PRESBITERO ISIDORO EMIGDIO RAMÍREZ SUAREZ
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas
Nació el 1 de Agosto de 1895 en Xichú-Victoria, Estado de Guanajuato. Sus padres: J. Pedro Ramírez y María Ignacia Suárez. Sus hermanos: Trinidad, José dolores, Ascensión, María Guadalupe y María Concepción.
Recibió el Sacramento del Bautismo el 5 de Agosto de 1895, en la Parroquia de San Juan Bautista, en Xichú Victoria, Guanajuato; de la Diócesis de Querétaro, de manos del Presbítero Antonio Olguín, Cura Encargado, teniendo el niño cinco días de nacido.
Recibió el Sacramento de la Confirmación el 10 de Noviembre de 1921, en la Parroquia de San Juan Bautista, Xichú Victoria, Estado de Guanajuato, de la Diócesis de Querétaro, de manos de Monseñor Pedro Vadaguer, Obispo de Nabona, con licencia de Monseñor Rafael S. Camacho, Obispo de Querétaro; teniendo el niño ocho meses de nacido.
Realizó sus primeros estudios en la Escuela Católica de su natal Xichú-Victoria, bajo la tutela del Señor Cura Don Benjamín Solorio.
El Señor Cura Don Jesús Frías le inspiró el deseo de ser sacerdote y los siguió en su ministerio. Pidiendo al Señor Obispo Don Manuel Rivera, en visita Pastoral, ser admitido en el Seminario.
Ingresó a los 16 años, al Seminario sucursal del de Querétaro, situado en Escalerilla, siendo su benefactora Josefina Rivera, sobrina del Obispo Rivera. Fue recibido por el santo sacerdote Florencio Flores, Canónico Vicerrector, donde permaneció por cinco años.
Enfermó como seminarista y fue enviado al Colegio de la Sagrada Familia en 1908.
Le tocó la Revolución de Madero y el Seminario se disgregó, al ser clausurado por el Gobierno. Y pasó al pueblo llamado Real de Xichú, Gto. Al lado del Señor Cura Don Román Herrera, en cuyo lugar permaneció por dos años.
En 1915 pasó con los Padres Franciscanos al Convento de San Francisco de la Ciudad de Querétaro y recibió pensión mensual para su propia educación, donde permaneció por seis meses. Aprendió a tocar el armonio y se encargó de la sastrería del Convento, haciendo los hábitos para los monjes.
Pasó al Seminario de Acámbaro, Guanajuato. De regreso al Seminario de Querétaro; y finalmente ingresa al Seminario Regional de Monterrey, bajo la tutela del Obispo de Ciudad Victoria José Guadalupe Ortiz; donde pas{u ocho meses; y un año siete meses en Tampico, Tamaulipas.
Durante tres años, fue familiar del Obispo de Ciudad Victoria. Le toca el cambio de la Sede a Tampico, y le sigue al Obispo, siendo formado por el Padre Pablo Cervantes, doctor en Teología, recién llegado de Roma.
Trasladado monseñor José Guadalupe Ortiz a la Diócesis de Chilapa, le acompaña Isidoro, e ingresa al Seminario de Chilapa el 4 de Octubre de 1923, teniendo treinta años de edad.
Ingresa al Seminario de Chilapa en Enero de 1924. Para realizar sus estudios de Sagrada Teología.
El 30 de Marzo de 1924, a las 6 A. M. en la Capilla del Seminario de Chilapa, recibe la Primera Tonsura, de manos del Obispo de Chilapa José Guadalupe Ortiz.
El 26 de Julio de 1925, recibe el Subdiaconado a las 6 A. M. en la Capilla del Seminario, de manos del Obispo de Chilapa Monseñor José Guadalupe Ortiz.
El 29 de Noviembre de 1925 recibió la Ordenación Diaconal, y al día siguiente, Fiesta de San Andrés, recibe la Ordenación Presbiteral, ambas ordenaciones, de manos de Monseñor José Guadalupe Ortiz, Obispo de Chilapa, en el Oratorio del Obispado, de las cuales fue testigo el Canónigo Leopoldo Díaz Escudero, en ese entonces Secretario del Obispo.
Cantó su Primera Eucaristía el 12 de Diciembre de 1925 en Atzacoaloya, con la asistencia del Obispo Monseñor José Guadalupe Ortiz, quien predicó.
