Ordenación Episcopal el 25 de julio, en el Atrio de la Catedral de San Juan Bautista, de la Sede Episcopal de Pungarabato, tomando posesión como el V Obispo de Ciudad Altamirano, cargo que ejerció eficientemente durante siete años. Y el 8 de julio de 2003, el mismo Juan Pablo II lo trasladó a la Diócesis de Ciudad Netzahualcóyotl, de la cual tomó posesión el 2 de Agosto, de donde será trasladado finalmente como Arzobispo de Acapulco el 22 de Julio de 2010.
El 30 de junio del año 2000, el Santo Padre Juan Pablo II, dará una prueba más de su amor a sus hijos acapulqueños, cuando nombra a Monseñor Felipe Aguirre Franco como Arzobispo Coadjutor de Acapulco, después de haber ejercido su ministerio como Obispo de Tuxtla Gutiérrez en Chiapas por espacio de 26 años. Al llegar a Acapulco, Monseñor Aguirre Franco, lo primero que hace es besar la tierra, conforme a la costumbre introducida por el Papa Juan Pablo II.
Para el 29 de Junio del 2001, después de que el Santo Padre Juan Pablo II aceptara la renuncia por motivos de salud presentada por Monseñor Rafael Bello, Monseñor Felipe Aguirre se traslada a la Ciudad del Vaticano para recibir el Palio Arzobispal de manos del mismo Santo Padre.
El último gesto de infinito amor que el Papa Juan Pablo II tuvo para Acapulco, fue la bendición de la nueva escultura de la Reina de los Mares en su última Visita a México en 2002.
El Papa venía a Canonizar al indio macehuatl Juan Diego Cuautlatoatzin (31 de Julio), y a beatificar a los fiscales mártires de Cajonos, Oaxaca (1 de Agosto).
El Papa venía ya con su deteriorada salud a cuestas, pero con una fuerza espiritual que solo los atletas de Cristo poseen. Se le preparó en la entrada principal de la Basílica de Guadalupe, una sacristía provisional, y en ese lugar, durante las dos ocasiones, al iniciar las respectivas ceremonias litúrgicas, fueron colocadas todas aquellas imágenes, de diversas partes del Continente Americano, que los fieles deseaban que el Papa bendijera. Solamente la escultura de la Reina de los Mares permaneció los dos días en el lugar, por su peso de 450 kilos no pudo ser removida. El Sacristán Mayor de la Basílica da testimonio de que el Gran Papa, al contemplar la escultura, y escuchar la breve descripción que le dieron, y su ubicación en el mar de Acapulco, quedó gratamente conmocionado. otorgando la anhelada bendición, no solo a la imagen, sino a todos los fieles de Acapulco.
Elvira Araiza Velázquez, Responsable de la Biblioteca de la Basílica de Guadalupe, dafe de esa doble bendición otorgada, en la reseña que presenta en las páginas27 y 28, del Boletín Guadalupano N. 32, de Agosto del 2003:
"Su Santidad Juan Pablo II bendijo la nueva imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, el día 31 de Julio del 2002, después de la Canonización del Beato Juan Diego y nuevamente al día siguiente, el 1° de Agosto, al terminar la ceremonia de la beatificación de los mártires de Oaxaca".
En ese magno acontecimiento no pudimos hacer acto de presencia, por realizarse en un espacio tan reducido, pero la certificación que hacen los responsables de la logística de tan importante visita papal nos satisface.
Pero en la Solemne Canonización estuvimos un importante número de fieles de Acapulco, sacerdotes y laicos, encabezados por el Arzobispo Monseñor Felipe Aguirre Franco.
¡Juan Pablo II: Dios te haga como Juan Diego! ¡En Acapulco, todos somos Juan Diego. Porque Santa María de Guadalupe es REINA DE LOS MARES!
Por eso cuando el Santo Padre Juan Pablo II sea beatificado el próximo 1 de mayo, el Acapulco siempre fiel estará unido al corazón espiritual de la Iglesia, gozando porque el Papa viajero, nos bendice desde las ventanas del cielo. ¡Juan Pablo II, te quiere todo el mundo!

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