José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

martes, 8 de diciembre de 2015

BULA DEL SANTO PADRE JUAN XXIII CON LA QUE AUTORIZA CORONACION AUREA DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD DE ACAPULCO




JUAN PP. XXIII. PARA PERPETUA MEMORIA

Se atestigua que por una singular fuerza sobrenatural la Imagen de la Bienaventurada Virgen de la Soledad se conserva piadosamente en la ciudad episcopal de la Diócesis de Acapulco, recientemente erigida, y que atrae amorosamente los corazones de los fieles cristianos.
En verdad, hace 150 años, con beneplácito de todo el pueblo, las autoridades religiosas, civiles y militares, ante aquella Venerable Imagen consagraron la ciudad de Acapulco a esta misma Madre Dolorosa.
Desde entonces este culto mariano ha venido aumentando felizmente y el día de la festividad de esa advocación de la Madre de Dios suele celebrase con especial solemnidad.
Y la Augusta Madre de Dios, invocada con devotos ruegos, como propicia protectora y medianera ha derramado y sigue derramando un cúmulo de gracias sobre los habitantes de Acapulco.
Manifestando los ardientes deseos del clero y del pueblo, puestos bajo su cuidado, del Venerable Hermano José Pilar Quezada Valdés Obispo de Acapulco, nos pidió que concediésemos la gracia de que dicha Imagen sea coronada con áurea diadema en nombre y autoridad nuestra.
Presentadas estas súplicas por el Venerable Hermano Angelo Dell Acqua, Arzobispo titular de Calcedonia y Sustituto en los negocios públicos de la Iglesia, decidimos conceder dicha gracia con mucho gusto.
Así pues, por fuerza de estas letras y en virtud de nuestra autoridad Apostólica, encomendamos al mismo Ordinario de Acapulco que el día que él elija, después de la Misa Solemne y conforme al rito y a las fórmulas prescritas, en nuestro nombre y con nuestra autoridad, imponga ÁUREA CORONA a la IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD tan venerada en la ciudad de Acapulco.
Nos no dudamos en nada, que estas solemnidades sagradas, redundaran en bien de la Religión y en provecho espiritual del pueblo.
Igualmente confiamos que los fieles cristianos de la ciudad y también de toda la Diócesis de Acapulco, se esforzaran cada día más y más en amar y venerar a la Madre de Dios.
No obstante cualquier cosa en contrario.
Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el anillo del Pescador, el día 6 del mes de Diciembre de 1962, quinto de Nuestro Pontificado.
JUAN PP. XXIII. H. J. Cardenal Cicognani Encargado de los negocios públicos de la Iglesia.

Notas: El documento original tiene un sello rojo que dice: JUAN PP. XXIII, llevando al centro la imagen de San Pedro que lanza 1as redes al mar.

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