José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

lunes, 21 de junio de 2010

SAN MARGARITO FLORES GARCIA. 3. FORMACION SEMINARISTICA DE UN SANTO TAXQUEÑO.

SAN MARGARITO FLORES GARCÍA (1899-1927).
 Tomado y adaptado de: “Notas eclesiásticas del Estado de Guerrero”, pp. 281-336, de Román Juan Guadarrama Gómez, Tipografías Editoriales, México, 1992.

3. LA FORMACION SEMINARISTICA DE UN SANTO TAXQUEÑO. Con grandes sacrificios don Germán Flores, reunió algo de dinero y algunos amigos le obsequiaron algunos objetos. La víspera de su partida, su jocosa abuelita “Papilita”, lo llevó hasta el atrio de la capilla de Ojeda, donde le dio los consejos usuales y le entrego un paliacate de morralla, para que con esos centavitos se comprara dulces cuando sintiera lo amargo de la vida. La noche de ese día, las campanas doblaron a duelo, había fallecido el padre Melesio Quezada. La madrugada del 6 de Enero, fría y cálida de ilusiones para Margarito, se despidió en medio de las lágrimas de su abuelita, de su señora madre y sus hermanos; don Germán y Margarito bajaron hasta la plaza Borda, en el Templo de Santa Prisca el Padre Melesio era velado, el luto y la tristeza se impregnaba en los callejones envueltos en un nimbo blanco como de seda
, como queriendo ocultar las masacres que en los últimos tres años habían sucedido, mientras que un esquilón sonaba a intervalos. Las tenues luces del alba, cobijaron las siete colinas del día de Epifanía, en el que Margarito con unos arrieros se puso en camino, por aquellas ondulantes brechas de herradura a la ciudad de Iguala, distante seis horas, ante el temor de ser asaltado por las gavillas. De Iguala, Margarito partió en un automóvil de servicio a la capital del Estado, recorrido que en ese tiempo se hacía en cuatro horas, teniendo que pasar el río Balsas en chalán. Al llegar a Chilpancingo, se dirigió a la Casa Cural, donde le dio alojo al Padre Escobar. Reunidos en ese lugar varios aspirantes y seminaristas, se creyó pertinente enviarlos a Chilapa el 10 de Enero, jornada en bestia que duraba aproximadamente doce horas. Al día siguiente, 11 de Enero de 1915, se inscribía oficialmente en el Seminario de Chilapa. Algunos compañeros contemporáneos de Margarito Flores: Cutberto Vargas
Cristino Nájera Ángel López Arellano
Aarón M. Flores Constantino Arizmendi
Canuto Nogueda R. Egidio Martínez Vargas
Pascual Nogueda R. Tomas Herrera Galvéz
Rodrigo Valle Manuel Herrera
Rodrigo Orozco C. Pedro Bustos Martínez
Ausencio Téllez A. Sidonio García
Lidio Sánchez Rubén Mora Gutiérrez
Miguel R. Miranda Rafael M. Altamirano
José Ibáñez José Gutiérrez
Eliseo Reina Cándido Contreras
Santacruz Vázquez Francisco Jaimes
Elías Arroyo Agustín M. Díaz Pacheco
Isidro González V. Porfirio Gómez Ayerdi
José M. Altamirano Hilario Aragón
Andrés Ávila Eleuterio Salgado
Félix Estrada Vicente M. Cuevas
Mariano Miranda Andrés Ocampo
Fidel Pineda Ignacio Rodríguez
Roque Hernández Ramón Carreto
Marcial Soto Noriega Fabián Giles
Juan B. Gómez Ayerdi Salvador Espino
Francisco J. Santos Cirilo Medina
Susano R. Díaz Antíoco Esquivel
Sinegio R. Moctezuma Antonio Sandoval
Alberto Moreno Rendón Antonio Giles
J. Merced Cruz Arnulfo M. Pineda
Armando Salazar En Enero de 1916 Chilapa se encontraba en poder de los zapatistas, a fines de ese mes la plaza fue recuperada por el coronel Rafael del Castillo Calderón, que desinteresadamente prestó ayuda a los Padres Eudistas franceses, que dirigían el Seminario, para que éstos no fueran molestados. En abril las fuerzas de Amador Acevedo se acercaron a pedir la plaza de Chilapa creyendo que estaba desguarnecida, pero su sorpresa fue grande cuando por el rumbo de la Villita salió la tropa del Coronel Castillo, corriendo los alzados en desbandada por el rumbo de Acatlán, siendo perseguidos hasta Zitlala, donde lograron la captura de Felipe Guerrero y varios de sus secuaces, los cuales fueron pasados por las armas. Como venganza de esta acción, los zapatistas Heliodoro Castillo, Encarnación Díaz, Pedro Saavedra, Pablo y Pedro Cabañas, Cenobio Mendoza y Jesús Navarro, unieron a su gente para tomar la plaza de Chilapa, atacándola el día 11, ésta fue defendida estoicamente por los federales. Por la noche salió ésta gente del pueblo, retirándose por el Distrito de Álvarez, el ejercito realizo varias incursiones por éste, logrando la captura de Encarnación Díaz, que de inmediato fue fusilado por órdenes del Coronel Fulgencio Aguirre. La ejecución de Encarnación Díaz, indignó a sus camaradas los cuales atacaron Chilapa el día 23, y cuando ya se encontraba por sucumbir, llegaron los refuerzos comandados por el Mayor Luis Vargas logrando la retirada de los zapatistas y quedando Chilapa, bajo el control del c
oronel Pedro H. Ramírez. Margarito Flores, tenía en ese entonces 16 años, durante sus dos primeros cursos se había distinguido con las mejores calificaciones y por su voz, tan ronca y fuerte le llamaron “el Terrible”. El domingo 20 de Agosto de 1916 el Excelentísimo Señor Obispo Don Francisco Campos y Ángeles, en la Capilla del Seminario de Chilapa, le confirió a Margarito Flores, la Tonsura. Costumbre de los feligreses de Taxco, fue ir a recibir con música y flores a los seminaristas, cuando venían de vacaciones y desde la barranca de Huiyatengo, estas manifestaciones se acrecentaban llenas de júbilo hasta el Templo Parroquial, donde el Canónigo Rodríguez, celebraba un solemne Te Deum.

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