Ejerció su ministerio como Capellán del Templo de San José, en Chilapa, Gro. Donde el 30 de diciembre de 1929 funda la Adoración Nocturna. Y en 1926 funda la Acción Católica y es nombrado Asistente Diocesano de la misma. Igualmente funda el Círculo Federico Ozanam, de acción social, contando con la membresía de 300 jóvenes que impartían clases de canto, pintura, etc.
Fue muy estimado del Obispo de chilapa Monseñor Leopoldo Díaz Escudero, y secretario del Obispo Monseñor Guadalupe Ortiz.
Residió en la casa de María Refugio y Joaquín Cortina, que tenían oratorio con Santísimo y allí celebraba la Misa.
En Junio de 1926, con ocasión de la persecución religiosa, siete meses después de su Ordenación Presbiteral, fue confinado a la Ciudad de México en calidad de preso juntamente con siete canónigos. En ese entonces la Misa y los servicios religiosos se celebraban a escondidas; pero sorprendidos, fueron confiados e incomunicados, dejando en la orfandad a su feligresía.
En aquél entonces el Asistente Nacional de la Acción Católica el Presbítero Miguel Darío Miranda, quien sería posteriormente Cardenal Arzobispo, quine logró reunir a todos los asistentes diocesanos y repartió el trabajo pastoral, sobre todo para llevar la comunión los Primeros Viernes a las familias, y buscar alojamiento a los sacerdotes desterrados.
Siendo Obispo de Chilapa monseñor Leopoldo Díaz Escudero en 1928, el Padre Isidoro fue llamado a Monterrey por Monseñor Ortiz y nombrado Capellán de las Madres de la Cruz y del hospicio Hortigosa.
Terminada la persecución religiosa, fue invitado por el Obispo Díaz a que volviera a Chilapa. El Padre Chilolo aceptó la invitación del estimado amigo y Obispo.
Ya en Chilapa fue nombrado Director del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús para reorganizarlo. Dicho Colegio era el más importante en toda la Diócesis de Chilapa. Tuvo como alumnos a numerosos jóvenes que más tarde llegarían a ser sacerdotes: Antonio y Jesús Jiménez Abarca, Alfonso y Erasto Vázquez Castro, Enésimo Tacaba, Félix Bello Moyao, Rodrigo y Armando Herrera, Emilio Sánchez, Modesto García, Rodolfo García, Francisco Padilla Chavelas. Así como un importante número de laicos que destacaron posteriormente en la vida social: Ildefonso Acevedo, Manuel Acevedo, Carlos Salmerón, Alfonso Casarrubias, Cándido Vargas, Juan Díaz, Cecilio Miranda.
El Padre Chilolo se fue nuevamente a Monterrey y fue nombrado Capellán de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Poco tiempo permaneció en la Sultana del Norte porque los caminos del Sur lo atraían.
Volvió nuevamente a Chilapa, reorganizó el catecismo con siete centros. Fundó las Teresitas, com promesa de comulgar todos los domingos y los Tarcisios; niños que cantaban el Oficio Divino del Santísimo. Formó una orquesta y una Academia de Comercio. Enseñaba mecanografía, arte raro por aquél entonces. Denla Escuela de Música salieron cantores que supieron atender muy bien los coros parroquiales. El trabajo era agobiante. Multitudes asistían a la Horas Santas y a la Adoración Nocturna; los jóvenes representaban obras teatrales. Llamado al ministerio parroquial se vió obligado a dejar sus trabajos en la ciudad episcopal.
El 3 de Mayo de 1936 estuvo una temporada con el Padre Florentino Díaz. Organizó la Adoración Nocturna, los Tarcisios y las Horas Santas en la única parroquia que había en el puerto de Acapulco: Nuestra Señora de la Soledad.
Fue nombrado Párroco de la Asunción de María en Atoyac de Álvarez, Gro. el 27 de Octubre de 1936, por el Siervo de Dios Monseñor Leopoldo Díaz Escudero. El 17 de Diciembre de 1936, en Carta al Canónigo Abraham Flores, de Chilapa, informa que la toma de posesión de la Parroquia de Atoyac fue muy violenta, no se certificó la existencia de lo que los libros contenían, pues los objetos estaban en posesión de personas particulares de las cuales muchas estaban en la sierra y dilatan en bajar.
