José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

jueves, 29 de noviembre de 2007

DESDE GUERRERO UNA HERMOSA MAÑANA 2

EN ACAPULCO, ¡TODOS SOMOS JUAN DIEGO!,
PORQUE SANTA MARIA DE GUADALUPE,
¡ES REINA DE LOS MARES!
P. Juan Carlos Flores Rivas

El guadalupanismo acapulqueño es una nota muy peculiar de nuestra costa guerrerense, admirado por nacionales y extranjeros, por su fuerte carga de color, música, y movilización popular en todos los niveles. Año con año, todas las generaciones de acapulqueños se vuelcan a las calles a cantar que: ¨la Guadalupana vino a este reino”. Y en las últimas décadas, cantamos que: “A Acapulco la Virgen le dijo, este mar elijo para ser mi altar”.
Ciertamente, en el origen del guadalupanismo acapulqueño se encuentra la férrea voluntad y fecunda devoción guadalupana del Generalísimo Don José María Morelos y Pavón, para quien la toma de Acapulco se convirtió en una obsesión, y finalmente se alcanzó el 12 de Abril de 1813. Esta entrada en Acapulco estuvo antecedida por la proclamación de Tecpan como: Provincia de Nuestra Señora de Guadalupe el 16 de Marzo de 1811; y por la Proclama de Ometepec del 11 de Marzo de 1813, que consolidaron y propagaron con anterioridad en la Costa Grande y la Costa Chica la devoción guadalupana. Acapulco nunca dejó de presentar resistencia, por el hecho de que estaba tomada por los realistas, quienes habían proclamado a la Virgen de la Soledad como Generala de sus tropas y Patrona del Puerto, en el Fuerte de San Diego, el 8 de Diciembre de 1812, en contraposición a los insurgentes, y provocando el declive inevitable de los Santos Reyes Magos, titulares originales de la Parroquia de Acapulco, hasta entonces, como hemos explicado ampliamente cuando abordamos la historia de la mencionada Parroquia en nuestro Semanario Mar Adentro, con motivos de sus 450 años de fundación en el 2005. Devoción que está muy lejos del arraigo que muestra la fe guadalupana, comprensible desde el punto de vista de la historia de las ideas, pues es el pueblo llano, la gente común, la que impone las devociones, y no los decretos, ni las voluntades de déspotas ilustrados de cualquier tiempo. La suerte quedará echada con el Decreto que crea la Provincia de Nuestra Señora de Guadalupe, cuando el Generalísimo Morelos ordena: “la población del mismo puerto nombrada la Ciudad de los Reyes, pierda por ahora ese nombre”...
Desde entonces, la devoción guadalupana ha ido creciendo como una bola de nieve que arrastra todo a su paso; para 1884, la Virgen de Guadalupe aparece como titular de Ejido Nuevo (de la Parroquia de Dos Arroyos), en el Directorio de la Parroquia de Acapulco elaborado por el Señor Cura Don Pascual Apreza; y la devoción guadalupana tuvo un momento culmen, en Diciembre de 1958, un mes antes de la llegada del Primer Obispo de Acapulco, el Siervo de Dios Monseñor José Pilar Quezada Valdés, y la ejecución de la Bula “Quo aptiori” de S. S. Pio XII, creándose la Diócesis de Acapulco. Para entonces (1958), tiene lugar la entrada triunfal en el Puerto de Acapulco de la escultura en bronce elaborada por el escultor Armando Quezada, y diseñada por el Arquitecto Héctor Mestre, de Santa María de Guadalupe Reina de los Mares, que realizó un recorrido apoteósico desde la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe en México, donde fue bendecida por el Delegado Apostólico en México Monseñor Luigi Raimondi el 5 de diciembre de 1958, para después recorrer en medio del júbilo desbordante de los fieles: Cuernavaca, Iguala, Chilpancingo, y finalmente Acapulco, donde fue recibida por el pueblo el 10 de Diciembre de 1958, en La Garita, de donde fue trasladada a la Parroquia de la Soledad, para ser velada. El 12 de Diciembre, trasladada en barco hasta el punto denominado Islote de la Yerbabuena, frente a la Isla de la Roqueta, fue proclamada, Reina de los Mares, y sumergida y colocada en un pedestal desde donde bendice a todos los acapulqueños.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante! Pero en caleta cuentan historia muy distinta sobre la virgen del mar =S