viernes, 24 de abril de 2009

LA CAUSA DE CANONIZACION DEL SIERVO DE DIOS MONSEÑOR JOSE PILAR QUEZADA VALDES, OBISPO Y CONFESOR.

LA CAUSA DE CANONIZACION DEL SIERVO DE DIOS MONSEÑOR JOSE PILAR QUEZADA VALDES, OBISPO Y CONFESOR.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas.

Siervo de Dios, es el título que la Iglesia otorga a un fiel cristiano, que muere en olor (fama) de santidad, habiéndose realizado una primera investigación, en la que se concluye que nada obstruye el inicio de un Proceso de Canonización. Es como dar luz verde a un camino que lo llevará a los altares. Por el género de vida que llevó Monseñor José Pilar Quezada, y habiéndose realizado una primera investigación “de entrada”, con el consenso de la Santa Sede Apostólica, ha alcanzado ya ese título de SIERVO DE DIOS.
Un proceso de canonización, debe ser iniciado por el Obispo del lugar donde el Siervo de Dios murió. Para el caso de Monseñor Quezada, al Cardenal Arzobispo de Guadalajara, el Eminentísimo Señor Don Juan Sandoval Iñiguez, correspondía el honor. Pero, el Arzobispo de Acapulco Monseñor Rafael Bello Ruiz, previa consulta a sus diocesanos, pidió competencia de foro (el traslado de la Causa) a la Arquidiócesis de Guadalajara, y anuencia a la Congregación para las Causas de los Santos, de El Vaticano, para que en la Arquidiócesis de Acapulco, iniciara el Proceso de beatificación y canonización de Mons. JOSE PILAR QUEZADA VALDES, primer Obispo de Acapulco.
La Congregación para las Causas de los Santos, dio respuesta pronta con fecha del 30 junio de 1995; con la anuencia del Cardenal Arzobispo de Guadalajara. Con tal autorización, Monseñor Bello, proclamó con su firma la Circular 589, dirigida a sus diocesanos y que a la letra dice: “Con alegría y esperanza comunico a todo el Pueblo de Dios que la Congregación para las Causa de los Santos, ha tenido a bien conceder la gracia de iniciar en esta Arquidiócesis de Acapulco, el proceso de (beatificación) y canonización de Excmo. Sr. JOSE PILAR QUEZADA VALDÉS, primer Obispo de esta Iglesia Particular. Tengo la seguridad de que este acontecimiento será de abundantes gracias y bendiciones en el caminar de cada uno de ustedes, queridos hermanos en Cristo Jesús, a quienes pido iniciar un tiempo de especial oración, para pedir a nuestro Padre Dios, la gracia de poder tener nuestro primer santo, quien dedico todo su ministerio episcopal a favor de esta amada diócesis. Deseo pedir la colaboración de todas aquellas personas que pueden dar testimonio de la santidad de Mons. Quezada. Por medio de un escrito, puede hacer llegar a las Oficinas del Arzobispado dichos testimonios, así como documentos (cartas, etc.), que hayan recibido del Siervo de Dios Que la Santísima Virgen de Guadalupe siga protegiendo con su maternal protección a cada uno de ustedes. Acapulco, Gro. A 17 de junio de 1985 Sello episcopal + Rafael Bello Ruiz, Arzobispo de Acapulco. Marcelino Canales Rodríguez Pbro. Secretario”
Dados estos pasos, el Sr. Arzobispo constituye un primer Tribunal que llevara este proceso: Postulador: Pbro. Lic. Pedro Torres García; Juez: Pbro. Ángel Bustos Castillo; Teólogo: Pbro. Lic. José Jesús Mendoza Zaragoza; Notario: Pbro. Marcelino Canales Rodríguez; Promotor de Justicia: Pbro. Serafín Arzate Silva; Historiadores: Pbro. Blandino Bárcenas Agatón y C. P. José Guillermo Navarrete Magdaleno.
Se recabaron los datos particulares del Siervo de Dios, de su terruño, de su estancia en el Seminario donde él estudió, de las parroquias donde prestó sus servicios, y testimonios escritos de personas que en la Arquidiócesis de Guadalajara trataron a Monseñor Quezada Valdés. El señor Arzobispo Don Rafael Bello Ruiz, aprobó una oración para solicitar favores por intercesión del Siervo de Dios, Don José Pilar Quezada Valdés, esta se distribuyo a profusión entre esta porción del Pueblo de Dios que le toco apacentar.
Las Causas de Canonización son procesos lentos, pero permiten a la Iglesia alcanzar la certeza moral sobre la vida de un creyente, de modo que pueda ser propuesto ante todo el pueblo de Dios como modelo seguro de vida cristiana.