La Actividad Apostólica que había desarrollado antes se repitió en Atoyac. Sobre todo edificó por dos veces la Iglesia Parroquial y dio vida ferviente a la Acción Católica ya la Cofradía de la Doctrina Cristiana.
Periódicamente recorrió los poblados de la Sierra Cafetalera, ahora tan famosa en toda la nación por los acontecimientos políticos y sociales recientes. Sembró Capillas por todas partes y ganó la simpatía de la gente, de tal manera que en los momentos de mayor peligro, él no tuvo temor a nadie porque a todos los había servido y atendido como Buen Pastor. Servicio que ejercía sin distinción y a de todos se había conquistado, alcanzado el simpático sobre nombre de “Papá Toyo” o también “Padre Chilolo”. Uno de sus acólitos más ilustres fue posterioremente Gobernador del Estado de Guerrero Nogueda.
El 1 de Marzo de 1937 se iniciaron los trabajos de reconstrucción del Templo Parroquial, conforme al proyecto autorizado por el Obispo Francisco Campos y Ángeles.
El Padre Chilolo tuvo varios colabores durante sus 47 años de Párroco en Atoyac, entre ellos:
en 1959 el Presbítero Víctor Fuentes, quien el 15 de Mayo de 1959 deja Atoyac para ser Vicario de la Soledad en Acapulco;
en noviembre de 1959 el Presbítero José A. Landa, del que se conoce solamente que era foráneo;
el 25 de Diciembre de 1961 el Presbítero Javier Inda Andrew, como Vicario Cooperador;
el 25 de Diciembre de 1961 el Presbítero Javier Inda Andrew, como Vicario Cooperador;
el 4 de Diciembre de 1962 el Presbítero Justino Gómez, como Vicario Cooperador;
el 15 de Abril de 1963 el Presbítero Ángel Bustos Castillo;
a principios de 1966 por un corto tiempo el Presbítero Alfonso Vázquez Castro;
el 1 de Septiembre de 1966 el Presbítero Miguel Ángel De la Mora, como Vicario Cooperador;
en 1970 el Presbítero Javier García Rodríguez, por corto tiempo;
el 28 de Marzo de 1972, su Vicario Auxiliar predilecto el Presbítero Vicente Guerrero Barreto;
el 6 de Noviembre de 1973, el Presbítero Obdulio Ludwig García, Vicario Auxiliar;
el 6 de Agosto de 1975, el Presbítero José Benigno García Alvarado, Vicario Auxiliar, sin duda su mejor alumno en cuanto a los chistes;
y en el declive de su ministerio, el 3 de Diciembre de 1979 Máximo Gómez Muñoz, como Vicario Coadjutor, ratificado el 22 de Enero de 1979; y finalmente nombrado Párroco el 21 de Enero de 1981.
En dos ocasiones, los Obispos de Acapulco pensaron para él otros destinos: la primera, Monseñor José Pilar Quezada Valdés, Primer Obispo de Acapulco, le propone el 3 de Noviembre de 1960 ser trasladado como Párroco a Nuestra Señora del Carmen en el Barrio de El Hueso, en Acapulco; en la segunda, le propone el 16 de Noviembre de 1964 ser trasladado como Vicario a Nuestra Señora de la Soledad. Esto habla de que monseñor Quezada lo estimó, y consideró que sería útil tenerlo cerca.
El 22 de Octubre de 1964, administra el Sacramento del Bautismo a Francisco Franco Sánchez Ocampo –quien actualmente es Presbítero al servicio de la Diócesis-, en el Templo Parroquial de la Asunción de María.
En 1970 comienza su proceso de jubilación, de modo que el Obispo, no queriendo que el Padre Chilolo abandonara a su grey, pensó aligerarle el trabajo, y en 1978 se inicia la fragmentación del territorio parroquial, creándose la vicaría de El Paraíso, con los pueblos más encumbrados de la sierra atoyaquense. Y será el 7 de Agosto de 1980, cuando el Padre chilolo presenta su renuncia en una reunión del Presbiterio de la Costa Grande. monseñor Rafael Bello Ruiz comisiona a Monseñor Ángel Martínez Galeana, como Vicario General, y al Presbítero Francisco Padilla Chavelas como Secretario de la Curia, a que acompañen este proceso.
El 31 de Octubre de 1975, el Protocolo N. 394 / 75 contiene un Rescripto de la Sagrada Congregación de Sacramentos y del Culto Divino, concediendo indulto para oratorio doméstico a favor del Presbítero ISIDORIO RAMIREZ SUAREZ. Jameo Cardenal Kron, Prefecto. Ilegible, Secretario.
