miércoles, 2 de junio de 2010

IN MEMORIAM: MONSEÑOR JUVENAL PORCAYO URIBE

MONSEÑOR JUVENAL PORCAYO URIBE.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas.

Nació en Buenavista de Cuellar, Gro. el 3 de Mayo de 1917. Sus estudios eclesiásticos los realizó en el Seminario de la Inmaculada Concepción de Chilapa, Gro. pasó posteriormente al Pontificio y Nacional Seminario de Nuestra Señora de Guadalupe en Montezuma, Nuevo México, USA. Recibió la Ordenación Presbiteral el 20 de Julio de 1941 de manos del Siervo de Dios Monseñor Leopoldo Díaz Escudero, Obispo de Chilapa. Fue Vicario Cooperador en Iguala y Ajuchitlán. Párroco de Pilcaya. Al momento de la creación de la nueva Diócesis de Acapulco (11958-1959), era Vicario Fijo del Sagrado Corazón de Jesús en el Fraccionamiento Costa Azul, en Acapulco, Gro. y se encontraba construyendo el Templo Parroquial. Para el 12 de Abril de 1959 es Erigida Canónicamente la Parroquia y nombrado como Primer Párroco de la misma. El 25 de Febrero de 1959 es nombrado Vocal de la Comisión Diocesana del Seminario del Buen Pastor de Acapulco. En Mayo de 1959 es nombrado Canciller de la Diócesis de Acapulco. Durante todo este periodo fue el brazo derecho del Siervo de Dios Monseñor José Pilar Quezada Valdés. Preconizado Obispo de Tapachula, Chiapas, por Su Santidad Pablo VI el 3 de Julio de 1976. El 29 de Junio de 1983 estuvo presente en la Ceremonia de Erección Canónica del Arzobispado de Acapulco, acompañando al preconizado nuevo Arzobispo Monseñor Rafael Bello Ruiz, en el Zocalo del Puerto, frente a la Iglesia Catedral. Al día siguiente, falleció a los 66 años, en un trágico accidente automovilístico, en la Carretera N. 95, tramo Tierra Colorada-Chilpancingo, el 30 de Junio de 1983, mientras se trasladaba manejando su camioneta hacia Buenavista. Sus restos fueron velados en la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad de Acapulco, la Misa exequial presidida por el neo Arzobispo Bello, y, trasladados a su amada Iglesia de Tapachula, Chiapas, el día 1 de Julio inhumados en la Catedral de San Agustín de Hipona, donde esperan la Resurrección.

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