Para el 12 de Octubre del año 200, se constituye un nuevo Tribunal: Postulador es el Presbítero Lic. Juan Carlos Flores Rivas: Juez Delegado el PBro. Lic. Adolfo Silva Pita; Promotor de Justicia el Pbro. Blandino Bárcenas Agatón; Notario el Sr. Miguel Tello Marín; Censores Teólogos Pbro. Lic. José Jesús Mendoza Zaragoza y Pbro. Lic. Pedro Torres García; Perito en Historia y Archivística Pbro. Pedro Rumbo Alejandri.
Una cosa es cierta, que los santos se hacen en íntima amistad con otros santos, que la santidad es fruto de una fecunda vida comunitaria, en el pueblo de Dios, la Iglesia Santa y Católica. Y en el Caso del Siervo de Dios José Pilar Quezada Valdés, podemos ver por sus datos biográficos expuestos ampliamente en los artículos anteriores, que el Padre Quezada era hechura del Santo Párroco de Totatiche Cristóbal Magallanes Jara; pues fue conducido por él desde su infancia en el proceso de formación para el sacerdocio, cuidado, impulsado, animado en el celo apostólico, en el servicio ministerial, en la santificación, la pureza, y el encendido amor que signó el perfil sacerdotal del Señor Cura Magallanes, vivió y sintió vibrar dentro de sí la respuesta que convenía al servicio del honor de Dios y al bien de los hermanos. Es heredero fiel del Párroco mártir sacrificado por la fe. Tan íntima fue la relación del Padre José Pillar con el Señor Cura Magallanes, tan hondo el avenimiento y sentimiento en que enlazaron sus almas, que pudo conocer como nadie los pasos del Párroco Magallanes en el calvario que fue recorriendo día a día hasta llegar al altar del holocausto. El Señor cura Magallanes tuvo presentimiento de su sacrificio y el Padre José Pilar atisbó, entendió y estuvo midiendo los latidos que prenunciaban el desenlace sangriento. En su vida, el Señor Obispo José Pilar, llevaría consigo los destellos de aquél ejemplo, de aquellos consejos, de aquella sangre derramada por Cristo del Señor Cura Magallanes. Y es precisamente el Santo Cristóbal Magallanes Jara, quien dejó la nota más laudatoria de José Pilar, elogio expresado por ameritado Párroco víctima por el odio a la fe cristiana, y hoy incluido en el coro de los mártires aclamados por la Iglesia. Un Santo da cuenta, hace referencia de los fulgores de santidad que atisba, entonces, en uno de los alumnos de su modesta escuela parroquial: “… tengo el honor de rendir el siguiente informe acerca de la vida y costumbres (de José Pilar)… de costumbres cristianas y sencillas, … distinguiéndose por su aplicación y obediencia… cuando éste tenía diez u once años,… en los momentos en que los demás niños se ocupaban aún de jugar en las calles,…él hacía oración… quise hacer constar estas circunstancias a fin de que se vea que el joven Quezada no cedió en los tiempos más aciagos de la revolución. Respecto de su conducta, ha sido siempre ejemplar entre los estudiantes y en todo el pueblo, por su porte virtuoso y obediente, por la frecuencia en recibir casi diariamente los Santos Sacramentos y por sus modales siempre atentos y finos para con toda clase de personas; y porque siempre se le ha visto amante de la oración”. San Cristóbal Magallanes Jara, escribe esto en febrero de 1923.
Otro testimonio se lo debemos a San Agustín Caloca Cortés, testigo en el momento en que José Pilar se preparaba para recibir la ordenación presbiteral, escribe en abril de 1922: “tuve ocasión de tratar al interesado (José Pilar) por seis años como compañero de estudios… sabe que tenía buena fama como católico y de buenas costumbres; … que es estudioso, obediente, cumplido con sus deberes y con la frecuencia de Sacramentos… y cree que no hay ningún fin humano o inconveniente al solicitar la ordenación, sino al contrario, lo cree muy digno y que será buen sacerdote”.
Otros testimonios más se tienen levantados, listos para ser enviados a la Santa Sede, en esta Causa de Canonización.

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