En el año 1975 que cumplió sus bodas de oro sacerdotales sus feligreses atoyaquenses tiraron la casa por la ventana, lo felicitaron efusivamente.
El 27 de Noviembre de 1975, la Solemne Concelebración Eucarística con motivo de sus Bodas de Oro Presbiterales, tuvo lugar en el Templo de San José, en Chilapa, Gro., presididas por el Obispo de Chilapa Monseñor Fidel Cortés Pérez. Ocupando la Cátedra Sagrada el Presbítero Justino Salmerón Alcocer. Comité Organizador: Adalberto Mejía G. Pbro., Presidente; Fortunato Vargas A. PBro. Vicepresidente; Francisco Silva Acevedo Srio.; Domingo Guevara T. Tesorero.
Y el 3 de diciembre de 1975, la Solemne concelebración Eucarística con el mismo fin fue en el Templo Parroquial de la Asunción de María, en Atoyac de Álvarez, Gro., presidida por el Obispo de Acapulco Monseñor José Pilar Quezada Valdés. Ocupando la Cátedra Sagrada el Obispo de Querétaro Monseñor Alfonso Toriz Covián.
El 6 de Septiembre de 1980, nuevo Protocolo N. 1371/80 de la Sagrada Congregación para los Sacramentos y el culto Divino con un Indulto que se concede al Presbítero Isidoro Ramírez Suárez, para que celebre la Santa Misa en su casa, por motivo de edad provecta. James Card. Knoz, Prefecto.
El querido Padre Chilolo falleció un 14 de Abril de 1983, a las 5. 25 de la mañana, en Atoyac de Alvarez, rodeado de una alta estima por sus feligreses. Sus restos mortales descansan esperando la gloriosa Resurrección, al pie del Sagrario, en el Templo Parroquial de Santa María de la Asunción.
Coincidió su muerte con uno de los episodios más difíciles de la historia eclesial atoyaquense, el conflicto en torno a la Iglesia del Dios Único, en torno al Padre Maximino-Máximo Gómez Muñoz.
Uno de sus antiguos acólitos, igualmente el más dilecto, lo recuerda gratamente: Los días 12 de diciembre había primeras comuniones colectivas en la misa de 7 A. M., y después de la Misa, en el Curato, el Padre nos daba un delicioso y sencillo desayuno de Chocolate con leche caliente con “repetidas”, un pan de huevo cubierto de azúcar. Fomentó la congregación de niños Tarsicios, yo fui uno de sus miembros, debíamos de confesarnos los sábados para comulgar el domingo, los Tarsicios nos presentábamos a la misa dominical de las 7A. M., y nuestro lugar era en el presbiterio, el cual se llenaba de compañeros. Era muy querido por las familias de Atoyac, iba frecuentemente a la casa paterna a visitar a mi papá, él casó a mis padres y bautizó a seis de mis ocho hermanos, casó a mis dos hermanas mayores. No tenía empacho para regañar a quienes llegaban tarde a Misa, a las mujeres les decía “viejas lagañosas”. Como la misa era en latín, las señoras se dedicaban a rezar el Rosario durante la Misa. Y los himnos en latín sólo los cantaba él y el abuelo del actualmente Padre Francisco Franco Sánchez Ocampo (Párroco de El Coloso), cuyo nombre era Flaviano Sánchez. Recuerdo los paseos a su finca Quinto Patio, camino a San Jerónimo, las familias llevaban barbacoa y nadábamos en un estanque que él tenía. Tenía un gran poder de convocatoria, pues cuando el obispo iba al pueblo, sólo bastaba que él les avisara a las fonderas del mercado para que enviaran comida, eran unos banquetes.
Igualmente, los sacerdotes que lo conocieron, dan testimonio de su infinita atención a las necesidades de la gente pobre, y su incansable ánimo para recorrer toda la sierra, buscando a las familias hasta el mismo lugar donde, desperdigadas, se encontraban en las huertas cafetaleras. El Señor Arzobispo, Rafael Bello Ruiz –de feliz memoria-, le recordaba siempre con especial afecto.
Me gusto mucho y me trajo gratos recuerdos ya que lo llegue a conocer cuando tenia yo 5 años. Era amigo de mis padres.
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